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El huracán Ian se dirige a las Carolinas tras azotar Florida
Por MEG KINNARD y ADRIANA GÓMEZ LICÓN CHARLESTON, Carolina del Sur, EU (AP) — Un huracán Ian nuevamente fortalecido se dirige el viernes a la costa de Carolina del Sur y a la histórica ciudad de Charleston, con pronósticos de marejadas de tormenta e inundaciones después que la megatormenta causó daños catastróficos en Florida y dejara a mucha gente atrapada en sus casas. En toda la costa de Carolina del Sur regía una advertencia de huracán y una fila interminable de vehículos salía de Charleston ante el llamado de las autoridades a que los residentes buscaran terrenos más altos. Se apilaron bolsas de arena frente a los comercios en una zona vulnerable a las inundaciones. El viernes por la mañana en Charleston, potentes ráfagas de viento doblaron las ramas de los árboles y enviaron chorros de lluvia que caían constantemente hacia los lados. Las calles de esta ciudad de 350 años de antigüedad estaban prácticamente vacías, y el avance del meteoro silenció un trayecto matutino normalmente lleno de gente. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó que a las 8 a.m. del viernes, Ian tenía vientos de 140 km/h (85 mph). Su ojo se situaba a unos 175 km (105 millas) al sureste de Charleston. Pronosticó una “marejada ciclónica potencialmente mortal” y condiciones de huracán a lo largo de la zona costera de Carolina más tarde el viernes. La advertencia de huracán se extendía desde el río Savannah hasta Cape Fear, con probables inundaciones en las Carolinas y el suroeste de Virginia, dijo el centro. El pronóstico preveía una marejada ciclónica de hasta 2,1 metros en las zonas costeras de las Carolinas y lluvias de hasta 20 centímetros. La advertencia se extendía desde el río Savannah hasta el Cabo Fear, con inundaciones en las Carolinas y el suroeste de Virginia, dijo el centro. El pronóstico incluye una marejada de hasta 2,1 metros (siete pies) en las zonas costeras de las Carolinas y 20 centímetros (ocho pulgadas) de lluvia. En Florida, los rescatistas recorrían en botes o a pie las calles trasformadas en ríos para salvar a miles de personas atrapadas en viviendas inundadas e inmuebles destrozados por el huracán. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que la Guardia Costera, la Guardia Nacional y los equipos urbanos de búsqueda y rescate salvaron al menos 700 personas. Ian tocó tierra el miércoles en la costa de Florida sobre el Golfo de México como un monstruoso huracán de categoría 4, una de las tormentas más poderosas que haya llegado a Estados Unidos. Inundó viviendas en las dos costas, cortó el único acceso a una isla barrera, destruyó un muelle histórico y dejó a 2,6 millones de casas y negocios sin luz. Alrededor de 2,1 millones seguían a oscuras días después. El cambio climático agregó al menos 10% más de lluvia al huracán, de acuerdo con un estudio realizado inmediatamente después de su paso, dijo el climatólogo Michael Wehner, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, uno de los autores. Se confirmó la muerte de seis personas en Florida, dos de ellas el jueves en un auto que volcó en una zanja inundada en el condado de Putnam, en el norte del estado. El paso del huracán por Cuba, el martes, dejó tres muertos. En la zona de Fort Myers, el huracán arrancó las casas de sus pisos y las depositó entre escombros triturados. Los negocios cercanos a la playa quedaron completamente arrasados, dejando escombros retorcidos. Los muelles rotos flotaban en ángulos extraños junto a los barcos dañados. Las brasas ardían en lotes donde alguna vez hubo casas. “No sé cómo alguien pudo haber sobrevivido allí”, afirmó William Goodison en medio de los escombros de un parque de casas rodantes en Fort Myers Beach, donde vivió durante 11 años. Goodison dijo que estaba vivo solo porque pasó la tormenta en la casa de su hijo tierra adentro. El huracán atravesó el parque de unas 60 casas, dejando muchas destruidas o destrozadas sin posibilidad de reparación, incluida la casa de Goodison. Atravesando el agua hasta la cintura, Goodison y su hijo empujaron dos botes de basura que contenían lo poco que pudo salvar: un aire acondicionado portátil, algunas herramientas y un bate de béisbol. El camino hacia Fort Myers estaba lleno de árboles rotos, remolques para botes y otros escombros. Había automóviles abandonados en la carretera, inutilizados luego de que la marejada ciclónica inundó sus motores. El alguacil del condado de Lee, Carmine Marceno, dijo que su oficina estaba luchando para responder a miles de llamadas al número de emergencias 911 en el área de Fort Myers, pero que muchas carreteras y puentes estaban intransitables. Los equipos de emergencia aserraron árboles derribados para llegar a las personas varadas. Muchos en las áreas más afectadas no pudieron pedir ayuda debido a cortes eléctricos y celulares. Un trozo del puente Sanibel cayó al mar, cortando el acceso a la isla barrera donde viven 6,300 personas. Horas después de reducirse a tormenta tropical al cruzar la península de la Florida, Ian recuperó fuerza de huracán el jueves por la noche sobre el Atlántico. El NHC pronosticó que llegaría a Carolina del Sur como tormenta de Categoría 1. Efectivos de la Guardia Nacional tomaban posiciones para efectuar rescates y brindar otro tipo de ayuda. En Washington, el presidente Joe Biden aprobó la declaración de emergencia para el estado, un paso necesario para acelerar el envío de ayuda federal. Los meteorólogos dijeron que la tormenta iría luego a Carolina del Norte, donde el gobernador Roy Cooper dijo a los habitantes que se prepararan para lluvias torrenciales, vientos fuertes y posibles apagones. Jamileth |
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