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Exportaciones de maíz y carne de vacuno de Brasil marcan récords en agosto, el azúcar se dispara

2022-09-01

Por Nayara Figueiredo y Roberto Samora

1 sep - Brasil estableció un récord mensual de exportaciones de maíz al enviar 7,55 millones de toneladas en agosto, un volumen que supera el máximo histórico previo de 7,32 millones registrado en agosto de 2019, mostraron el jueves datos del Gobierno.

El resultado sigue siendo 74% superior al volumen de maíz exportado en el mismo mes de 2021, según la Secretaría de Comercio Exterior (Secex). Además de una amplia oferta, Brasil también tiene un mercado internacional exigente, que precisa llenar el vacío dejado por Ucrania.

Las exportaciones de cereales acumuladas hasta la tercera semana de agosto ya superaron el total de 4,3 millones de toneladas exportados por el país en todo agosto de 2021 y el buen ritmo de las ventas al exterior apunta a la posibilidad de un récord.

La Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (Anec) llegó a pronosticar un máximo histórico para las ventas exteriores de maíz, sin embargo, se retractó de sus expectativas alegando que las condiciones meteorológicas desfavorables podrían afectar a las operaciones portuarias.

Brasil se encuentra en la recta final de la cosecha de maíz de segunda de 2021/22, con abundante grano disponible para su exportación tras un rendimiento récord de la producción.

Las ventas al exterior de carne de vacuno fresca también alcanzaron un nuevo récord mensual en agosto, con 203.230 toneladas, según datos de Secex, frente a las 181,600 toneladas enviadas al extranjero un año antes.

La industria frigorífica nacional atraviesa un momento de amplia demanda en el mercado internacional, principalmente de China y Estados Unidos.

También entre los aspectos más destacados del mes pasado, las exportaciones de azúcar superaron los 3 millones de toneladas, alcanzando el nivel más alto desde julio de 2000, según el Gobierno.

En términos interanuales, las ventas al extranjero del edulcorante aumentaron un 19,2%, en un momento en que las fábricas empezaron a ampliar la producción del endulzante motivadas por los descensos de los precios de los combustibles que repercuten en el etanol, además de los mejores rendimientos de las cosechas más tardías.