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Regina, Santa


2023-09-07

Fuente: ACI-Prensa

Virgen y Mártir

Martirologio Romano:

En Alesia, en el territorio de los eduos, en la Galia, santa Regina, mártir (s. inc.).

Breve Biografía

Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos.

Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación estaba próxima. En el momento de la ejecución (decapitación), apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.

La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.

Comentario sobre la biografía de Santa Regina

Vosotros, tú que sufres por martirio de los que no aman a Dios sobre todas las cosas, de los que no tienen fe y quieren que tú la pierdas y sirvas a sus caprichos, a ti, bendita alma que tanto Dios ama; deja que te consuele hermano, amado de Dios, salvado por Jesús. Resiste a los tormentos de los malos, incluso de estos malos que son bautizados, y algunos tienen cargos públicos dentro de la Iglesia Santa. Tú vive tu fe, que por ella y con ella vas a vivir siempre, como vive en el Siempre Santa Regina, virgen y mártir. Sufrió, pero vive en la Gloria de Dios.

Propaga su historia, porque es la historia de esta generación de padres sin fe, que por sus palabras u obras quieren desterrar de la herencia del Reino Celestial a los que aun siendo sus hijos, son primero y ante todo ¡hijos de Dios!

No olvides tu filiación verdadera, porque todo lo terreno perece y pasa de generación en generación todo lo material de los que hoy dicen: “¡es mío!” Si fuera realmente suyo, se lo podrían llevar con ellos, pero demuestra que no es suyo, demuestra que el hombre no posee nada, por mucho que tenga, porque todo se queda aquí, incluso el cuerpo se queda a la hora en que tú partes con tu esencia espiritual, con tu alma inmortal. No seas vano y orgulloso de lo que tienes, porque, dime: ¿Qué tienes realmente tuyo que te vas a llevar tras la muerte de ti mismo? Piensa: Sólo las obras de tu fe, eso te llevas, lo que has hecho, lo que has dicho, lo que has amado sin mal y unido a Dios Celestial, que te esperan en las cumbres de su Gloria para hacerte caudillo de las almas que aun no han muerto y que tú puedes interceder por ellas en el Cielo, a tu muerte. Sé listo y gánate el Premio: La vida Eterna. Amén.



JMRS


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