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Por qué los juicios no frenan la carrera electoral de Trump
Por Carla Bleiker | DW Donald Trump apelará una sentencia que le declara inelegible en las primarias de Colorado, y tiene buenas cartas en la Corte Suprema, dominada por los conservadores. Pero libra varias batallas legales simultáneas. Los republicanos aún no han decidido formalmente quién será su candidato en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, pero parece cada vez más probable que vuelva a ser Donald Trump. No está estipulado que los dos mandatos permitidos a cada presidente estadounidense deban ser consecutivos. La campaña de Trump sufrió un revés el lunes cuando el máximo tribunal de Colorado vetó su candidatura en las primarias de ese Estado, por haber cometido insurrección en el motín del Capitolio del 6 de enero de 2021. Los jueces se remitieron a la 14ª enmienda constitucional, que prohíbe volver a ocupar un cargo federal a las personas que hayan jurado proteger la Constitución estadounidense y luego hayan cometido insurrección. Dicha enmienda data de la época de la Guerra Civil, y no se refiere específicamente a los presidentes. La campaña de Trump ya ha anunciado que apelará, llevando el caso ante la Corte Suprema de EE. UU., donde los jueces conservadores, tres de los cuales fueron nombrados por el propio Trump, tienen una mayoría de 6 a 3. A menos que el caso se resuelva con un fallo a favor de los jueces de Colorado antes de una fecha límite a principios de enero, el nombre de Trump seguirá apareciendo en la papeleta de las primarias republicanas del estado. Encuestas realizadas a nivel nacional sitúan a Trump por delante de otros precandidatos republicanos, como el gobernador de Florida Ron DeSantis y la ex gobernadora de Carolina del Sur y embajadora ante la ONU Nikki Haley. Impugnación no obstaculiza candidatura Donald Trump es el único presidente de EE. UU. que ha sido sometido a juicio político en dos ocasiones. En 2019, la Cámara de Representantes lo acusó de abuso de poder y obstrucción al Congreso, y en 2021, de incitación a la insurrección. En ambas oportunidades, el Senado lo absolvió. Sólo si la cámara alta del Congreso condena a un presidente, éste es destituido y queda inhabilitado para ejercer cargos de este tipo. En consecuencia, el doble impeachment no constituye un impedimento para que intente llegar otra vez a la Casa Blanca. Pero ¿qué ocurre con los otros problemas que tiene Trump con la Justicia? En 2024, Trump deberá enfrentar juicios civiles por fraude, relacionados con la gestión de su empresa, y un juicio por agresión sexual y difamación. También hay varios casos en su contra relacionados con su comportamiento tras perder las elecciones de 2020: un juicio en que se le acusa de guardar documentos clasificados del Gobierno en su casa de Mar-a-Lago cuando ya no era presidente; un juicio por chantaje en Georgia, por interferir en los resultados de las elecciones de 2020; y un caso del Departamento de Justicia de EE. UU., en que se lo acusa de delitos graves en relación con su intento de mantenerse en el poder tras su derrota electoral. Sin embargo, independientemente del resultado de estos juicios, Trump no perdería la posibilidad de postular a la presidencia. "Hay varias consideraciones sobre si alguien que es acusado o está envuelto en un proceso legal en curso puede ser candidato. Pero éstas se basan en la moral, la razón y las preferencias, no en leyes explícitas o barreras procesales", dijo a DW Laura Merrifield Wilson, profesora asociada de Ciencias Políticas en la Universidad de Indianápolis. Incluso si fuera sentenciado a prisión, eso no le impediría presentar su candidatura. No está claro, sin embargo, qué ocurriría si ganara las elecciones estando en la cárcel. Efecto contrario Desde el punto de vista legal, los tribunales no echarán por tierra las aspiraciones de Trump. Pero ¿cómo afecta esto su popularidad? Christopher Federico, profesor de Ciencias Políticas y Psicología Política de la Universidad de Minesota, piensa que una condena podría restarle el apoyo de los independientes. Pero no cree que pueda dañar sus posibilidades entre las bases del partido republicano. Su colega, el psicólogo político Howard Lavine, coincide en que las acusaciones no han perjudicado a Trump entre sus seguidores, sino al contrario, porque se presenta como víctima de una persecución. "Cada acusación parecía reforzar el potencial de votos de Trump", dijo a DW. Según los expertos, sus seguidores más férreos quieren sentirse representados y creen que Trump luchará por recuperar glorias del pasado y por volver a hacer "grande" a Estados Unidos. Potenciales condenas judiciales no inciden en eso. "No creo que los partidarios de Trump le den la espalda", dijo Wilson. "Permanecen firmes y leales, si no al hombre, ciertamente a la imagen mitológica de lo que representa". aranza |
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