Salud

El coronavirus pone en jaque ahora a Japón y Corea del Sur

2020-02-20

Corea del Sur ha urgido a un encierro similar a los 2,5 millones de habitantes de la ciudad de...

Paloma Almoguera | El País

Singapur.- La rápida propagación del nuevo coronavirus empieza a causar problemas serios en los países vecinos de China. Japón y Corea del Sur y afrontan sendas crisis debido al patógeno: el primero se encuentra en el punto de mira por la gestión del Diamond Princess, el crucero con más de 620 contagios a bordo —el mayor foco fuera de China—, tras dos semanas de cuarentena ya concluida.

Por su parte, Corea del Sur ha urgido a un encierro similar a los 2,5 millones de habitantes de la ciudad de Daegu, debido al riesgo de una infección colectiva a partir de un foco en una iglesia.

Se trata de una situación “muy grave”, ha advertido el alcalde de esta urbe, la cuarta más grande Corea del Sur, Kwon Young-jin. El edil ha pedido a los habitantes de la ciudad, situada a 240 kilómetros de la capital, Seúl, que se queden en sus hogares hasta nuevo aviso. Y es que, de los 104 casos registrados en todo el país, hasta 70 son de Daegu o sus alrededores, y muchos han sido vinculados a una mujer de 61 años. Descrita como “paciente 31”, sería lo que las autoridades sanitarias definen como un “supercontagiador”.

La afectada pertenece a la iglesia cristiana Shincheonji (Nuevo Cielo y Tierra), que el pasado domingo celebró una misa a la que asistieron un millar de personas, de las que al menos 90 presentan síntomas de Covid-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. Hasta 23 de los nuevos contagiados, 53 según el último recuento del Centro para la Prevención del Control de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC, en sus siglas en inglés), estuvieron presentes en esa ceremonia.

Además, Corea del Sur informó este jueves de la primera muerte por coronavirus en su territorio, un hombre del condado de Cheongdo, limítrofe con Daegu, que falleció por una neumonía el miércoles y a quien se ha detectado después presencia del virus en su organismo. La “paciente 31” también había visitado Cheongdo.

Otras 12 personas fueron diagnosticadas con la enfermedad en el mismo hospital que trató al fallecido, que ahora se encuentra temporalmente sellado. Alrededor de 600 personas, entre pacientes y personal médico, serán examinados de coronavirus, según la agencia Yonhap. Las aparentes conexiones con Daegu de la mayoría de los últimos casos han convertido a la urbe en una ciudad fantasma.

“Es como si alguien hubiese tirado una bomba en el centro de la ciudad. Parece un apocalipsis zombi”, aseguró Kim Geun-woo, residente de 28 años, a la agencia Reuters.

Si la situación en Daegu trae reminiscencias de lo ocurrido en otros lugares de China, paralizados por la expansión del coronavirus, Japón afronta un reto nuevo: asegurar que la evacuación de miles de pasajeros del Diamond Princess, anclado en el puerto de Yokohama, no va a provocar una crisis mayor dentro y fuera de su territorio.

Entre el miércoles y el viernes más de 2,000 pasajeros, la mitad japoneses y el resto procedentes de más de 50 países, habrán abandonado el barco, tras finalizarse la cuarentena de dos semanas impuesta por Japón a sus 3.771 ocupantes (2.666 pasajeros y 1.105 tripulantes). Las autoridades niponas la instauraron después de que un hombre que había estado a bordo cinco días, apeándose en Hong Kong el 25 de enero, recibiera un diagnóstico positivo de Covid-19 el 1 de febrero.

Desde entonces, más de 620 personas han resultado contagiadas, la mayor ola de infecciones fuera de China. Dos japoneses, un hombre y una mujer de 87 y 84 años, respectivamente, se han convertido en las primeras víctimas mortales, según informaron este jueves las autoridades sanitarias del país. Las críticas arrecian contra las medidas tomadas por Japón, que defiende solo permitir la evacuación de aquellos que hayan dado negativo en la prueba del coronavirus.

Para expertos como Kentaro Iwata, especialista en infecciones del Hospital Universitario Kobe, esto no es suficiente. El médico, que entró en el barco el martes, la víspera del fin de la cuarentena, describe en un vídeo en YouTube una “situación completamente caótica” a bordo. Iwata afirma que es posible que algunos de los pasajeros que han dado negativo en la prueba den positivo más adelante y propaguen por sus países la enfermedad, que ha causado en total más de 2,000 muertes y cerca de 75,000 contagios.

Aunque difícil, pues durante estas semanas los pasajeros han estado confinados en sus camarotes, salvo salidas excepcionales a cubierta por grupos, podría ocurrir si hubiesen tenido contacto con nuevos contagiados (hasta 79 más el miércoles) tras ser examinados. Unos pasajeros ya evacuados contactados por EL PAÍS aseguraron que se les realizó el test de detección hace dos semanas, con el periodo de incubación establecido en 15 días. No obstante, hay estudios que lo elevan hasta 24.

Para evitar una mayor propagación, Iwata aboga por que los evacuados pasen por una nueva cuarentena al regresar a sus hogares. Muchos países y regiones, entre ellos EU, Australia y Hong Kong, las han impuesto a sus ciudadanos en instalaciones específicas. Pero no será así para muchos otros, en particular los japoneses, o los de otras nacionalidades que decidan quedarse en Japón, libres de regresar directamente a sus hogares o de viajar por el país.

Japón defiende su gestión de la crisis. En un comunicado, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Tokio asegura que la mayor parte de contagios dentro del barco ocurrieron antes de que empezara la cuarentena. Las transmisiones secundarias —sucedidas durante los quince días posteriores— se limitan principalmente a miembros de la tripulación y del equipo sanitario, que no estaban sometidos a las mismas restricciones que los pasajeros, añade. Los tripulantes aún a bordo, pues los enfermos están en hospitales, empezarán una nueva cuarentena a partir de que el último pasajero abandone el barco.

Los resultados de la gestión del crucero pueden ser cruciales para Japón. El país, con 84 contagios en su territorio, al margen del barco, se encuentra al borde de la recesión, y lo que ocurra en los próximos meses podría afectar a la planificación de los Juegos Olímpicos de Verano de Tokio. Sumida en su propia crisis, Corea del Sur ha prohibido, de momento, la entrada al país de pasajeros extranjeros del Diamond Princess.



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