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Por qué Finlandia culpa a Rusia de repentino arribo de migrantes a su frontera oriental
VANESSA GERA, JARI TANNER HELSINKI (AP) — Cuando Finlandia entró en la OTAN este año, Rusia amenazó con tomar represalias. Ahora, cientos de migrantes procedentes de Medio Oriente y África llegaron a la frontera de Finlandia desde Rusia, tratando de entrar al país nórdico. Las autoridades finlandesas afirman que el repentino incremento de solicitantes de asilo no es una coincidencia. Acusan a Rusia de canalizar a los migrantes hacia la frontera para sembrar cizaña y desquitarse de la pertenencia de Finlandia a la OTAN. A continuación hay un vistazo al desafío migratorio en juego a lo largo de ciertas partes de los 1.340 kilómetros (830 millas) de la frontera entre Finlandia y Rusia. ¿QUÉ HA SUCEDIDO? Desde hace tiempo los solicitantes de asilo han empezado a llegar a los cruces fronterizos de Finlandia, el país más oriental de la Unión Europea. Pero este mes se dio un repentino aumento. De acuerdo con las estadísticas oficiales, más de 900 migrantes han llegado a Finlandia desde agosto, más de 800 sólo en noviembre. Las autoridades finlandesas afirman que llegan de países como Siria, Yemen, Somalia, Irak y Afganistán, y que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, las autoridades rusas les dejan llegar hasta ahí aunque no tengan documentos. Llegan a las duras condiciones invernales de Finlandia calzando zapatillas, la mayoría montados en bicicletas. “Tenemos pruebas que muestran que, a diferencia de antes, no solamente las autoridades fronterizas rusas están dejando que personas sin la documentación adecuada lleguen a la frontera finlandesa, sino que están activamente ayudándolas a llegar a la zona fronteriza”, declaró el miércoles a The Associated Press la ministra finlandesa de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen. ¿CÓMO ESTÁ REACCIONANDO FINLANDIA? Las autoridades finlandesas han cerrado rápidamente cuatro puestos de control y luego otros tres, dejando abierto sólo un cruce fronterizo en el Ártico para los solicitantes de asilo. Enviaron soldados finlandeses a erigir alambre de púas y barreras de concreto a lo largo de la frontera. Finlandia también pidió el apoyo de la agencia fronteriza de la UE, Frontex, que respondió que enviará docenas de agentes y material de refuerzo a la frontera finlandesa. El primer ministro Petteri Orpo dijo que se ha registrado una “grave alteración de la seguridad fronteriza”, pero las autoridades también insisten en que tienen la situación bajo control. El Kremlin niega haber alentado a los migrantes y lamenta el cierre de la frontera finlandesa. La vocera del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, dijo el miércoles que Helsinki debería haber intentado “elaborar una solución mutuamente aceptable o recibir explicaciones”. GUERRA HÍBRIDA Los países de Occidente han acusado durante años a Rusia y a su aliada Bielorrusia de usar a los migrantes que buscan seguridad y oportunidades económicas en Europa como peones para desestabilizar las democracias de Occidente. Los gobernantes europeos hablan de una especie de “guerra híbrida” que Moscú despliega en su contra, junto con la desinformación, la interferencia en las elecciones y los ataques cibernéticos. Valtonen, el ministro finlandés de Asuntos Exteriores, dijo a la AP que no hay duda de que Rusia “esté usando a los migrantes” como parte de su “guerra híbrida” contra Finlandia tras su entrada en la OTAN, una decisión motivada por la masiva invasión de Ucrania por parte de Rusia. ¿POR QUÉ LA PRESIÓN MIGRATORIA PROVOCA INESTABILIDAD? La presión migratoria empuja a las democracias a abandonar parte de su compromiso democrático de conceder a las personas solicitantes de asilo el derecho a buscar protección, exponiendo así la fragilidad de los sistemas democráticos. Europa lleva años bajo una fuerte presión migratoria, lo que ha desencadenado en muchos lugares una reacción contra los inmigrantes que también ha fortalecido a los partidos de ultraderecha. El último caso es el de Holanda, donde el político antiislamista Geert Wilders obtuvo una victoria electoral esta semana. En Polonia, la crisis fronteriza ha agudizado las divisiones sociales preexistentes, enfrentando a quienes quieren una postura severa frente la migración con los partidarios de un enfoque más tolerante hacia los migrantes y refugiados. El gobierno acusó a los que respaldan a los migrantes de estar inconscientemente apoyando a potencias extranjeras hostiles. Nuevos muros y barreras ahora atraviesan Europa como consecuencia de la migración y de la agresión rusa. Pero no funcionan del todo. La Guardia de Fronteras polaca detectó este año 25,500 intentos de cruces no autorizados en la frontera con Bielorrusia, donde el año pasado se terminó de construir un gran muro de acero. DEBATE EN FINLANDIA Y TRAVESÍAS ÁRTICAS Los finlandeses ahora debaten si la seguridad nacional —una prioridad absoluta para cualquier gobierno de este país de 5,6 millones de habitantes, debido a su cercanía a Rusia— es más importante que la preocupación por los derechos humanos. Según los acuerdos y tratados internacionales valorados en los países nórdicos, al menos un puesto de control en las fronteras de un país debe permanecer abierto para los solicitantes de asilo. El gobierno de Orpo decidió cumplir con eso dejando abierto el puesto de control de Raja-Jooseppi, en el norte ártico. Se trata del cruce fronterizo más septentrional entre Finlandia y Rusia, situado en medio de la naturaleza salvaje de la región de Laponia, a unos 250 kilómetros (155 millas) de la ciudad rusa de Murmansk, en el Ártico. A pesar de la remota ubicación, el sábado llegaron al puesto de control unos 55 migrantes, más de lo habitual. JMRS |
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