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Lula designa a defensora de Amazonía como ministra ambiental
Por FABIANO MAISONNAVE RÍO DE JANEIRO (AP) — El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció el jueves que la activista amazónica Marina Silva será su ministra de Medio Ambiente. La designación indica que el nuevo gobierno brasileño dará prioridad a frenar la deforestación ilegal de los bosques tropicales, incluso si eso significa entrar en conflicto con los poderosos intereses de la agroindustria. Ambos asistieron a la reciente conferencia climática de la ONU en Egipto, donde Lula prometió a multitudes que lo vitoreaban una “deforestación cero” para 2030 en la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo y clave para combatir el cambio climático. “No habrá seguridad climática si el Amazonas no está protegido”, aseguró entonces. Su elección de Silva subraya ese compromiso, pero la polémica elección podría socavar sus perspectivas de gobernabilidad, dado que muchos actores de la agroindustria y legisladores asociados están resentidos con la activista. El resentimiento se deriva de su tiempo como ministra de Medio Ambiente durante la mayor parte del último mandato presidencial de Lula, de 2003 a 2010. En una conferencia de prensa el jueves, Lula también designó a Sonia Guajajara como la primera ministra de Pueblos Indígenas de Brasil y al productor de soya Carlos Fávaro como ministro de Agricultura. Lula prestará juramento el 1 de enero de 2023. Silva nació en la Amazonía y trabajó como recolectora de caucho en su adolescencia. Como ministra de Medio Ambiente, supervisó la creación de decenas de zonas de conservación y una sofisticada estrategia contra la deforestación, con importantes operaciones contra los delincuentes medioambientales y un moderno monitoreo vía satélite. También ayudó a diseñar el mayor esfuerzo internacional para preservar la selva tropical: el Fondo Amazonía, respaldado en su mayor parte por Noruega. La deforestación se redujo drásticamente. Sin embargo, Lula y Silva se distanciaron luego de que él comenzó a atender a los agricultores durante su segundo mandato, por lo que Silva renunció en 2008. Lula parece haberla convencido de que él ha cambiado de rumbo. Ella se unió a su campaña después de que él aceptara sus propuestas de conservación. En su propia aparición durante la cumbre de la ONU, Silva dijo que el gobierno de Lula protegería la selva tropical y lideraría la lucha contra el cambio climático. “Brasil volverá a tener el papel protagónico que tuvo anteriormente en lo que respecta al clima, a la biodiversidad”, aseguró Silva a los periodistas durante la cumbre. Ese sería un giro brusco frente a la presidencia de Jair Bolsonaro, quien impulsó el desarrollo en la Amazonía y cuyo ministro de Medio Ambiente renunció después de que la policía nacional comenzara a investigar si él estaba ayudando a la exportación de madera talada ilegalmente. Bolsonaro congeló la creación de zonas protegidas, debilitó a las agencias ambientales y colocó la gestión forestal bajo el control del ministerio de Agricultura. También defendió la agroindustria, que se opone a la creación de áreas protegidas como los territorios indígenas y que ha presionado por la legalización del acaparamiento de tierras. La deforestación en la Amazonía brasileña alcanzó un máximo de década y media en el año que finalizó en julio de 2021, aunque la devastación se desaceleró un poco en los siguientes 12 meses. También es probable que Silva enfrente la resistencia del Congreso, donde el grupo de legisladores que apoya a los agricultores representará el próximo año más de un tercio de la cámara baja y el Senado. Dos legisladores aliados de Lula y que provienen del sector agrícola brasileño dijeron a The Associated Press que no están de acuerdo con la nominación de Silva, dado lo conflictivo de su mandato anterior. Hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias. Otros estaban más esperanzados. Neri Geller, legisladora de la bancada de agronegocios que actuó como puente con Lula durante la campaña, dijo que las cosas habían cambiado desde la partida de Silva en 2008. “En ese momento, Marina Silva era quizás algo extremista, pero la gente del sector agrícola también tenía algunos extremistas”, declaró, citando además un marco legal fortalecido en torno a la protección ambiental. “Creo que ella maduró y nosotros maduramos. Podemos avanzar en puntos importantes de la agenda para el sector y al mismo tiempo preservar” el medio ambiente, agregó. Jamileth |
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