Nacional - Economía

Congreso mexicano otorga derechos laborales a personas trabajadoras del hogar

2019-05-15

La nueva legislación beneficiará a más de dos millones de personas, la...

Por Paulina Villegas | The New York Times

El congreso mexicano votó el 14 de mayo a favor de otorgarles a los trabajadores de limpieza, cocineros, niñeras, jardineros, cuidadores y otros trabajadores del hogar del país derechos laborales básicos, como horas de trabajo limitadas y vacaciones con goce de sueldo, en una victoria de suma importancia para un sector de la sociedad que históricamente ha sido marginado.

La nueva legislación beneficiará a más de dos millones de personas, la mayoría mujeres pobres, que hasta ahora no se reconocían como parte del mercado laboral formal, con las prestaciones y mecanismos de protección correspondientes.

El Senado aprobó el proyecto de ley por unanimidad el martes, tras su aprobación también unánime en la Cámara de Diputados, el 30 de abril.

El congreso está controlado por integrantes del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue electo el año pasado gracias a sus promesas de defender a los trabajadores, combatir la desigualdad y apoyar a los pobres.

Se espera que López Obrador firme la medida para promulgarla como ley.

“Esta ley ayudará a que muchas mujeres como yo sigamos desempeñando este trabajo, pero con conciencia social, con derechos legales y sin la vergüenza que por lo regular se le asocia”, comentó Petra Hermillo, de 60 años, trabajadora del hogar y fundadora de una organización sin fines de lucro que ofrece terapia y orientación a otros trabajadores del hogar.

“Nos da dignidad”, añadió.

La ley estipula que quien contrate a una persona trabajadora del hogar debe formalizar la relación mediante un contrato por escrito y especifica que tiene derecho a las mismas prestaciones mínimas que cualquier otro trabajador formal, como salario mínimo, seguridad social, servicios de salud, bonos pagados y licencia por embarazo.

También prohíbe que menores de 15 años realicen trabajo doméstico y limita el horario de trabajo a seis horas por día para los adolescentes de mayor edad. En los casos de quienes viven en el hogar donde trabajan, establece la obligación de que cuenten con nueve horas consecutivas de descanso.

Un estudio publicado este año por la Organización Internacional del Trabajo reveló que nueve de cada diez trabajadores del hogar en México son mujeres y no cuentan con un contrato formal de empleo ni tienen acceso a servicios de salud. El mismo estudio descubrió que solo cuatro de cada diez trabajadoras del hogar ganan en promedio 2900 pesos al mes (156 dólares), alrededor del salario mínimo.

Muchas de las trabajadoras son de origen indígena y migran de comunidades rurales pobres a las grandes ciudades para buscar trabajo. En los hogares donde trabajan, con frecuencia se les identifica con el nombre de “sirvientas” o “muchachas”, independientemente de su edad.

Hermillo recuerda una época en la que sus antiguos patrones le prohibían comer la misma comida y utilizar el mismo baño que la familia. Vivía en la casa en la que trabajaba y, según dijo, algunas veces sus patrones se negaban a pagarle su salario, pues decían que los alimentos y el hospedaje que le daban durante la semana eran compensación suficiente.

“Se trata de un acto de justicia”, afirmó la senadora Martha Lucía Micher, una de las legisladoras que promovieron el proyecto. “Estas personas les permiten a otras familias salir a trabajar, pues son trabajadores que se quedan en casa para cuidar a sus seres queridos y atender su hogar”.

Muchos en México coinciden en que la aprobación de esta ley es un paso crucial para garantizar los derechos básicos de su ciudadanía, pero algunos hacen notar que, en un país en el que casi el 60 por ciento de la población realiza empleos informales, será difícil hacerla valer.

“Es probable que muchos sigan contratando trabajadoras del hogar sin registrarlas ni cumplir las leyes”, se lamentó Maite Azuela, defensora de los derechos humanos y analista política independiente que vive en Ciudad de México. “Sin duda, será necesario un cambio cultural gradual. No ocurrirá de la noche a la mañana”.

Para que la ley tenga efectos reales, añadió, se requerirá de más legislación, pues deberán establecerse procedimientos para exigir su cumplimiento, así como un programa de puesta en marcha.

Existen factores financieros significativos que pueden desanimar a los patrones de cumplir las nuevas reglas. Cubrir las cuotas de seguridad social de un empleado de tiempo completo cuesta por lo menos 9500 pesos al año (unos 500 dólares), y algunos expertos opinan que esto podría desalentar el registro del trabajador, tanto por parte de los patrones como de los empleados que teman perder su trabajo.

Esta ley es producto de décadas de activismo de personajes destacados, como Marcelina Bautista, trabajadora del hogar convertida en defensora del gremio, quien fundó el primer sindicato de trabajadores del hogar del país en 2015.

“Esperamos que ayude a mejorar la vida de muchas mujeres, no solo en el papel, sino en la práctica”, aseveró Bautista, quien ha abogado durante más de treinta años para que este sector goce de mejores condiciones de trabajo.

Hace poco, descubrió un aliado improbable en la película Roma y su director, Alfonso Cuarón. El filme presenta la vida de una trabajadora del hogar indígena que vive y labora en la casa de una familia de buena posición en Ciudad de México, y fue galardonado con tres premios de la Academia este año.

En México, motivó un gran debate sobre temas que han sido tabúes de clase, raza y desigualdad durante mucho tiempo.

Bautista recordó el asombro que sintió por lo que describió como el retrato “honesto y claro” que presenta la película de la vida de las trabajadoras del hogar.

“De inmediato sentí el deseo de proyectarla en nuestros eventos para crear conciencia y ponerle fin a la discriminación silenciosa, el clasismo y la explotación”, explicó. “Es una película que, sin duda, formó parte del cambio”.

Si bien es cierto que Roma ayudó a crear una conciencia cultural propicia para la aprobación de la ley, los activistas sostienen que falta mucho para cantar victoria en la batalla contra la discriminación y los abusos sufridos por los trabajadores del hogar en México.

“Enfrentamos el reto real de acabar con la estigmatización del trabajo doméstico, una tarea difícil debido a lo clasistas que somos como sociedad”, advirtió Tania Turner, funcionaria encargada del Fondo Semillas, una organización sin fines de lucro que ofrece becas y ayuda técnica a grupos locales para apoyar los derechos de las mujeres.



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