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Sin una narrativa de Covid, los censores de China no están seguros de qué hacer


2022-12-23

Paul Mozur, The New York Times

Desde que China puso fin a su política estricta de “cero COVID”, un chiste ha estado circulando en las redes sociales sobre el cambio repentino.

Tres hombres que no se conocen entre ellos están sentados en la celda de una prisión. Cada uno explica por qué lo arrestaron:

“Yo me opuse a las pruebas para detectar la COVID”.

“Yo apoyé las pruebas para detectar la COVID”.

“Yo hice pruebas para detectar la COVID”.

El chiste todavía no ha sido muy censurado. Es una señal de lo mucho que el Partido Comunista chino, habitualmente un maestro de la emisión de mensajes, está luchando para dar una explicación coherente por el cambio de política y una directiva clara sobre qué hacer con una explosión de casos que ahora amenaza los recursos médicos del país.

El cambio fue tan desconcertante que, incluso dos semanas después, el poderoso sistema de propaganda y censura del Estado tienen que ponerse al día con el diluvio de confusión y críticas que se permean por los controles de internet típicamente herméticos del país.

Excepto por la explicación de las reglas nuevas respecto a la COVID-19, los medios oficiales chinos no han ofrecido mucha información sobre la situación de parte de líderes de alto rango. Expertos afirman que los cientos de miles de censores de internet del país no han recibido instrucciones sobre qué permitir y qué eliminar y es posible que estén confundidos, dado que lo se bloqueaba hace un mes ahora es política oficial. Muchos chinos han estado preguntando por qué soportaron años de confinamientos y restricciones de viaje estrictos tan solo para que los líderes los abandonen y permitan que el virus se propague sin freno.

Para el liderazgo chino, mantener la confianza pública depende, en parte, de una tarea difícil: encontrar un discurso que pueda tener sentido en lo que respecta al cambio de estrategia.

En las semanas que han pasado desde que “cero COVID” terminó, la máquina de censura y propaganda que todo lo abarca de China ha caído en su vieja rutina de borrar la prensa negativa y diseminar publicaciones de “energía positiva” que alaban las luchas de individuos y del gobierno. Sin embargo, expertos indican que el trauma de tres años causado por las estrictas medidas pandémicas y el giro de último minuto probará ser duro de superar para el pueblo.

Fang Kecheng, un profesor asistente en la Universidad China de Hong Kong que estudia la propaganda china, mencionó: “Será imposible para todos olvidarlo por completo. Muchos recordarán ‘cero COVID’ de manera profunda y clara”. Sin embargo, agregó que eso podría no conducir a una pérdida extensa de la confianza en el gobierno y destacó que “la gente todavía tiene maneras de convencerse a ella misma de que las cosas no se ven tan mal ahora”.

Hasta ahora, los propagandistas se han ceñido a las normas del pasado en el manejo de crisis. Han evitado menciones excesivas del cambio de política, al enfatizar en cambio la estabilidad social. Los medios estatales han calificado, de manera empática, la situación como “estresante”, pero de otra manera la han mostrado como una decisión bien orquestada para superar un virus que ya no es tan letal como alguna vez lo fue.

En todo el país, una escasez grave de medicinas, videos de personas que saturan los hospitales, así como filas largas afuera de los crematorios y las casas funerarias marcaron un contraste evidente con las siete muertes reportadas por el gobierno esta semana. El martes, autoridades sanitarias explicaron que solo las muertes causadas por neumonía y falla respiratoria inducidas por el coronavirus serían atribuidas a la COVID.

La ira detonó con rapidez en línea, ya que muchos acusaron a las autoridades de doble moral con base en sus informes frecuentes y detallados de las estadísticas de muertes por COVID en el extranjero, en particular de Europa y Estados Unidos. Muchos usaron la etiqueta #WhatIsTheCriteriaForDeathByCovid (Cuál es el criterio para muerte por COVID) en quejas el martes. Para el miércoles, los censores habían comenzado a bloquear tales publicaciones.

La gente escribió sobre las muertes de sus familiares y exhortaron a otros a no confiar en la propaganda de que la COVID ahora es como la influenza. Un banco de sangre solicitó a estudiantes universitarios hacer donaciones urgentes. Las cancelaciones de las reservaciones de viaje para los festejos del próximo Año Nuevo chino aumentaron con rapidez a medida que las personas decidieron quedarse en casa.

La cobertura que los medios estatales han hecho de los máximos líderes del país se ha mantenido alejada del brote actual. El lunes, un comentario en el Diario del Pueblo justificó la política nueva, al decir que traerá un “efecto positivo significativo” en la recuperación económica. Aunque el artículo señalaba que “hay mucho trabajo por hacer”, no llegó a reconocer el caos que había creado.

Fang opinó: “No creo haber visto el despliegue de una estrategia de propaganda planeada u orquestada. Es más debido a que el rumbo general ha cambiado, así que de repente la propaganda tiene que continuar por ese camino”. Aseguró que una prueba muy importante ocurrirá cuando el virus se propague a las áreas rurales de menor tamaño con recursos médicos insuficientes.

Un coro en línea pequeño pero elocuente ha criticado los cambios de política abruptos y desarticulados. Asong Yu, de 30 años, un trabajador de finanzas en el noreste de China, ha cuestionado de maneras sarcástica e indirecta los cambios repentinos y la falta de explicación.

En una publicación, Yu compartió una respuesta del bot conversacional que funciona con inteligencia artificial y se ha vuelto viral, ChatGPT, a la pregunta: “¿Hay cerdos que pueden hacer un giro de 180 grados?”. Tenía una hostilidad particular hacia aquellos que llamó “entusiastas de la prevención epidémica”, nacionalistas que antes habían repetido como loros la posición del gobierno sobre el “cero COVID” solo para ser abandonados por el cambio de actitud de Pekín. En línea, los llamó: “Perros abandonados que sus amos golpean”.

En una entrevista, Yu manifestó: “La propaganda previa es totalmente opuesta a la actual. Pienso que, sin importar lo estúpidas que algunas personas pueden ser, tendrán que despertar”.

Hasta el momento, las publicaciones de Yu han evitado la mordaza de la censura. En parte, eso se debe a que no hay maneras obvias de lidiar con un viraje tan grande. Los censores deben decidir si eliminan alguna parte de las publicaciones oficiales que apoyaron la estrategia de “cero COVID” durante años y cuánto tolerar un nuevo celo por el levantamiento de los confinamientos.
 



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