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El encarecimiento de la vida no da tregua durante el duelo por Isabel II
En un mercado popular del noreste de Londres el desafío de comprar sin salirse del presupuesto recuerda que el encarecimiento de la vida no ha dado un respiro durante el duelo y despedida de la reina Isabel II. La caída del poder adquisitivo de los británicos ocupaba un lugar destacado en la agenda mediática y política, antes de que la muerte de la reina el 8 de septiembre, pocas horas después de que la primera ministra Liz Truss anunciara la congelación de los precios de la energía, eclipsara el tema. La vida política, ya suspendida durante todo el verano por la elección del nuevo primer ministro, tras la renuncia de Boris Johnson, vuelve a estar paralizada. Este jueves por la mañana, la tienda de ordenadores y transferencias de dinero de Aslam Jan en Walthamstow, un barrio con una gran población migrante, permanece vacía, y no por los homenajes a la reina. "Lo ves en el mercado, la gente no gasta como antes", explica este comerciante a la AFP. "Mucha gente que enviaba dinero a su familia en el extranjero ya no puede hacerlo". La razón es la inflación del 9,9% interanual en el Reino Unido, y en particular las facturas de energía que se han disparado desde el pasado invierno. Junto a los puestos de frutas y verduras y de ropa, la calle comercial cuenta con dos supermercados baratos de la misma cadena alemana, tiendas de segunda mano y otros puntos de venta de bajo coste, que atraen a personas de escasos recursos. Rumi Dimitrova, una limpiadora búlgara de 47 años, viene aquí "porque las tiendas son más baratas", dice, mientras sale de un establecimiento de ropa de segunda mano con las manos vacías. "Desde el covid era difícil, pero ahora aún lo es más", se lamenta, añadiendo que, por suerte, su hijo, que vive en Londres, la ayuda un poco. "Ahora hay que revisar cada tiquete de compra, y todo el mundo mira los precios antes de comprar cualquier cosa", observa Carole Bayllie, de 62 años, que vende utensilios de cocina en una pequeña parada en el mercado. Esta mujer explica que ya no usa la secadora de ropa y que este invierno encenderá menos la calefacción. - "Realidad de la vida" -"Por supuesto", la muerte de la reina "es muy triste, mucha gente la respetaba, pero la realidad de la vida no ha cambiado", recuerda Gary Nash, fundador de los bancos de comida para necesitados Eat or Heat ("alimentarse o calentarse"). Su organización, creada durante la crisis financiera de 2008, cuenta con varios centros de distribución de alimentos, incluido uno cerca del mercado de Walthamstow, que brindan ayuda a "cientos de personas" cada mes. Se trata sobre todo de personas "que trabajan a tiempo completo, pero que no pueden pagar sus facturas", describe. Los aumentos salariales en algunos sectores están lejos de compensar la inflación, que podría subir aún más en los próximos meses. "El salario medio real lleva siete meses cayendo", y se temía un descenso "dos veces más pronunciado que durante la crisis financiera de 2008" antes de los últimos anuncios del gobierno, cuyo impacto es aún incierto, afirma Lalitha Try, investigadora sobre desigualdad en la organización Resolution Foundation. Mientras la recesión amenaza al país, Resolution Foundation prevé que tres millones de personas caigan en la pobreza, aunque las medidas anunciadas por el gobierno podrían limitar los daños. - "Un compromiso" -Desde la muerte de la reina, y al menos hasta su funeral el lunes, el debate político, que hasta ahora había sido muy virulento sobre la crisis del coste de la vida, se ha detenido de repente. Los diputados laboristas han recibido instrucciones de la dirección del partido de hablar con los medios de comunicación sólo para rendir homenaje a la reina, según una nota interna revelada por The Guardian. En medio del coro de homenajes a Isabel II, unas pocas y raras voces lamentaron que las fuerzas del gobierno estuvieran concentradas exclusivamente en la organización de su grandioso funeral y de que el Parlamento estuviera en receso, a pesar de la urgencia de la crisis. El ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, aún tiene que hacer una declaración presupuestaria el viernes para detallar las medidas de apoyo anunciadas por Truss, que probablemente ascenderán a más de 100,000 millones de libras (115,000 millones de dólares). "Ya sé que tenían que detener la actividad del Parlamento por el protocolo, pero la gente está preocupada y deberían haber encontrado un compromiso", lamentó Bayllie. aranza |
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