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Heredero de bananera podría ganar la presidencia en Ecuador
Marcelo Rochabrun y Stephan Kueffner (Bloomberg) -- El 15 de octubre, Daniel Noboa, heredero de 35 años de un imperio bananero, y Luisa González, de 45 años, protegida política del expresidente Rafael Correa, se disputarán la presidencia de Ecuador en la segunda vuelta electoral. Es un déjà vu político: en la segunda vuelta de las elecciones de 2006, Álvaro, el padre de Daniel, perdió frente a Correa por un margen de dos dígitos. Ahora, en una impresionante sorpresa, Daniel puede vengar a su acaudalado padre, quien ha sido seis veces aspirante a la presidencia, en lo que se ha convertido en la elección más dramática del país en décadas. “Han vencido todas las personas que quieren un cambio”, dijo Noboa el domingo por la noche. Daniel avanzó del sexto al segundo lugar tras el impactante asesinato del candidato Fernando Villavicencio el 10 de agosto. Se ha comprometido a controlar los cárteles de la cocaína, que han contribuido a hacer de Ecuador uno de los países más violentos del mundo, y a impulsar la economía con sus recetas promercado. Santiago Basabe, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Quito, cree que Noboa podría vencer a González por entre ocho y 10 puntos. “Lo tiene mucho más fácil que González”, afirma. Un representante de Noboa declinó hacer comentarios o concertar una entrevista. Élite y beligerante Producto de la élite costera ecuatoriana, Daniel trabajó durante años en el negocio familiar y obtuvo un máster en Harvard. En 2021 ganó un escaño en la Asamblea Nacional, representando a la provincia de Santa Elena, que se caracteriza por sus balnearios y una refinería de petróleo. Uno de los dos representantes de su partido, Noboa se convirtió en presidente de la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, que redactó legislaciones sobre sectores como las fintech y las pequeñas empresas. En la escena internacional, Noboa ha desafiado abiertamente a la Administración pro Ucrania del presidente Guillermo Lasso, encabezando una delegación de legisladores que viajó a Rusia el año pasado. En marzo, pidió a Lasso que disolviera la Asamblea Nacional después de que, por segunda vez, bloqueara un proyecto de ley que habría impulsado la inversión del sector privado. Noboa fue también uno de los 104 legisladores que apoyaron una iniciativa para destituir a Lasso ese mes. Lasso terminó disolviendo la Asamblea Nacional dos meses después y convocando las actuales elecciones anticipadas, en las que se negó a participar. Un nuevo candidato En mayo, Noboa se lanzó a la carrera presidencial, presentándose como un líder promercado, de centroizquierda y duro con la delincuencia, sin imitar las tácticas de Nayib Bukele, el hombre fuerte de El Salvador. Noboa logró distinguirse de dos rivales que también provienen de entornos acomodados (la prensa los apodó los “Trillizos de Sambo”, por un rico suburbio ecuatoriano). Ha obtenido el apoyo de las electoras y el respaldo de Marlon “Chito” Vera, un popular luchador de artes marciales mixtas a quien Noboa apoyó al principio de su carrera. Noboa quiere desarrollar la industria petrolera de Ecuador, especialmente su sector de refinación. Pero aún no ha explicado cómo financiaría esta iniciativa. Sin embargo, también respaldó un reciente referéndum para restringir la explotación petrolera en la Amazonía —su crudo pesado, sostiene, tiene un margen demasiado bajo para generar muchos ingresos— una afirmación que la petrolera estatal rechaza. La posibilidad de contaminación supera la posibilidad de ganar dinero real, ha dicho Noboa. Es probable que siga beneficiándose del fracaso de González a la hora de extender su atractivo más allá de los nostálgicos de Correa, cuyo gasto vació las arcas de Ecuador. Dos tercios de los votantes de la primera vuelta eligieron a otros candidatos, casi todos ellos más conservadores que ella. Y aunque Correa mantuvo en gran medida controlados los delitos violentos, los cárteles mexicanos de la droga se extendieron por Ecuador bajo su mandato, sentando las bases de sus sangrientas guerras territoriales actuales. En una campaña marcada por un discurso duro sobre la delincuencia, Noboa no prometió reformas agresivas. Días después del asesinato de Villavicencio, fue el único candidato que llevó un chaleco antibalas durante un debate presidencial. Aunque las búsquedas en Google sobre el nombre de Noboa se dispararon tras el debate, no está claro qué papel desempeñó su actuación para llevarlo a la segunda vuelta. “Puede ser el candidato que captó el voto de los jóvenes, como un candidato fresco más parecido a ellos, con un discurso claro y más fácil de entender”, dijo Basabe. “Noble propósito” A pesar de que el apellido Noboa es sinónimo de campañas presidenciales, Daniel parece dispuesto a forjar su propio legado. En mayo, días después de que Daniel entrara en la carrera presidencial, Álvaro publicó un vídeo en Instagram anunciando su candidatura. Las viejas costumbres no mueren: lleva un récord de seis candidaturas presidenciales. Horas después, el vídeo fue eliminado. Después de que Daniel clasificó para la segunda vuelta, Álvaro emitió un comunicado en el que felicitó a Daniel por “continuar el noble propósito que tenemos en nuestra familia”. Pero Daniel ha rechazado cualquier afirmación de que esté siguiendo los sueños de su padre. Ganar la presidencia, insiste, es un sueño propio. “Gracias a Dios no tengo ya sueños de mayor desarrollo económico, sino de ayudar al país”, dijo Daniel en una entrevista con medios de comunicación locales el mes pasado. Jamileth |
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