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¡Nosotros somos los tiempos! ¡Los tiempos son lo que somos nosotros!»
Llucià Pou SabatéNavidad es dejar que Jesús nazca en nuestro corazón. En Belén celebró su llegada a este mundo en medio de personas sencillas. Cuando soñamos con un paraíso perdido, donde está el árbol de la vida, pensemos que el verdadero árbol de la vida no está lejos de nosotros, no es alargar las células de nuestro cuerpo unos años más, o transmitir ciertos datos a través del mundo informático para que nuestra sabiduría no se pierda, ni buscarlo al otro lado del universo en algún paraje de un mundo perdido. Lo tenemos hoy en Jesús, fruto del árbol de la vida, la vida misma, que se hace comida para abrirnos a ese paraíso añorado, pues Belén significa “casa de pan”: Jesús nace para darnos vida con su comida, pan de la vida, salvación. Nos trae la luz para que podamos ver todo desde la mirada de hijos de Dios. En medio de esa noche de Navidad, quizá oscura porque en el mundo hay penas, nos llega un mensaje: "a los que le recibieron, les da poder para ser hijos de Dios". Hoy hace 800 años (fue en 1223) San Francisco de Asís, en el pueblecito de Greccio, quiso celebrar la Navidad en una cuevita de un bosque, e hizo un “pesebre vivo” con personas que representaban a María, a José, un bebé que hizo de Jesús, los pastores y siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, después de tocar las campanas de la iglesia, convocó al pueblo a ¡una celebración especial!… y con la luz de antorchas se dirigieron al lugar indicado, al ver el espectáculo cayeron de rodillas asombrados, y celebraron la primera Navidad de la historia, luego se celebró allí mismo la Misa. Jesús, “luz del mundo”, nos pide hacernos niños con él, hijos de Dios. ¡Que la cercanía con Jesús niño nos dé saber mirar como niños todos los días del año, verlo todo con ojos nuevos de quien se sabe seguro en manos de Dios! Pues la razón más profunda de la alegría radica en que somos hijos de Dios. Así habrá paz a nuestro alrededor, pues «la paz comienza por una sonrisa»; y aunque haya dificultades en el mundo, oscuridad, esta luz irá deshaciendo el hielo de tantos corazones, si sabemos llevar ese calor desde nuestro corazón a nuestro alrededor, así habrá más personas con más amor, y se hará "masa crítica" para una "reacción en cadena". San Agustín aconseja: «Dicen que los tiempos son malos, difíciles. Vivamos bien y los tiempos se volverán buenos. ¡Nosotros somos los tiempos! ¡Los tiempos son lo que somos nosotros!». ¡Feliz Navidad! JMRS |
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