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«Días vendrán en que les será arrebatado el novio»


2024-01-15

Evangelio, Marcos 2,18-22

«¿Tus discípulos no ayunan?»

Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen a Jesús: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar. Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día».

«Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor. Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos».

Reflexión

Fray Juan José de León Lastra O.P.

«Seguir a Jesús, es más que ajustarse a prácticas rituales»

Es un texto el de este evangelio que podíamos calificar de revolucionario. Jesús manifiesta un cambio en la mentalidad religiosa de judíos, representada en este caso por los fariseos, y los discípulos de Juan Bautista.

Fariseos y discípulos de Juan, por otra parte, entienden la religión como cumplimiento de la legislación religiosa vigente. Jesús ofrece un vino nuevo, un paño nuevo, que no encaja en esas tradiciones religiosas. La novedad de la enseñanza de Jesús, se basa en que la raíz de la vida religiosa, espiritual, y también humana consiste en disfrutar de su cercanía, en la amistad con Él, en dejarse llenar de sus sentimientos, de seguir su estilo de vida, de acogerle y dejarse guiar por su palabra…

Es necesario, pues, un cambio radical de mentalidad, abrirse a la novedad del Reino que predica Jesús. Esto era necesario en aquellos momentos y en este. Seguir a Jesús, es más que ajustarse a prácticas rituales, incluso aceptables, como el ayuno. Es comprometerse afectivamente con su persona. Lo que supone romper con estilos de vida, a los que les falta vida, entusiasmo, alegría, e ir directamente a la alegre novedad de su persona y de su enseñanza.

Lo que nos lleva a formularnos unas preguntas: ¿En qué basamos nuestra fe cristiana?: ¿en someternos a las obligaciones que nos impone los distintos preceptos o en disfrutar de la cercanía de Jesús, de la novedad de su Evangelio?

¿Caemos en la tentación de querer hacer componendas entre el Evangelio, -lo nuevo- y ciertos intereses nuestros, como la búsqueda del poder, la comodidad egoísta que se despreocupa de los demás…, -lo viejo-?



JMRS


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