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México ante su nueva elección presidencial: el legado de López Obrador, a examen
Zedryk Raziel | El Pais México ha iniciado el camino hacia una nueva elección presidencial. Hace casi seis años que el triunfo en las urnas Andrés Manuel López Obrador llevó por primera vez a la izquierda al mayor cargo del poder en el país; además, en un ambiente de hartazgo hacia la corrupción y la impunidad, el político se convirtió en el presidente más votado de la historia. En los comicios del 4 de junio de 2024, su partido, Morena, acudirá a una cita con todos los tintes del referéndum: continuidad o cambio para México. Aunque López Obrador ha asegurado que se retirará de la política al concluir su mandato, los precandidatos presidenciales han forjado su propuesta electoral en torno a la figura del dirigente izquierdista. Tres aspirantes aparecerán en la boleta el próximo año: Claudia Sheinbaum, la abanderada oficialista y puntera en las encuestas, que ha ofrecido consolidar las políticas de López Obrador; Xóchitl Gálvez, la apuesta del opositor Frente Amplio, que ha centrado su discurso en descalificar todos los méritos del Gobierno saliente, y Samuel García, de Movimiento Ciudadano (MC), que se ha presentado como la tercera vía socialdemócrata entre los dos grandes bloques en disputa. Si las tendencias mostradas por las encuestas se mantienen en los próximos seis meses, la elección se decidirá entre Sheinbaum y Gálvez. En junio de 2024 no solo se elegirá al nuevo presidente o presidenta de la República (por primera vez en la historia, de hecho, podría tratarse de una mujer). También se renovarán las dos Cámaras del Congreso, así como el Ejecutivo de nueve Estados —incluida la capital, Ciudad de México—, varios Congresos locales y cientos de ayuntamientos. En total, se votarán más de 19,000 cargos de elección popular federales y estatales. No hay un solo Estado donde no habrá una votación de algún puesto público. Más de 97,4 millones de mexicanos están convocados a las urnas. Es demasiado lo que está en juego para los proyectos políticos en la contienda. El cargo más importante, desde luego, es el del Ejecutivo federal, pero los partidos reconocen la importancia de ganar tantos lugares como sea posible en la Cámara de Diputados y en el Senado, a fin de ejercer un contrapeso a la voluntad presidencial. Otro cargo relevante es la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, un polo de poder que puede moldear la buena marcha de los planes del Ejecutivo en turno. Este lunes han iniciado oficialmente las precampañas presidenciales, un periodo contemplado para que los aspirantes dirijan sus propuestas exclusivamente a los militantes de los partidos que los han postulado. Esta etapa se extenderá hasta el 18 de enero. Luego, el 1 de marzo comenzará la etapa de campañas. Aunque en la ley mexicana se distinguen dos fases diferentes de proselitismo, se da por sentado que la precampaña es solo una extensión de la siguiente etapa. Sheinbaum y Gálvez son aspirantes únicas de las coaliciones que las postularon, de modo que no tienen adversarios internos con los que contrastar sus propuestas; mientras, García, de MC, ha sido claramente arropado por la dirigencia de su partido, en detrimento del resto de los precandidatos registrados. Sheinbaum, exjefa de Gobierno de Ciudad de México (2018-2023), se registró el domingo como aspirante de la coalición oficialista, formada por Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo. La aspirante, de 61 años, afirmó en el acto de arropamiento que dará continuidad a los proyectos de López Obrador, con miras a construir “el segundo piso de la Cuarta Transformación”. Aseguró que su Gobierno consolidará los programas sociales y las grandes obras de infraestructura, dos de las apuestas más importantes del Gobierno saliente, y que pondrá énfasis en el proyecto de reconvertir las rutas ferroviarias de carga para que ofrezcan de nuevo el servicio de transporte de pasajeros. El camino de Sheinbaum hasta este punto no estuvo exento de crisis y tropiezos, tras los amagos de ruptura del excanciller Marcelo Ebrard, que denunció irregularidades en el proceso interno de Morena para definir la precandidatura presidencial. Las tensas negociaciones para repartir las candidaturas en los Estados que