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La batalla en el Estado de México: del declive del PRI a una tendencia electoral para 2024


2023-05-29

Carmen Morán Breña, El País

A fuerza de repetir que el Estado de México es todo un símbolo para la política del país, la entidad corre el riesgo de no ser más que eso, un símbolo. Nada de lo que ocurra en las elecciones del 4 de junio parece ya tener fuerza real en el resto de la República. Si gana Morena, como parecen indicar las encuestas, pues será un Estado más que apuesta por el cambio. Si gana el PRI, es muy probable que 2024, con toda su carga electoral, siga el rumbo que también le vaticinan los expertos, una amplia hegemonía morenista. Los analistas desmitifican la influencia política del Estado de México en el resto del país. “Lo que ocurra en estas elecciones ya no será el ensayo general de nada, hace mucho que eso ya no es así”, dice María Eugenia Valdés Vega, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en Iztapalapa. “Claro que si ganara el PRI, el 2024 se pondría interesantísimo, pero lo dudo”.

Lo duda todo el mundo. Las encuestas están siendo tenaces, la mayoría le otorgan a la candidata morenista Delfina Gómez muchos puntos arriba sobre su adversaria, Alejandra del Moral, aunque todos son conscientes del poder local, de las redes que aún sostienen al partido tricolor, más en ese territorio, donde casi puede decirse que nunca gobernó otro. Habría que recurrir, más que a la memoria, a los libros de historia. Dice Francisco Abundis, analista de Parametría, que el PRI solo salvará la cara si logra disminuir la ventaja de su oponente en menos de 10 puntos, pero las encuestas “en vivienda, las serias”, sitúan la brecha entre las candidatas en mucho más que eso. “La más cerrada les da 14 puntos de diferencia, todas las demás están muy por encima de eso”, afirma. Y eso que Del Moral es “una candidata competitiva”, sostiene Abundis, “pero carga con una losa muy pesada. Ha hecho una buena campaña”. Opina el analista que la ve futuro, no sabe dónde ni con quién, pero que será un nombre a tener en cuenta en la política mexicana.

La enorme crisis que arrastra el PRI nacional y local desde hace tiempo podría convertirse en una tendencia de la cual no se pueda recuperar. “Corre el riesgo de quedar como un partido bisagra, como el Verde o el PT, ya es un socio incómodo”, afirma Abundis. En todo caso, gane o pierda, cree también que lo que ocurra en el Estado de México poco tiene ya que ver con el futuro presidencial, eso es “un mito que ya no encuentra la correlación que pudo tener en otros tiempos”. A su juicio, ganar el Estado, otorgaría “una sensación de poder, de relevancia electoral, más que de poder mismo”. Lo relevante, sostiene, será solo la diferencia cuantitativa entre ambos partidos. “Si es amplia, se generará esa sensación de que Morena es imparable”. Si es pequeña, la oposición puede tener un poco de oxígeno para hinchar el balón. Y siempre quedará Coahuila para no dar la nave por hundida. Y Durango.

La sensación es que las cartas están echadas en estas elecciones y en las siguientes, teniendo siempre en cuenta que la política no es matemática y la lección de 2021, cuando Morena sufrió un buen revés en el Congreso y se perdieron algunas plazas muy significativas en la Ciudad de México, por ejemplo. “Al PRI no le fue tan mal, quedó parejo con el PAN”, dice Abundis.

De modo que el resultado que se obtenga en estos comicios tendrá más importancia cuantitativa que cualitativa ante el horizonte de 2024. “La pérdida para el PRI ya es de antaño, ya ha habido gobiernos de otros signos y también en el Estado de México hay municipios a nombre de otros partidos. Estado de México es un mosaico”, explica Laura Valencia, profesora investigadora del departamento de Política y Cultura de la UAM Xochimilco. “Ya viene perdiendo la hegemonía hace tiempo. Perder la gubernatura sería algo fuerte, sí, y muy simbólico”, sostiene, pero le quita hierro. Tampoco ve la investigadora que Morena tenga la hegemonía que se le presume, por la misma razón, muchos municipios que no gobierna y su pérdida en el Congreso. “Hay mucha yuxtaposición”, afirma.

La profesora Valdés Vega, también señala la heterogeneidad del Estado de México. La corona que rodea la Ciudad de México es distinta del resto del Estado y también esa zona es distinta en el oriente y en el poniente. A su parecer son los grupos de poder local los que hacen la diferencia. Aprecia que por primera vez hay competencia electoral y reconoce la importancia de esta elección, pero ya no es “el examen final” tal y como se entendía hace mucho tiempo. Esa regla se rompió décadas atrás, si es que la hubo, lo de Enrique Peña Nieto no fue más que un paréntesis, una casualidad. Así que, aunque el PRI ganara el Estado, que todos lo dudan, nada quedaría escrito para 2024. “Ahora, si pierden sí será muy frustrante para los priistas del viejo régimen”. Será una derrota moral, quizá, un símbolo.

Respecto a ese socio incómodo del que hablaba Abundis, la alianza que forma el PRI con el PAN y el PRD, tampoco le dejaría en peor momento que el que vive. “El PAN ya está enseñoreado, no le quedaba más que dejarle la candidatura porque ellos, el PRI, tienen la fuerza local, la red, aunque todos se debilitarán, claro”, opina Valdés Vega. Y como los demás, tampoco da por muerto al tricolor: “Tiene mucho pueblo, el PAN no”. Repite las palabras de sus colegas analistas. ¿El Estado de México es importante en elecciones? “Sí, son muchos votos, es fuerte electoralmente, ambicionado por todos”. Pero sería una victoria “moral”. La oposición podría rearmarse, pero no será útil para mucho más allá.



Jamileth


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