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No se vislumbra el fin de las huelgas en un Reino Unido afectado por la crisis
Por Farouq Suleiman y Natalie Thomas LONDRES,(Reuters) - La peor oleada de huelgas que ha sufrido Reino Unido en décadas podría prolongarse hasta 2023, sin que ninguna de las partes esté dispuesta a dar marcha atrás, afirmó el jueves un líder sindical, lo que destacaba la magnitud del reto al que se enfrenta el primer ministro, Rishi Sunak. Un día después de que Sunak se comprometió a abordar los problemas del país, los ferroviarios volvieron a los piquetes en una huelga de una semana que ha paralizado la red, mientras que reportes diarios documentan la creciente presión en los hospitales, donde los pacientes esperan habitualmente durante horas y las ambulancias hacen cola en los aparcamientos. El peor episodio de agitación laboral desde que Margaret Thatcher estaba en el poder en la década de 1980, combinado con el retorno de una inflación de dos dígitos, ha producido una sensación de malestar en Gran Bretaña, donde el nivel de vida está cayendo a su ritmo más pronunciado desde que se empezaron a registrar datos en la década de 1950. Mick Whelan, responsable del sindicato de maquinistas ASLEF, afirmó que ahora resulta difícil para el Gobierno alcanzar acuerdos salariales más elevados cuando están implicados tantos trabajadores de tantos sectores. "Nadie quiere resolver nada por el impacto que tendrá en otras partes", dijo a Reuters en una estación de tren de Euston, en el norte de Londres, prácticamente desierta durante los desplazamientos matutinos. "Tenemos a tanta gente en huelga y a tanta gente sufriendo que sólo el Gobierno puede cambiarlo, o un cambio de Gobierno (...) Estamos en esto a largo plazo", agregó. Enfermeros, paramédicos, personal de las fuerzas fronterizas y trabajadores de correos también se han declarado en huelga, enfurecidos por una inflación que alcanza máximos de 40 años y rozó el 10,7% en noviembre. Los trabajadores de otros sectores se están movilizando. LARGA TRAYECTORIA Las huelgas siguen a más de 10 años de estancamiento salarial y el trauma de la pandemia del COVID-19, pero el Gobierno ha declarado que no puede permitirse conceder a los trabajadores del sector público aumentos salariales equivalentes a la inflación. El jueves instó a los sindicatos a retomar las conversaciones y se mostró dispuesto a llevar a cabo un proceso más transparente sobre cómo se fijan las subidas salariales, pero reiteró que tiene que equilibrar cualquier aumento con la necesidad de contener la inflación y controlar el gasto. El Gobierno también advirtió de que tiene el deber de proteger los servicios, y afirmó que la nueva legislación que se presentará al Parlamento en las próximas semanas obligará a los trabajadores en huelga a prestar un servicio básico en ámbitos como los bomberos, las ambulancias y el ferrocarril. Sin embargo, esto tardará en entrar en vigor, y el líder de la oposición laborista británica, Keir Starmer, cuyo partido aventaja en dos dígitos a los conservadores de Sunak en los sondeos de opinión, afirmó que Gran Bretaña se encuentra en una situación de caos. Al cruzar el Puente de Londres, Juliette Maxam, de 53 años, que trabaja en relaciones públicas, dijo que era difícil no sentirse deprimida por el estado de Gran Bretaña y el reto al que se enfrenta el Gobierno. "Tenemos que subir los sueldos, pero ¿de dónde sale el dinero? Ése es el problema". Jamileth |
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