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Rusia exporta toneladas de grano de territorios ucranianos ocupados, según investigaciones
Rostyslav Averchuk Leópolis (Ucrania), (EFE).- El control de las tierras agrícolas en Ucrania genera importantes ingresos para Rusia: hasta ahora se han cosechado más de 15 millones de toneladas de cereales en los territorios ocupados y al menos una parte se ha vendido en el extranjero, según una investigación realizada por periodistas y expertos ucranianos. Rusia ha recolectado al menos 10 millones de toneladas de trigo en los territorios capturados entre 2022 y 2023, el equivalente a la producción anual de Rumanía, de acuerdo con el medio investigativo ucraniano "Texty". En base a datos de "OneSoil", una empresa que emplea imágenes de satélite para identificar los límites entre campos de cultivo y las variedades con las que se siembran, "Texty" ha establecido la extensión dedicada a producción agrícola en Crimea y en las partes ocupadas de Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk. Según los periodistas Evgenia Drozdova y Nadia Kelm, los cultivos más populares son el trigo, el girasol y el maíz, seguidos por la cebada y la colza. Tan sólo en 2023 se recogieron allí 4,5 millones de toneladas de trigo, así como 2 millones de toneladas de girasol y 0,2 millones de toneladas de maíz. La cosecha ha sido significativa a pesar de que se ha visto afectada por la destrucción de los sistemas de riego en el seco sur y la disminución de las áreas cultivadas debida a la construcción de fortificaciones militares por Rusia. Exportaciones rusas de cereal ucraniano Según un informe reciente de la oenegé neerlandesa Global Rights Compliance, Rusia se marcó como objetivo "de forma deliberada" la captura de zonas ricas en cereal en Ucrania. Tres vehículos de transporte de grano de 170 metros fueron adquiridos antes de la guerra por subcontratas rusas de defensa, mientras que se creó una "intrincada" infraestructura logística para sustraer y transportar el cereal al resto del globo, al tiempo que la invasión restringía el suministro alimentario en el mundo. Los periodistas investigativos de "Texty" mantienen que existen numerosas pruebas de que Rusia sigue exportando el cereal ucraniano a países que no son "reacios a adquirir mercancías robadas". En algunos casos, Rusia emplea el cereal robado en Ucrania para reemplazar al país invadido en los mercados internacionales, según dice a EFE el director de la Confederación Agraria Ucraniana, Pavlo Koval. De acuerdo con "Texty", las imágenes de satélite muestran de forma habitual enormes acumulaciones de camiones de cereal cerca de las terminales de grano en Sebastopol y en Kerch, en la Crimea ocupada, mientras que se han anunciado planes para expandir la capacidad de los puertos de Mariúpol y Berdiansk, también bajo control ruso. En los portales rusos de búsqueda de empleo figuran numerosas vacantes para conductores de camiones que transportan cereal en las zonas ocupadas, muestran además los periodistas. El gobernador prorruso de la parte ocupada de Zaporiyia pidió recientemente a las autoridades rusas 600 vagones adicionales para exportar grano de la región. Estas exportaciones de cereal ucraniano pueden haber reportado unos 6,500 millones de euros en ingresos, según "Texty", aunque los periodistas advierten de que no hay estimaciones fiables sobre qué porcentaje de la cosecha se vende en el extranjero. Aunque los beneficios no vayan a parar directamente a los presupuestos para financiar la invasión, aún así "alimentan" a la economía rusa, concluye el medio ucraniano. Agricultores en una situación difícil Entretanto, los agricultores ucranianos que permanecen en las áreas ocupadas ven pocos beneficios de la exportación de sus cosechas, ya que se les obliga a vender su cereal a un precio muy bajo, en ocasiones al 10 % del precio de mercado. Algunos intentan seguir sembrando y sobreviviendo, dice Koval a EFE, pero los constantes "bombardeos, robos y el miedo" vuelven su situación muy complicada. "No son relaciones de mercado, cuando los rusos vienen con armas automáticas para llevarse tu cosecha", subraya. Otro problema es que, para seguir funcionando, los agricultores se ven obligados a trabajar con bancos rusos, señala Koval, algo que solo es posible si solicitan la ciudadanía rusa. Muchos se niegan, lo que les coloca en una situación aún peor. Jamileth |
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