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Se rompió la cadena de suministro y se supone que los robots ayudarán a arreglarla
Peter S. Goodman | The New York Times Los responsables de las empresas que se encargan de entregar todo tipo de productos se reunieron en Filadelfia la semana pasada para analizar las lecciones del caos que asola la cadena de suministro mundial. En el centro de muchas soluciones propuestas: los robots y otras formas de automatización. En la sala de exposiciones, los fabricantes de robots mostraron sus últimos modelos, ofreciéndolos como complementos para mejorar la eficiencia de los trabajadores de los almacenes. Los camiones sin conductor y los drones ocuparon el espacio de la exposición, al anunciar una era en que la maquinaria ocupará un lugar central en la entrega de productos a nuestros hogares. Las empresas describieron su tecnología como una manera de ahorrar dinero en trabajadores y optimizar la planificación, al tiempo que acababan con la resistencia a un futuro concentrado en modalidades de automatización en evolución. “Es difícil motivar a la gente para que haga este trabajo”, comentó Kary Zate, director sénior de comunicaciones de mercadotecnia de Locus Robotics, uno de los principales fabricantes de robots móviles autónomos, carros que ruedan por los almacenes acompañando a los humanos que seleccionan los productos de las estanterías. “La gente no quiere hacer esos trabajos”. Después de más de dos años de pandemia, las persistentes perturbaciones económicas han intensificado los conflictos tradicionales entre empresarios y empleados en todo el mundo. El aumento de los precios de la energía, los alimentos y otros bienes —en parte, resultado de los persistentes enredos de la cadena de suministro— ha impulsado a los trabajadores a exigir salarios más altos, junto con el derecho a seguir trabajando desde casa. Los empresarios citan los elevados costos de las piezas, las materias primas y el transporte para mantener la línea salarial, lo que ha provocado una oleada de huelgas en países como el Reino Unido. Lo que está en juego es muy importante para las empresas dedicadas al transporte de mercancías. Sus ejecutivos afirman que la gran interrupción de la cadena de suministro es en gran parte el resultado de la escasez de mano de obra. Los puertos están desbordados y en las estanterías de los comercios se observa la escasez de productos porque la cadena de suministro se ha quedado sin personas dispuestas a conducir camiones y a mover las mercancías por los almacenes, según se argumenta. Algunos expertos en trabajo cuestionan estas afirmaciones y replantean la escasez de trabajadores como una falta de voluntad de los empresarios de pagar lo suficiente para atraer al número necesario de personas. “Esta narrativa de la escasez es la retórica de los grupos de presión de la industria”, aseguró Steve Viscelli, sociólogo económico de la Universidad de Pensilvania y autor de “The Big Rig: Trucking and the Decline of the American Dream”. “No hay escasez de camioneros. Simplemente son trabajos muy malos”. Un día deambulando por la feria Home Delivery World, en el Centro de Convenciones de Pensilvania, reveló cómo las empresas de la cadena de suministro buscan la automatización y la flexibilidad del personal como antídotos contra el aumento de los salarios. Están deseando adoptar los robots como alternativa a los trabajadores humanos. Los robots nunca se enferman, ni siquiera en una pandemia. Nunca se quedan en casa para atender a sus hijos. Un gran camión pintado de blanco y púrpura ocupaba una posición privilegiada en la sala de exposiciones. Era un vehículo de reparto sin conductor fabricado por Gatik, una empresa de Silicon Valley que está haciendo circular 30 de ellos entre los centros de distribución y las tiendas de Walmart en Texas, Luisiana y Arkansas. Aquí estaba la solución a las dificultades de las empresas de transporte para atraer y retener a los conductores, afirmó Richard Steiner, jefe de política y comunicaciones de Gatik. “Ya no es una profesión tan atractiva como antes”, dijo. “Podemos ofrecer una solución a ese problema”. Cerca de allí, una empresa emergente israelí, SafeMode, presentó un medio para limitar la rotación de personal notoriamente alta que afecta a la industria del transporte por carretera. La empresa ha desarrollado una aplicación que