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La creciente influencia geopolítica de India será puesta a prueba al albergar la cumbre del G20
NUEVA DELHI (AP) — Antes de que India sea anfitriona de la cumbre del G20, su primer ministro Narendra Modi invitó a 125 países, en su mayoría en vías de desarrollo, a una reunión virtual en enero para anunciarles la intención de Nueva Delhi de ser su paladín en el escenario mundial. En el encuentro efectuado por Zoom, Modi enlistó retos de gran envergadura que dijo podían ser abordados mejor si los países en desarrollo tienen una mayor participación en el orden global emergente: la pandemia de COVID-19, el cambio climático, el terrorismo, la guerra en Ucrania. “El mundo se encuentra en un estado de crisis”, declaró Modi. “La mayor parte de los retos globales no han sido creados por el Sur Global. Pero nos afectan más”. India se ha comprometido a amplificar la voz del así llamado Sur Global, una enorme extensión en Asia, África, Medio Oriente, Latinoamérica, Oceanía y el Caribe integrada en su mayor parte por países en desarrollo, muchos de ellos excolonias. Esa promesa será puesta a prueba esta semana cuando los gobernantes de diversas naciones del planeta lleguen a Nueva Delhi para la cumbre de este año del Grupo de los Veinte, que aglutina a las mayores economías, la cual empieza el sábado. India se ha promovido no sólo como un puente con el mundo en desarrollo, sino también como un creciente actor global y un mediador entre Occidente y Rusia. El maniobrar en medio de fracturas entre los diversos bloques del mundo con relación a la guerra en Ucrania será un “acto diplomático de equilibrismo” para India, dijo Milan Vaishnav, director del Programa para el Sur de Asia del Fondo Carnegie para la Paz Internacional. En ninguna de las diversas reuniones del G20 este año se ha emitido un comunicado final. Rusia y China vetaron la redacción sobre la guerra —con la que ya habían estado acuerdo en la cumbre del año pasado efectuada en Indonesia— cuando la declaración final hizo notar que “la mayor parte de los miembros condenaban firmemente” la invasión. Si los gobernantes no logran superar este estancamiento el fin de semana, ello podría derivar en que la cumbre concluya sin un comunicado final por primera vez, un revés sin precedentes para la agrupación, dijo John Kirton, director y fundador del G20 Research Group, una red global de expertos que dan seguimiento a las actividades relacionadas con el G20. El presidente ruso Vladímir Putin no acudirá, ni el mandatario chino Xi Jinping. Ambos enviarán representantes. Durante décadas India se ha apoyado en Rusia, su aliado de la Guerra Fría, para recibir equipo militar, y más recientemente para adquirir cantidades récord de petróleo barato. Pese a la negativa de Nueva Delhi de condenar directamente a Moscú por la guerra, Occidente y sus aliados han cortejado enérgicamente al gobierno indio, ya que lo consideran un baluarte contra las crecientes ambiciones de China. El presidente estadounidense Joe Biden le extendió la alfombra roja a Modi recientemente y ambos firmaron una serie de acuerdos; el premier indio fue un invitado de honor en el desfile del Día de la Bastilla en Francia, y hace unos meses fue invitado a la cumbre del Grupo de los Siete. “¿El primer ministro Modi es tan hábil y tan comprometido como lo fue el presidente Widodo de Indonesia el año pasado para hallar una forma de producir un comunicado? Eso es más bien una pregunta abierta, dada la evolución de la guerra de Rusia contra Ucrania”, declaró Kirton. En una época en que la división en torno a los sucesos en Ucrania arroja una sombra sobre el G20, India se ha enfocado en asuntos que afectan a los países en vías de desarrollo, como la inseguridad alimentaria y de abasto de combustibles, la creciente inflación, la deuda externa y las reformas a los bancos multilaterales de desarrollo. Y en un intento por hacer que la agrupación sea más inclusiva, Modi ha propuesto que la Unión Africana se convierta en miembro permanente. Muchos países del G20 quieren enfocarse en denunciar a Rusia, pero para varias naciones en desarrollo que hacen frente a conflictos locales y fenómenos climáticos extremos, la guerra de Ucrania no es una prioridad tan importante, dijo Happymon Jacob, fundador del Council for Strategic and Defense Research, un centro de investigación con sede en Nueva Delhi. “Hay un sentir (en el Sur Global) de que conflictos en otras partes del mundo, sea Afganistán, Myanmar o África, no son tomados en cuenta tan en serio por los países desarrollados o en foros como el G20”, señaló Jacob. Un informe de la Economist Intelligence Unit en marzo dejó entrever un creciente respaldo a Moscú en el mundo en desarrollo: el número de países que condenan activamente a Rusia descendió de 131 a 122. “Algunas economías emergentes han pasado a una posición neutral”, según hizo notar. El número de naciones que se inclinan hacia Rusia aumentó de 29 hace un año a 35, agregó. Sudáfrica, Mali y Burkina Faso se habían integrado a este grupo, lo que resalta la creciente influencia de Moscú en África. China siguió siendo el país más destacado entre las naciones con tendencias favorables al Kremlin. A medida que India progresa económicamente, se inclina cada vez más hacia Occidente —algo bien visto por las potencias occidentales—, pero también se ve a sí misma como un contrapeso a China en su competencia por influir en el mundo en desarrollo, con el que tiene vínculos históricos, dijo Jacob. India se ha identificado con el Sur Global desde su primer ministro inicial, Jawaharlal Nehru, aunque Modi ha renovado el énfasis en la frase, usándola frecuentemente durante el último año o dos. “India está tratando de asegurarse de que el Sur Global no se pase al campo chino”, agregó Jacob. Vaishnav dijo que India se encuentra en un “punto geopolítico óptimo”. Su economía está entre las de crecimiento más rápido entre los países de mayor peso económico, tiene una amplia población en edad laboral en una época en que Occidente envejece, y su posición neutral con respecto a la guerra en Ucrania sólo ha impulsado su influencia diplomática en el G20. Los reflectores globales sobre ella también podrían ayudar a reforzar la popularidad de Modi antes de las cruciales elecciones generales del año próximo. Por otro lado, el desempleo sigue siendo un gran motivo de preocupación, ya que cientos de millones de personas pasan apuros para conseguir trabajo en la economía del país, de gran tamaño pero aún ampliamente inequitativa. E incluso mientras Modi promociona los principios democráticos en el extranjero, los críticos acusan a su gobierno nacionalista hindú de sofocar a la disidencia, azuzar la violencia religiosa y debilitar a las instituciones independientes en la nación. Hasta ahora, Modi ha promocionado un sentir de que, “dado el panorama geopolítico, el mundo necesita a India tanto —si no es que más— de lo que India necesita al mundo”, comentó Vaishnav. “Pero el riesgo es que, si vemos inestabilidad interna a tal grado que las empresas y los gobiernos comienzan a cubrirse las espaldas, y si se llega a considerar que India ya no está dando resultados en su capacidad para contrarrestar a China... podría haber algunos costos diplomáticos”, advirtió. aranza |
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