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Trump anunció su candidatura para 2024. La Casa Blanca tiene un plan
Michael D. Shear | The New York Times WASHINGTON — Con el anuncio de la postulación oficial de Donald Trump para volver al Despacho Oval que, según afirma falsamente, le fue robado, el presidente Joe Biden está dispuesto a poner en práctica lo que algunos de sus principales ayudantes denominan como “el proyecto Trump”. Biden ha pasado gran parte del último año enfrentando a la agenda “ultra-MAGA”, apuntando a senadores, gobernadores y legisladores estatales republicanos. Ahora, volverá a centrar la atención en su antiguo y futuro enemigo: el mismísimo señor “Make America Great Again”. Dentro del Ala Oeste, un pequeño grupo de asesores presidenciales ha trabajado para desarrollar un plan sobre cómo Biden y la Casa Blanca responderán a lo que esperan que sea un flujo constante de invectivas del expresidente ahora que vuelve a ser un candidato formal. Trump comenzó los ataques casi de inmediato en su discurso del martes por la noche anunciando su candidatura presidencial, al quejarse de que “Biden y los lunáticos de la izquierda radical están dirigiendo nuestro gobierno hasta el fondo”. Biden seguirá subrayando su creencia de que Trump es una amenaza para la democracia, según dicen sus asesores. Pero sus asesores políticos están decididos a demostrar que los cuatro años de Trump no produjeron logros reales para el pueblo estadounidense. El martes, apenas unas horas antes del anuncio de Trump, la cuenta política de Biden en Twitter publicó un video en el que se burlaba de las afirmaciones del expresidente acerca de que estaba haciendo algo con respecto a las infraestructuras en ruinas del país. El video, titulado “La diferencia entre hablar y cumplir”, mostraba a Biden firmando su proyecto de infraestructura de un billón de dólares para hacerla ley, en comparación con una compilación de videos del expresidente usando la palabra “infraestructura”. En medio del discurso de Trump, la cuenta de Twitter publicó otro video, titulado “Donald Trump le falló a Estados Unidos”, que mostraba escenas de los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio. El esfuerzo para coordinar la respuesta de Trump ha implicado meses de investigación y está siendo dirigido por Anita Dunn, una de las principales estrategas de comunicación de Biden, y Jen O’Malley Dillon, que dirigió la campaña de Biden en 2020 y ahora es la subjefa de personal en la Casa Blanca. Biden dijo la semana pasada que “tiene la intención” de presentarse en 2024, pero que hablaría con su familia antes de anunciar una decisión a principios del próximo año. Sin embargo, los funcionarios dijeron que la presencia de Trump en la contienda lo motivaría a postularse de nuevo. Biden ve a su predecesor como un peligro que hay que detener. Regularmente señala que es la única persona que ha derrotado a Trump, dando a entender que él sería la mejor opción para volverlo a hacer. Ha dicho públicamente que “no lo decepcionaría” enfrentarse a Trump en una revancha. Biden se sintió alentado por el sorpresivo resultado de los demócratas durante las elecciones de mitad de mandato. Pero él mismo sigue siendo profundamente impopular, según las encuestas, y se enfrenta a vientos políticos en contra: una economía todavía golpeada por la inflación, una guerra cada vez más profunda en Europa y las continuas preguntas sobre si es demasiado mayor para otro periodo. En el último año, a medida que se acercaban las elecciones de mitad de mandato, Biden se ha centrado cada vez más en el movimiento que creó Trump. Atacó “300 proyectos de ley discriminatorios” aprobados por las legislaturas republicanas. Arremetió contra el gobernador de Texas por investigar a las familias transgénero. Acusó a Ron DeSantis, el gobernador republicano de Florida, de prohibir libros; y a Rick Scott, el senador republicano del estado, de un complot secreto para subir los impuestos a los estadounidenses. En el Comité Nacional Demócrata (DNC, por su sigla en inglés), los funcionarios han monitoreado al expresidente, incluso después de que dejó Washington para instalarse en Mar-a-Lago, su propiedad en Florida. El partido ha reunido a unos 40 investigadores para catalogar todos los discursos, discursos radiofónicos, apariciones en televisión y artículos de prensa en los que aparezca Trump y otros candidatos republicanos, en un esfuerzo por montar el caso más completo