supervisa las acciones de los conductores —su velocidad, la brusquedad de sus frenadas, su eficiencia en el consumo de combustible— y recompensa a los que rinden más que sus compañeros. El fundador y director general de la empresa, Ido Levy, mostró los datos recopilados el día anterior de un conductor en Houston. La mano firme del conductor al volante había hecho que ganara 8 dólares más, una bonificación en efectivo que se suma a los 250 dólares que suele ganar en un día. “Realmente transmitimos una sensación de éxito cada día”, explicó Levy, de 31 años. “Eso fomenta la retención. Intentamos que se sientan parte de algo”. Levy concibió la empresa con un profesor del Laboratorio de Medios del MIT que aprovechó las investigaciones sobre psicología del comportamiento y ludificación (uso de elementos de juego para fomentar la participación). Hasta ahora, el sistema SafeMode ha permitido ahorrar un cuatro por ciento de combustible y aumentar la retención en una cuarta parte, según Levy. Otra empresa, V-Track, con sede en Charlotte, Carolina del Norte, emplea una tecnología similar a la de SafeMode, también en un esfuerzo por disuadir a los camioneros de cambiar de trabajo. La empresa coloca cámaras en las cabinas de los camiones para vigilar a los conductores, alertándolos cuando miran sus celulares, conducen demasiado rápido o no llevan puesto el cinturón de seguridad. Jim Becker, director de producto de la empresa, afirma que muchos conductores han llegado a valorar las cámaras como medio de protegerse de acusaciones injustificadas de mala conducta. Sin embargo, ¿cuál es el impacto en la retención si los conductores se enojan por ser vigilados? “Las frustraciones por el aumento de la vigilancia, especialmente en torno a las cámaras en la cabina, son una fuente importante de quejas de los conductores”, reveló Max Farrell, cofundador y director general de WorkHound, que recoge opiniones en tiempo real. Varias empresas presentes en la feria se dirigen a compañías de transporte que tienen dificultades para contratar personal para sus centros de despacho. Su solución fue trasladar esas funciones a países donde los salarios son más bajos. Lean Solutions, con sede en Fort Lauderdale, Florida, establece centros de atención telefónica en Colombia y Guatemala, una respuesta al “desafío laboral en Estados Unidos”, señaló Hunter Bell, agente de ventas de la empresa. Una empresa emergente de Kentucky, NS Talent Solutions, establece operaciones de despacho en México, con un ahorro de hasta el 40 por ciento en comparación con Estados Unidos. “La pandemia ha ayudado”, confirmó Michael Bartlett, director de ventas. “El mundo ahora se siente cómodo con la contratación de personal a distancia”. Una empresa de drones, Zipline, mostró un video de su equipo despegando detrás de un Walmart en Pea Ridge, Arkansas, dejando caer artículos como mayonesa e incluso una tarta de cumpleaños en los patios de las casas de los clientes. Otra empresa, DroneUp, anunció sus planes de establecer servicios similares en 30 tiendas de Walmart en Arkansas, Texas y Florida para finales de año. No obstante, las empresas más grandes son las más enfocadas en el despliegue de robots. El fabricante Locus ya ha equipado 200 almacenes en todo el mundo con sus robots y hace poco se expandió a Europa y Australia. Locus afirma que sus máquinas no están pensadas para sustituir a los trabajadores, sino para complementarlos: una forma de obtener más productividad del mismo almacén al liberar a los humanos de la necesidad de empujar los carros. Pero la empresa también presenta sus robots como la solución a la escasez de trabajadores. A diferencia de los trabajadores, los robots pueden ampliarse y reducirse fácilmente, por lo que no hay necesidad de contratar y formar a empleados temporales, dijo Melissa Valentine, directora de cuentas globales de venta al por menor en Locus, durante una mesa redonda. Sin embargo, otro panelista, Bruce Dzinski, director de transporte de Party City, una cadena de tiendas de artículos para fiestas, presentó a los robots como una alternativa a pagar salarios más altos. “No se podía conseguir mano de obra, así que se subieron los salarios para intentar conseguir gente”, relató. “Y, entonces, todos los demás subieron los salarios”. Los robots nunca exigen un aumento. aranza |
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