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Vinícius regresa al Metropolitano 487 días después


2024-01-17

 

Madrid, 17 ene (EFE).- Recuperada la mejor de sus versiones, decisivo en la conquista del primer título de la temporada, la Supercopa de España con su triplete al Barcelona en la final, Vinícius regresa a uno de los estadios donde el clima es más hostil contra su figura. Referente madridista. Enemigo eterno del aficionado del Atlético de Madrid. Vuelve al Metropolitano 487 días después.

El estadio del Atlético de Madrid es junto a Mestalla dos puntos geográficos marcados con chincheta en el mapa de Vinícius. El brasileño sufrió allí capítulos racistas que no olvida. Agravados en el derbi por el acto vandálico previo a otro duelo copero, cuando apareció colgado de un puente cercano a la ciudad deportiva del Real Madrid un muñeco con la camiseta de 'Vini' y una pancarta con el lema "Madrid odia al Real".

Cerca de cumplirse un año del suceso, el clima hostil en torno al futbolista brasileño cuando jugaba en España en estadios que no eran el Santiago Bernabéu se ha rebajado. Una animadversión de la que tras uno de los grandes días de éxito de su carrera, el triplete en el clásico siendo decisivo en una final, admitió que tiene parte de culpa por su comportamiento en los terrenos de juego.

"Estoy aprendiendo todos los días, revisando en casa los partidos, para ser una persona mejor. A veces quiero hacer todo por mi equipo y acabo enfadando a los demás, a mí también y a mis compañeros. Quiero mejorar. Todos quieren pelear conmigo e intento estar tranquilo, centrado en el partido, pero a veces no soy un santo. Hablo demasiado, hago regates que no debo. Tengo que mejorar para dar ejemplo a los niños", confesó.

Las palabras de Vinícius reflejan el trabajo incansable de Carlo Ancelotti con su futbolista. El técnico que le ha hecho mejor, que siempre confió en él como referente, con el que ha dado el salto de calidad para convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo.

'Carletto' siempre le pidió estar centrado en los partidos, le retiró de trifulcas, le afeó gestos que no ve elegantes, como el pase de tacón hacía atrás en el último clásico cuando el Real Madrid goleaba a su eterno rival. En privado un sinfín de conversaciones para hacer entender a Vinícius que es mejor sin entrar en provocaciones de rivales, centrado en el fútbol, en generar siempre desequilibrio. No fue el único.

La voz de la experiencia representada en Luka Modric, Toni Kroos o Nacho Fernández le han servido en los consejos. Hasta Jude Bellingham, el que menos lleva en el equipo, le recomendó sonreír siempre y no cambiar el gesto.

Tendrá Vinícius un momento inmejorable para poner en práctica sus palabras en el derbi madrileño del Cívitas Metropolitano. Donde nunca marcó en cuatro partidos y solamente salió derrotado en una ocasión en la que el Real Madrid ya no se jugaba nada en la jornada 35 de una Liga que ya estaba ganada, centrado en una Liga de Campeones que posteriormente conquistó ante el Liverpool en París.

En su primera opción de regresar al templo rojiblanco, en el inicio del curso presente a finales de septiembre, se cruzó una inoportuna gastroenteritis. Vinícius, que se había lesionado en los primeros encuentros oficiales de agosto, con la primera de las dos roturas musculares que ha sufrido en cuatro meses, ya estaba recuperado para regresar y fue la gran ausencia de un partido en el que el Real Madrid encajó su única derrota.

Ahora, llega lanzado al derbi madrileño. Con ganas de exhibirse en el Metropolitano. Tras recortar varias semanas el plazo de su recuperación y después de necesitar apenas tres partidos para ser desequilibrante. Pocas veces lo fue ante el engranaje defensivo de Diego Simeone en doce enfrentamientos en los que solamente marcó un tanto con el Atlético desfondado buscando el milagro en la prórroga en el Bernabéu de los cuartos de final de la pasada Copa del Rey.



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