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Selección argentina, forzada a sobrevolar mar de gente
Por ALMUDENA CALATRAVA y DANIEL POLITI BUENOS AIRES, Argentina (AP) — La fiesta para recibir a los jugadores de la selección argentina con la Copa del Mundo terminó el martes antes de lo que hubieran deseado los fanáticos agolpados en las calles por millones. El desfile en autobús del plantel con el trofeo mayor tuvo que ser suspendido y los campeones fueron trasladados en helicóptero de regreso al predio deportivo del cual partieron debido a la marea de aficionados que se volcó a la vía pública. La caravana terrestre con los campeones del Mundial de Qatar se convirtió en aérea, en medio de una confusa organización por la falta de información sobre cuál era su trayecto exacto. Soslayando los cuestionamientos que surgieron al respecto, el presidente Alberto Fernández celebró “el modo en que el pueblo se volcó a las calles para homenajear a nuestra Selección y al equipo técnico”. “Millones de argentinos y argentinas en las calles, en un diciembre distinto, que quedará para siempre en nuestros corazones”, dijo el mandatario en su cuenta de Twitter. Tras salir al mediodía del predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en las afueras de Buenos Aires, el autobús descapotable con el plantel recorrió varios kilómetros por una autopista mientras decenas de miles de personas que portaban grandes banderas de Argentina vitoreaban a sus héroes deportivos desde los márgenes de la ruta y edificios cercanos. Más de cuatro horas después y a medida que más y más fanáticos se sumaban a la celebración copando los alrededores de Buenos Aires y varios barrios capitalinos, los jugadores fueron trasladados a un predio donde abordaron varios helicópteros. Después de sobrevolar puntos clave de Buenos Aires donde se habían congregado aficionados, los helicópteros que los trasladaban regresaron a la sede de la AFA, según informó la Policía Federal. Con anterioridad, la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, manifestó en Twitter que los campeones estaban “sobrevolando todo el recorrido...porque se hizo imposible seguir por tierra ante la explosión de alegría popular”. En el país donde el fútbol es la mayor pasión, la gente vitoreó a los jugadores que eran transportados por aire. Muchas personas siguieron un tiempo después festejando en las calles y otros emprendieron el regreso a sus casas con las caras largas. “Estamos enojados porque el gobierno no organizó como debía para que nosotros festejemos; nos robaron la Copa del Mundo”, dijo a The Associated Press Diego Benavidez, de 25 años, quien llegó a la capital muy temprano para ver a la selección campeona. Los planes iniciales de llegar a la zona del monumento del Obelisco, en el centro de Buenos Aires, se truncaron, reprochó a su vez en Twitter el titular de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio “Chiqui” Tapia, quien se trasladaba junto al plantel triunfador en el Mundial de Qatar. “No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena”, dijo Tapia. Durante su traslado por tierra, el capitán Lionel Messi y el resto del plantel saludaron a la gente mientras portaban la copa que simboliza el tercer título mundial de Argentina y su primero desde 1986. El autobús descapotable era escoltado por varios vehículos de la policía y agentes motorizados. Bajo un sol ardiente, los sonrientes jugadores llevaban colgada del cuello las medallas de campeones y, admirados por el fervor que despertaban, hacían fotos con sus móviles de la multitud que invadía la calzada de la autopista para tener acercarse lo más posible al vehículo. Una marea compacta de gente invadió la ruta, mientras la policía intentaba evitar que se produjeran desmanes. En lo que se cree la movilización más masiva de la historia reciente, al menos cuatro millones de personas se han volcado a las calles, avenidas y rutas de acceso a la capital. Messi y sus compañeros llegaron en la madrugada del martes al aeropuerto de Ezeiza —en las afueras de Buenos Aires--, cuyas inmediaciones estaban repletas de personas, y durmieron unas horas en la sede de la AFA antes de abordar el autobús. Mientras el avión se acercaba a Argentina, casi 200,000 personas siguieron su ruta por internet. En horas tempranas del día, Messi subió una foto en las redes sociales en la que se lo ve abrazado a la Copa del Mundo mientras dormía. Muchos fanáticos pasaron la noche en las inmediaciones del Obelisco en Buenos Aires, el monumento que suele ser epicentro de las celebraciones del triunfo del equipo argentino, con la esperanza de ver pasar desde allí a los jugadores, que en último momento cambiaron la ruta originalmente trazada. Otras personas caminaron decenas de cuadras o se trasladaron en el metro, ataviadas con la camiseta de la selección nacional, grandes banderas y cantando la canción “Muchachos”, que se ha convertido en el himno de los fanáticos. Los seguidores de la selección portaban banderas en las que se dibujaba el rostro de Messi y el del otro gran astro argentino Diego Maradona, quien alzó la copa en 1986 y murió hace dos años. “Esto es para el Diego que lo mira desde el cielo”, cantaban los aficionados en referencia a quien fuera capitán de la selección que conquistó el segundo cetro de Argentina en la historia. Ahora Messi ha obtenido un tercero. Yael Torchinsky, de 39 años y vestida con una camiseta de la selección, figuró entre los muchos seguidores que viajaron en el metro para encontrarse con algunos familiares en las inmediaciones del Obelisco. “Es una fiesta. La última vez que Argentina salió campeón yo tenía 3 años; no recuerdo nada y lo quiero vivir intensamente porque necesitamos esta alegría en el pueblo argentino”, dijo a la AP la mujer, mientras a su alrededor los pasajeros gritaban y saltaban. Brian Andreassi, de 23 años y quien llegó a la capital en auto, dijo que es “indescriptible” la marea de gente que vio en su recorrido hasta llegar al centro. “No hay palabras para decirlo; supongo que va a ser imposible verlos, porque hay un mundo de gente ocupando sus lugares desde tempranísimo”, sostuvo el joven, quien dijo haber vivido el Mundial y las celebraciones con una intensidad inédita. El gobierno capitalino pidió a la población mucha prudencia porque durante las celebraciones del domingo, luego de que Argentina se alzó con la Copa, varias personas sufrieron heridas tras caerse de los techos de las paradas de los autobuses y de los semáforos a donde se habían subido. Muchos aficionados que llenaron las calles se enteraron de que el recorrido del autobús había sido modificado gracias a vecinos que colgaron carteles en sus viviendas en los que advirtieron de ello. Pese al cambio de planes, el Obelisco de Buenos Aires se llenó de personas decididas a festejar de igual modo. El Mundial y el éxito del combinado ha traído alegrías muy necesitadas y ha liberado tensiones en un país que lleva años marcado por los problemas económicos, con una de las tasas de inflación más altas del mundo y donde casi cuatro de cada 10 personas viven en la pobreza. “Estamos muy golpeados por muchos factores, ojalá que este sea el principio de un nuevo camino”, confió la aficionada Torchinsky. Victoria Roldán, quien iba a acompañada de su hermana Mariana, dijo que ambas pensaban dirigirse allá donde estuviese Messi con la Copa porque morían “de ganas” de verlo “con esa sonrisa”. La joven afirmó que el capitán de la selección había contribuido a unir a los argentinos. “Hay otra energía en el aire y en la cara de la gente, esperemos que dure”. El presidente Fernández dispuso que el martes fuese feriado nacional para que el país pudiera celebrar la victoria. aranza |
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