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Manifestantes en Irán conmemoran 40 días de la muerte de Amini
DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Cientos de manifestantes salieron a la calle el miércoles en una ciudad del noroeste de Irán para conmemorar los 40 días desde la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, cuando estaba detenida, una tragedia que ha derivado en las mayores protestas antigubernamentales en más de una década. En la rama chií del islam, como en muchas otras tradiciones, los decesos se recuerdan de nuevo 40 días después, normalmente con muestras de dolor. En la localidad natal kurda de Amini, Saqez, el lugar donde comenzaron los disturbios que ahora sacuden a todo el país, las multitudes se agolparon ante su tumba en el cementerio. “¡Muerte al dictador!”, gritaban los manifestantes. Los medios estatales anunciaron que las escuelas y universidades de la región noroccidental del país permanecerían cerradas, supuestamente para frenar “la propagación de la gripe”. En el centro de Teherán, las tiendas cerraron y había policías con equipos antimotines desplegados. Un grupo de estudiantes mujeres marcharon por las calles gritando consignas contra el gobierno mientras los autos que estaban en un atasco hacían sonar sus bocinas en señal de apoyo, dijeron testigos. En el campus de la Universidad de Teherán también pudieron escucharse cánticos antigubernamentales. Amini, que fue detenida por violar supuestamente el estricto código de vestimenta para las mujeres en el país, sigue siendo un potente símbolo de las protestas que han supuesto uno de los mayores desafíos a la República Islámica. Bajo el lema #WomanLifeFreedom (#MujerVidaLibertad), en un primer momento las movilizaciones se centraron en los derechos de las mujeres y en la obligación estatal de que las mujeres se cubran la cabeza con el hiyab, o velo islámico. Pero rápidamente evolucionaron a llamados a derrocar a los clérigos chiíes que han gobernado el país desde la Revolución Islámica de 1979. Las protestas también han atraído a universitarios, sindicatos, presos y minorías étnicas, como los kurdos que viven en la frontera con Irak. Desde el inicio de las marchas, las fuerzas de seguridad han empleado munición real y gases lacrimógenos para dispersar a los inconformes, con más de 200 fallecidos, según los grupos de derechos. Se estima que miles de personas han sido detenidas. Las autoridades iraníes han culpado de las protestas a la injerencia extranjera, pero no ofrecieron evidencias. Jamileth |
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