contra el expresidente y los republicanos en las próximas campañas. El martes, el DNC anunció que empezaría a contratar personal en Nuevo Hampshire, Florida y otros estados de las primarias iniciales para hacer que los candidatos presidenciales republicanos como Trump rindan cuentas de lo que dicen cuando empiecen a hacer campaña para la Casa Blanca en 2024. Es la primera vez que el DNC ha empezado a hacer contrataciones locales antes de una campaña presidencial, dijeron los funcionarios “Hoy es solo el inicio de lo que serán unas primarias republicanas desordenadas, con candidatos compitiendo por ser el republicano MAGA más extremo de la campaña”, dijo Jaime Harrison, el presidente del Comité Nacional Demócrata, en un comunicado. “El DNC estará preparado para todos ellos”. Funcionarios del partido dijeron que seguirían resaltando las acciones de otros posibles candidatos republicanos, incluyendo a DeSantis, junto con viejos partidarios de Trump como Tucker Carlson, el presentador derechista de Fox News, y Mike Lindell, el propietario de MyPillow, que respaldó las afirmaciones de Trump sobre el fraude electoral. Pero Trump es un caso especial. Biden lleva tiempo diciendo que su campaña para la presidencia en 2020 estaba motivada por Trump. En el video en el que anunciaba su campaña en 2019, Biden arremetió contra su rival por afirmar una “equivalencia moral entre los que difunden el odio y los que tienen el valor de enfrentarse a él” tras la manifestación de supremacistas blancos de 2017 en Charlottesville, Virginia. Pero como presidente, Biden a menudo trató de ignorar al hombre al que se refiere como “el tipo anterior”. La entrada formal de Trump en la contienda podría poner fin a la moderación de Biden, ya que algunos demócratas lo presionarán invariablemente para que critique a Trump en voz alta y en repetidas ocasiones. El expresidente y el movimiento MAGA que creó fueron temas centrales en las elecciones de mitad de mandato, incluso sin el anuncio formal de la candidatura del propio Trump. Fueron los exitosos nombramientos de Trump de tres jueces conservadores para la Corte Suprema los que allanaron el camino para la decisión de anular el caso Roe contra Wade, y eliminar así las protecciones constitucionales para el aborto. Biden y los demócratas aprovecharon ese fallo como parte clave de su mensaje para atraer a sus votantes. La constante defensa de Trump de la Asociación Nacional del Rifle fue objeto de un creciente escrutinio tras los tiroteos, incluidos los de niños de una escuela primaria en Uvalde, Texas. Y los demócratas siempre habían planeado centrarse en los esfuerzos del expresidente para anular las elecciones de 2020, particularmente sus acciones en torno al ataque del 6 de enero en el Capitolio. No está claro hasta qué punto Trump mantiene el férreo control sobre los políticos y los votantes republicanos que esgrimió con tanta eficacia durante sus cuatro años en la Casa Blanca. La mayoría de los negacionistas de las elecciones que hicieron campaña repitiendo las quejas de Trump sobre 2020 fueron derrotados —aunque por poco— por los demócratas que argumentaron que los estadounidenses debían rechazar la agenda del expresidente. Los funcionarios de la Casa Blanca aún no precisan la fecha en que Biden anunciará formalmente su decisión sobre la candidatura a un segundo mandato. Cuando el presidente confirme su candidatura, entrarán en vigor nuevas normas sobre cómo tiene que recaudar y gastar dinero en su campaña. Sus asesores quieren retrasar esto hasta que estén preparados. Mientras tanto, el propio Biden está cada vez más convencido de que su misión de destituir a Trump —y mantenerlo fuera de la Casa Blanca— aún no ha terminado. “Nadie ha identificado más claramente la singular amenaza existencial que Donald Trump representa para el país que Joe Biden”, dijo Kate Bedingfield, directora de comunicación de la Casa Blanca, antes del anuncio de Trump. “Y nadie más lo ha derrotado. Así que, creo que para nosotros, esas son las dos directivas”. Después del discurso de Trump el martes por la noche, un reportero que viajaba con el presidente para la cumbre del Grupo de los 20 en Bali, Indonesia, le preguntó a Biden si tenía algún comentario sobre el anuncio. Biden, que estaba reunido con el presidente francés Emmanuel Macron, miró a su homólogo y los dos hombres sonrieron. “La verdad es que no”, dijo Biden. Jamileth |
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