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Las Islas Canarias reciben 32,000 personas dentro de un pico de emigración desde Senegal
RENATA BRITO BARCELONA, España (AP) — El archipiélago español de Islas Canarias ha batido un nuevo récord de llegadas irregulares de migrantes, con más de 32,000 personas que hicieron la peligrosa travesía por el Océano Atlántico hasta el territorio de la Unión Europea en lo que va de año. La mayoría de los migrantes salieron de Senegal. Las islas, situadas cerca del territorio continental africano, han sido utilizadas durante décadas como vía de entrada a Europa. Aunque la mayoría de las embarcaciones llegan de Senegal, también salen de Gambia, Mauritania, Marruecos y el Sahara Occidental. Según un análisis de Associated Press sobre cifras publicadas por el Ministerio español del Interior y servicios locales de emergencias, al menos 32.029 personas llegaron a las Canarias entre el 1 de enero y el 5 de noviembre, lo que supera la crisis migratoria anterior de 2006, cuando 31.678 migrantes desembarcaron en las islas. Contrabandistas en Senegal hacinan a jóvenes que buscan mejores oportunidades en Europa en viejas embarcaciones artesanales de pesca. El viaje de Senegal a Canarias suele tomar una semana de difícil navegación, unos 1,600 kilómetros (1,000 millas) con el viento en contra. A menudo, las embarcaciones naufragan o desaparecen en el Atlántico. Para evitar los controles de fronteras cerca de la costa, los contrabandistas emplean rutas más largas y navegan primero al oeste, a aguas abiertas del Atlántico, antes de poner rumbo al norte hacia Canarias, un desvío que lleva a muchos a la isla más occidental del archipiélago, la pequeña El Hierro, donde en ocasiones las autoridades locales y los servicios de emergencias se ven sobrepasados. Senegal, que en el pasado fue un ejemplo de estabilidad democrática en la región, se sumió este año en conflictos sociopolíticos con enfrentamientos violentos. El asediado gobierno del presidente Macky Sall ha disuelto el partido del opositor Ousame Sonko, popular entre los votantes jóvenes. La crisis política, acompañada de la falta de empleo, el auge de los precios de los alimentos y la reducción de los caladeros de pesca han hecho que miles de personas abandonen el país. Ante unas cifras récord de llegadas, el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viajó la semana pasada a la capital senegalesa, Dakar, para presionar al gobierno para que haga más para evitar que los barcos zarpen. Grande-Marlaska instó a su homólogo senegalés, Sidiki Kaba, a “actuar con mayor celeridad” y evitar más muertes. Al menos 512 personas han muerto en esa ruta en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones, aunque se cree que la cifra está muy por debajo de la realidad. España tiene casi 40 policías y guardias civiles, cuatro embarcaciones, un helicóptero y una aeronave desplegados en Senegal para vigilar la costa y perseguir a redes de contrabandistas en colaboración con las autoridades locales. Madrid señala que la labor conjunta ha logrado impedir que 7.132 personas salgan de Senegal este año. Durante la “crisis de los cayucos” de 2006, que llevaba el nombre de barcos de Mauritania y Senegal, similares a canoas y empleados a menudo por los traficantes, España firmó acuerdos con 10 países africanos para que aceptasen a los migrantes devueltos y detuvieran la salida de otros barcos. Al año siguiente, las llegadas a las Islas Canarias cayeron y han sido en gran parte manejables hasta que volvieron a repuntar en 2020 como resultado entre otros factores de un incremento de la vigilancia en la ruta del Mediterráneo, preferida por los migrantes. Jamileth |
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