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Inflación de la eurozona sube de nuevo por retiro de apoyo en costo de energía


2024-01-05

Alexander Weber y Mark Schroers

(Bloomberg) -- La inflación de la eurozona se aceleró en diciembre, lo que pone de relieve el difícil camino de regreso a la meta del 2% previsto por el Banco Central Europeo a medida que los Gobiernos retiran el apoyo a los elevados costos de la energía.

Los precios al consumidor aumentaron un 2,9% interanual frente al 2,4% de noviembre, informó Eurostat el viernes. Dicha cifra coincidió con la estimación mediana de una encuesta de Bloomberg a economistas.

El impacto de la energía se alivió mucho menos que el mes anterior y se vio impulsada en gran parte por la decisión de Alemania de cubrir las facturas de calefacción de los hogares en el último mes de 2022. Una medida de precios subyacentes, que excluyen estos elementos volátiles, cayó por quinto mes consecutivo, hasta el 3,4%.

La primera aceleración de la inflación general desde abril había sido anticipada por funcionarios del BCE, quienes advirtieron que alcanzar su meta sigue siendo un desafío incluso después de una desaceleración drástica en los últimos meses. Este año, el progreso será más gradual debido a efectos estadísticos adicionales y a la continua eliminación gradual de las ayudas estatales.

Sin embargo, los inversionistas han apostado a que el BCE comenzará a reducir las tasas de interés antes de mediados de 2024, un punto que algunos banqueros centrales han identificado como la posibilidad más temprana. Una trayectoria descendente más accidentada para la inflación podría ayudar a las autoridades a enfriar esas apuestas, las que se moderaron un poco a principios de este año.

Los mercados monetarios mantuvieron sus apuestas sobre los recortes de tasas y descuentan 145 puntos básicos de flexibilización de la política monetaria para fines de 2024, en comparación con los casi 175 puntos básicos que esperaban la semana pasada.

“Actualmente prevemos que la inflación podría recuperarse temporalmente en el corto plazo”, dijo Isabel Schnabel, integrante del Comité Ejecutivo del BCE, a finales de diciembre. “Todavía nos queda camino por recorrer y veremos lo difícil que será la famosa ‘última milla’”.

Los datos de la eurozona surgen tras una serie de informes nacionales que revelaron divergencias entre las economías más grandes del bloque: mientras la inflación aumentó en Alemania, se aceleró de forma más moderada en Francia, se mantuvo estable en España y se desaceleró en Italia.

Una economía lenta puede ayudar al BCE a moderar las presiones sobre los precios. Afectada por los altos costos de endeudamiento, la débil demanda global y la situación geopolítica, la producción de la eurozona probablemente se contrajo en el cuarto trimestre después de una contracción similar en los tres meses anteriores, lo que resultó en su primera recesión desde la pandemia, aunque leve.

Sin embargo, la resiliencia del mercado laboral mantiene viva la preocupación de que el aumento de los precios pueda ser más persistente, especialmente si los salarios de los trabajadores continúan aumentando al ritmo actual.

El repunte de la inflación en la región no durará mucho, según economistas encuestados por Bloomberg, que prevén una tasa promedio del 2,7% en el primer trimestre.

Esa proyección es un poco más optimista que la del BCE, que en su reunión de diciembre estimó que los precios crecerían un 2,9% en ese período y que alcanzarán el objetivo del 2% solo a mediados de 2025.

“Los costos laborales unitarios están aumentando, lo que se suma a las presiones inflacionarias”, dijo el mes pasado Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. “Analizaremos la evolución de los costos salariales y los márgenes de ganancia, ya que ambos factores podrían retrasar el regreso de la inflación a nuestra meta del 2%. Estamos siguiendo muy de cerca esto”.

De cara a enero, y teniendo en cuenta los últimos datos, el pronóstico de Bloomberg Economics apunta a una inflación en la eurozona del 2,7%.



Jamileth


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