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China promete una "victoria final" sobre el COVID mientras el brote despierta la alarma mundial
Por Bernard Orr y Liz Lee PEKÍN, (Reuters) - Las autoridades sanitarias de todo el mundo intentaron determinar los hechos del virulento brote de COVID-19 en China y la forma de evitar una mayor propagación, mientras el periódico portavoz del Gobierno alentaba el miércoles a los ciudadanos a una "victoria final" sobre el coronavirus. La supresión el mes pasado de las estrictas restricciones impuestas por China al coronavirus ha desatado su propagación en una población de 1,400 millones de habitantes con escasa inmunidad natural, protegida del virus desde su aparición en la ciudad de Wuhan hace tres años. Las funerarias han informado de un aumento de la demanda de sus servicios, los hospitales están abarrotados de pacientes y los expertos internacionales en salud predicen al menos un millón de muertes en China este año. Con todo, oficialmente China solo ha informado de un pequeño número de muertes por COVID-19 desde el cambio de política y ha restado importancia a la preocupación por una enfermedad que antes se esforzaba por erradicar mediante confinamientos masivos, pese a que el resto del mundo se abría. "China y el pueblo chino obtendrán sin duda la victoria final contra la epidemia", afirmó en un editorial el periódico portavoz del Partido Comunista chino, el Diario del Pueblo, rebatiendo las críticas a su duro régimen contra el coronavirus que desencadenó históricas protestas a finales del año pasado. Mientras desmantela ahora esas restricciones, China se ha mostrado especialmente crítica con las decisiones de algunos países de imponer a sus ciudadanos el requisito de someterse a una prueba de COVID-19, alegando que no son razonables y carecen de base científica. Japón se ha convertido en el último país en imponer la prueba de COVID-19 previa a la salida a los viajeros procedentes de China, tras medidas similares adoptadas por Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur y otros países. Los responsables de sanidad de los 27 países de la Unión Europea tienen previsto reunirse el miércoles para debatir una respuesta coordinada a los viajes a China. La mayoría de los países de la Unión Europea favorecen la realización de pruebas de COVID-19 previas a la salida para los visitantes procedentes de China. China, que ha estado en gran medida aislada del mundo desde que comenzó la pandemia a finales de 2019, dejará de exigir a los viajeros entrantes que se pongan en cuarentena a partir del 8 de enero. Pero seguirá exigiendo que los pasajeros que lleguen se hagan la prueba antes de iniciar el viaje. DUDAS SOBRE LOS DATOS Mientras tanto, responsables de la Organización Mundial de la Salud se reunieron el martes con científicos chinos en medio de la preocupación por la exactitud de los datos de China sobre la propagación y evolución de su brote. La agencia de la ONU había invitado a científicos a presentar datos detallados sobre la secuenciación viral y a compartir datos sobre hospitalizaciones, muertes y vacunaciones. La OMS dará a conocer la información sobre las conversaciones más adelante, probablemente en una rueda de prensa el miércoles, dijo su portavoz. El portavoz dijo anteriormente que la agencia esperaba un "debate detallado" sobre las variantes que circulan en China y en todo el mundo. El mes pasado, Reuters informó de que la OMS no había recibido datos de China sobre nuevas hospitalizaciones por COVID-19 desde el cambio de política de Pekín, lo que llevó a algunos expertos sanitarios a preguntarse si China podría estar ocultando el alcance de su brote. China comunicó cinco nuevas muertes por COVID-19 el martes, frente a las tres del día anterior, lo que eleva la cifra oficial de fallecidos a 5.258, muy baja en comparación con los niveles mundiales. Sin embargo, se cree que la cifra es mucho mayor. La empresa de datos sanitarios Airfinity, con sede en Reino Unido, ha afirmado que es probable que unas 9,000 personas mueran cada día en China a causa del COVID-19. En el hospital Zhongshan de Shanghái se vivieron escenas caóticas el martes, en las que los pacientes, muchos de ellos ancianos, se disputaban el espacio en pasillos abarrotados entre camas improvisadas donde la gente utilizaba respiradores de oxígeno y recibía goteos intravenosos. Con las interrupciones del COVID-19 ralentizando la economía china de 17 billones de dólares a su crecimiento más bajo en casi medio siglo, los inversores esperan ahora que los dirigentes económicos intervengan para contrarrestar la caída. El yuan chino rondó el miércoles máximos de cuatro meses frente al dólar, después de que su ministro de Finanzas se comprometiera a intensificar la expansión fiscal este año, días después de que el banco central dijera que aplicaría más políticas de apoyo a la economía. AUGE DE LAS RESERVAS A pesar de que algunos países imponen restricciones a los visitantes chinos, el interés por los viajes al extranjero desde el país más poblado del mundo está aumentando, dijeron medios estatales. Las reservas de vuelos internacionales desde China han aumentado un 145% interanual en los últimos días, informó el periódico gubernamental China Daily, citando datos de la plataforma de viajes Trip.com. El número de vuelos internacionales con origen o destino en China sigue siendo una fracción de los niveles anteriores al COVID-19. El Gobierno ha dicho que aumentará los vuelos y facilitará los viajes al extranjero. Tailandia, uno de los principales destinos de los turistas chinos, espera la llegada de al menos cinco millones de chinos este año, dijo el martes su autoridad turística. Más de 11 millones de turistas chinos visitaron Tailandia en 2019, casi un tercio del total de sus visitantes. Pero ya hay indicios de que un aumento de los viajes procedentes de China podría plantear problemas en el extranjero. Corea del Sur, que comenzó a realizar pruebas de COVID-19 a los viajeros procedentes de China el lunes, dijo que más de una quinta parte de los resultados de las pruebas fueron positivos. Las autoridades de este país buscaban el miércoles a un ciudadano chino que dio positivo pero que desapareció mientras esperaba la cuarentena. La persona, que no fue identificada, podría enfrentarse a hasta un año de prisión o multas de 10 millones de wones (7.840 dólares). Jamileth |
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