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Milei prepara Aerolíneas, YPF para su privatización en Argentina
(Bloomberg) -- El presidente Javier Milei dio el primer paso hacia privatizar empresas estatales argentinas con un decreto de gran alcance que abre la puerta para que empresas privadas tomen el control de sectores clave. Milei, un libertario que quiere reducir los controles del Gobierno y desregular para activar la economía argentina, anunció el miércoles por la noche una serie de reformas que permitirían que decenas de empresas controladas por el Estado, muchas de las cuales pierden dinero, sean vendidas. “Derogación de la normativa que impide la privatización de las empresas públicas”, dijo Milei en un mensaje televisado, mientras enumeraba una lista de reformas. Añadió que se cambiaría la estructura legal de todas las empresas estatales para despejar completamente el camino hacia una privatización. Milei hizo campaña con este mensaje. Mencionó a Aerolíneas Argentinas SA, redes ferroviarias, empresas de medios estatales y la empresa de agua y alcantarillado AySA como activos para ser vendidos a operadores privados. También dijo que apuntaría a la perforadora y refinería de petróleo estatal, YPF SA, y a la empresa de energía Enarsa después de un período de “transición”. La única empresa que Milei destacó en su anuncio fue Aerolíneas Argentinas, ya que el Gobierno ha gastado cientos de millones de dólares al año para apuntalarla. Dijo que había autorizado una transferencia de acciones —probablemente a empleados— y que, al mismo tiempo, liberaría la industria de viajes aéreos de Argentina. Si bien Milei puede intentar privatizar empresas mediante decreto presidencial, es probable que enfrente resistencia en el Congreso, donde su partido es minoría, y podría tener dificultades para conseguir suficientes votos para aprobar las desinversiones. Paulo Farina, socio de la consultora Vis Viva, con sede en Buenos Aires, dijo en una entrevista que no cree que este decreto sea respaldado por el Congreso, ya que involucra demasiados intereses como para que una coalición en el Congreso no intente rechazarlo. Este impulso privatizador de Milei hace recordar una política similar que buscó el expresidente Carlos Menem, el líder promercado de la década de 1990 que vendió varios activos estratégicos en un intento por reducir el tamaño del Gobierno después de un período de hiperinflación. Tras una profunda crisis que alcanzó su punto máximo a fines de 2001, Argentina optó por renacionalizar algunas empresas en una era de líderes izquierdistas. Recuperaron AySA en 2006, Aerolíneas Argentinas en 2008 e YPF en 2012. Milei, decidido a recortar el gasto público y los subsidios, quiere revertir todo eso. En una entrevista con Bloomberg News durante su campaña, Milei dijo que llevaría un par de años privatizar YPF, porque la empresa ha sido destruida y, venderla hoy a precios de mercado sería regalarla, señaló. YPF y otras empresas energéticas argentinas han luchado con una fuerte regulación para proteger a los consumidores de las devaluaciones monetarias que impulsan la inflación, lo que restringe sus ingresos e inversiones. Las acciones de la petrolera estatal que cotizan en Nueva York todavía operan alrededor de un 20% por debajo que cuando el Gobierno la nacionalizó en abril de 2012, quitándole el control a la española Repsol SA, incluso después de que el triunfo electoral de Milei el mes pasado produjera grandes ganancias en el mercado de valores. Para complicar las cosas, un fallo de un tribunal estadounidense ordenó este año a Argentina pagar unos US$16,000 millones después de que cometiera errores en medidas técnicas durante la nacionalización. El Gobierno ha dicho que apelará. Sin embargo, durante la última década, YPF ha canalizado su papel nacionalista para encabezar con éxito el desarrollo de las riquezas de esquisto de la Patagonia argentina y lidera planes para la construcción de gasoductos y para la exportación de gas natural licuado. Milei ha recurrido a ejecutivos del imperio petrolero y siderúrgico del multimillonario argentino-italiano Paolo Rocca para liderar YPF. Es posible que sea más difícil privatizar YPF que otras empresas, ya que la ley de nacionalización de 2012 contiene una cláusula que exige que dos tercios del Congreso aprueben la venta de acciones del Gobierno, en lugar de solo una mayoría simple. Jamileth |
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