renovarán el Ejecutivo también significaron una piedra en el camino presidencial de Sheinbaum. En su registro como precandidata de este domingo se dio por zanjada la división interna, pero la ausencia de Ebrard del acto de arropamiento dejó constancia de que las heridas son perdurables. Morena intentará sellar la unidad para lograr un voto consolidado que le permita obtener una mayoría cualificada en el Congreso y, con ello, regalarle a López Obrador el llamado “plan C”, el último órdago con el que busca dos reformas a la Constitución: que la Guardia Nacional pase al dominio del Ejército y que se disuelva la Suprema Corte de Justicia. El Frente Amplio también ha acusado tensiones hasta el último momento. La senadora Xóchitl Gálvez, de 60 años, candidata natural del PAN, se registró el domingo como abanderada del PRI y el PRD, los otros dos miembros de la coalición opositora. La alianza de partidos tan disímiles ha sido difícil desde su origen. En principio, el ala más tradicional del PAN siempre manifestó su rechazo a una unión con el PRI, al que consideran el partido corrupto de México. El PRD, la formación minoritaria, ha sido avasallado en las negociaciones y se ha quedado prácticamente con las manos vacías. En el PRI, la dirigencia, encabezada por el polémico Alejandro Moreno, ha protagonizado repetidas disputas internas con sus líderes históricos. El registro de Gálvez este fin de semana se vio ensombrecido por un nuevo episodio de disputas internas, ahora por la designación del panista Santiago Taboada como abanderado del Frente el Gobierno de Ciudad de México, resultado de una decisión de las cúpulas, sin proceso democrático de por medio ni consulta a las bases en la capital. La campaña de Gálvez se ha definido por su contraste con López Obrador. En un artículo publicado este lunes en EL PAÍS, la senadora panista ha señalado los malos saldos del Gobierno en materia de seguridad y de violencia feminicida, el desmantelamiento del sistema de salud y la apuesta por los combustibles fósiles altamente contaminantes. Gálvez, ubicada 20 puntos debajo de Sheinbaum en las encuestas, asegura que enfrentará una “elección de Estado”, debido al uso de recursos públicos por parte del Ejecutivo y los gobernadores de Morena para minar su carrera y apuntalar la de la aspirante oficialista. “Soy el dolor de cabeza del presidente”, declaró Gálvez en un acto de campaña hace unos días. “Está realmente preocupado y va a tratar de hacer lo que sea con tal de no dejarme pasar”. Los tres precandidatos presidenciales han lanzado desde hoy sus primeros spots de campaña, que serán transmitidos en televisión y radio. El promocional de Sheinbaum destaca la inversión del Gobierno de López Obrador en programas sociales y el combate de la violencia desde las causas sociales. “No queremos reconciliarnos con la corrupción y los privilegios. Regresar al pasado no es opción”, afirma. Por su parte, Gálvez muestra en su spot escenas de su origen humilde en el Estado de Hidalgo, sus primeros pasos como empresaria y su intento por entrar a Palacio Nacional a responder señalamientos hechos por López Obrador sobre ella en su conferencia mañanera. Samuel García, de 35 años, alude a los memes sobre él en las redes sociales, en un mensaje a los votantes jóvenes, y resalta éxitos en su gestión como gobernador de Nuevo León, como el acuerdo al que llegó con Tesla Motors para que se instale una fábrica de autos eléctricos en el Estado. A la par, su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, publicó en Instagram —donde tiene 3,3 millones de seguidores— un video de apoyo a la campaña de García, en una muestra de que los políticos también buscarán sacar ventaja a la muy poco regulada publicidad en redes sociales. El Frente Amplio ha acusado a García y a MC de propiciar la pulverización del voto opositor y, con ello, favorecer a Morena. El gobernador de Nuevo León ha mostrado su simpatía hacia López Obrador y ha lanzado duras críticas al PAN por aliarse con el PRI. García ha sostenido que el Frente representa un regreso al pasado de corrupción, a tono con el discurso del presidente. A todas luces, la elección de 2024 girará en torno a una figura que moldea todas las propuestas de Gobierno y que no aparecerá en la boleta: López Obrador. aranza |
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