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El antisemitismo aqueja a América Latina, pero sin llegar al nivel de Europa y Estados Unidos


2023-11-09

 

Redacción América, 9 nov (EFE).- El rebrote del antisemitismo en el mundo, con un aumento del 330 % de los casos desde que el pasado 7 de octubre el brazo armado de la organización islamista Hamás atacó Israel, también está alcanzando a algunos países de América Latina, aunque sin llegar a los niveles de Europa, EU y Canadá.

En la semana posterior al ataque, hubo un aumento del 1.180 % de actos antisemitas a nivel mundial, una circunstancia que tiene muy preocupadas a las comunidades judías en todo el mundo, explica a EFE Shay Salamon, director de Asuntos Hispanos del Movimiento de Lucha contra el Antisemitismo.

"Son números realmente alarmantes", advierte Salamon, para quien existe "un vínculo directo" del conflicto en Oriente Medio con las acciones que se dan en diferentes partes del mundo.

Muchas veces, la base del antisemitismo apunta a culpar de diferentes hechos a las comunidades judías, que son parte del tejido social de los países en los que viven, agrega el portavoz del Movimiento de Lucha contra el Antisemitismo.

Salamon participó esta semana en las actividades del III Foro de Latinoamérica e Israel celebrado en Montevideo y que este jueves tendrá como colofón un acto de conmemoración de "La noche de los cristales rotos", al que está previsto que asista el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou.

A pesar de algunos hechos aislados, lo cierto es que en América Latina no se está produciendo un rebrote significativo de las muestras de antisemitismo a raíz de la guerra entre Israel y Hamás, como sí está sucediendo en Estados Unidos, Canadá y los países europeos.

Niveles históricos de antisemitismo en EU

Como consecuencia de la guerra entre Israel y Hamás, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó días atrás reforzar la protección a lad comunidadrd judía, musulmana y árabe-estadounidense.

Según la Liga Antidifamación (ADL, en inglés), una organización dedicada a combatir el antisemitismo, entre el 7 y el 23 de octubre se registraron 312 ataques antisemitas en Estados Unidos, lo que representa un aumento del 388 % respecto al mismo período del año pasado.

El director del FBI, Christopher Wray, alertó la semana pasada de que el antisemitismo en el país está alcanzado "niveles históricos", como pone de manifiesto que el 60 % de los crímenes de odio por motivos religiosos se cometen contra la comunidad judía, la cual solo representa el 2,4 % de la población estadounidense.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, admitió el miércoles que está habiendo un "inaceptable" aumento de casos de islamofobia y antisemitismo en Canadá desde el pasado 7 de octubre y añadió que la población del país "está asustada" en sus propias calles.

En Argentina, donde reside la mayor población judía de Latinoamérica, con cerca de 400,000 personas, no se han registrado actitudes antisemitas generalizadas, pese a algunos hechos aislados, como las pintadas que aparecieron en un barrio de Buenos Aires.

En la memoria del país está presente el recuerdo de los atentados contra objetivos judíos sufridos en la década de los noventa, uno contra la Embajada de Israel en 1992 y otro contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, que causaron más de cien muertos y que a día de hoy siguen impunes.

Por ello, las autoridades permanecen en alerta desde el ataque del pasado 7 de octubre. A raíz de este hecho, medio centenar de personalidades de diferentes ámbitos han fundado el Foro Argentino contra el Antisemitismo.

Por otro lado, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) cuestionó la decisión del Gobierno argentino de condenar el ataque israelí al campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, y pidió diferenciarse de las "posiciones pusilánimes de algunos países de la región".

Gobiernos de izquierda se distancian de Israel

Esta mención alude al hecho de que a raíz de los bombardeos en territorio palestino, varios países de América Latina gobernados por la izquierda -como Bolivia, Colombia y Chile- se han replanteado su vínculo con Israel con medidas que van desde la ruptura de relaciones hasta la llamada de sus embajadores.

El presidente boliviano, Luis Arce, rompió relaciones con Israel esta semana "en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza".

Tampoco ha habido actos de antisemitismo en Chile -el país fuera del mundo árabe que alberga a la mayor comunidad palestina de emigrados, exiliados y refugiados, pero sí críticas de la Embajada israelí y de algunas fundaciones sionistas a la decisión del presidente Gabriel Boric de llamar a consultas a su embajador en Tel Aviv, Jorge Carvajal.

En Colombia, el único acto de antisemitismo que se conoce han sido las pintadas de esvásticas que desconocidos hicieron en uno de los muros de la Embajada de Israel el pasado 8 de octubre, un día después de los ataques del brazo armado de Hamás y del comienzo de la guerra.

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, defensor de la causa palestina y muy crítico con Israel por sus bombardeos a Gaza, llegó a comparar al Estado judío con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, declaraciones consideradas "hostiles y antisemitas" por el Gobierno de ese país.

Por último, en Brasil, la guerra ha propiciado que afloren casos tanto de antisemitismo como de islamofobia. De hecho, el canal de denuncias de antisemitismo de la Confederación Nacional Israelita de Brasil (Conib) recibió durante octubre quince denuncias diarias, lo que supone diez veces más en relación a los registros previos a la guerra, según datos difundidos por la organización judaica.

También se han registrado casos de discriminación y agresiones contra musulmanes.



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