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Agricultores en Alemania en pie de guerra
Por Sabine Kinkartz | DW ¿Alimentos demasiado baratos? ¿Cuánto debe costar un litro de leche? ¿Qué valor tiene la carne? En la mayor feria del sector agropecuario, del 19 al 28 de enero en Berlín, los agricultores exigen una subida de los precios de los alimentos. En la Semana Verde Internacional de Berlín, la mayor feria agropecuaria y del ramo de la alimentación, aún es palpable el descontento de los agricultores, que durante una semana bloquearon las calles alemanas con sus tractores para expresar su descontento. En primer lugar, se oponen a los planes de austeridad del Gobierno en Berlín, que quiere eliminar la subvención al diésel en la agricultura. Los alemanes compran barato Sin embargo, el recorte de las subvenciones solo es el detonante de las actuales protestas. En Alemania, la agricultura es un sector altamente subvencionado, que, desde hace años, ya no podría vivir del fruto de su trabajo. En muchas empresas, casi la mitad de los ingresos proviene de fondos de subvención, sobre todo de la Unión Europea (UE). Esto causa frustración. A nivel europeo, los alemanes gastan muy poco dinero en alimentos. De acuerdo con el Instituto Federal de Agricultura y Alimentación de Alemania (BLE, por sus siglas en alemán), en 2022, los germanos gastaron en promedio solo un 11,5 por ciento de sus ingresos en alimentación. Solo en Irlanda, Luxemburgo y Austria las personas gastan menos en comida. En comparación: en Italia, un 14,4 por ciento del sueldo es destinado a la compra de alimentos, mientras que en Francia es un 13,3 por ciento. Supermercados dictan los precios Los bajos precios en los supermercados se deben, en parte, al poder de mercado de los grupos empresariales. Mientras los pequeños vendedores han ido desapareciendo en los últimos años, los supermercados con ofertas y descuentos se han ido volviendo más grandes. Concretamente, Edeka, Rewe, Lidl y Aldi se reparten Alemania. Las grandes cadenas les dictan los precios a los productores de alimentos, y aquellos que no están dispuestos a suministrar productos baratos, desaparecen de los estantes de los supermercados. Los agricultores son el último eslabón de la cadena de suministro y muchas veces ni siquiera reciben el dinero para cubrir los costos de la producción de leche, carne, trigo y verduras. Por otro lado, en los últimos años, aumentaron masivamente los requisitos legales respecto del bienestar animal, así como de la protección del clima y de las especies. "La agricultura no puede cumplir altas demandas sociales y, al mismo tiempo, producir los alimentos más baratos. Hay un hueco enorme que debe ser tapado", subraya Martin Schulz, presidente del Colectivo de Agricultura Campesina. ¿40 céntimos más por un kilogramo de carne? Expertos calculan que los gastos adicionales para modificar la cría de ganado a fin de alcanzar un mayor bienestar de los animales ascenderán hasta los 3,600 millones de euros anuales hasta 2040. Una propuesta para lograr este objetivo ha sido cobrar 40 céntimos de euro más por un kilogramo de carne. Sin embargo, esto aún no ha sido implementado. Para el ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, las actuales protestas de los agricultores son una oportunidad para finalmente aumentar gradualmente el precio de la carne. El político propone empezar con un céntimo simbólico para el bienestar de los animales. No obstante, los liberales del partido FDP dirigen el ministerio encargado de elaborar una ley al respecto, algo que hasta ahora había rechazado. Christoph Minhoff, director ejecutivo de la Federación Alemana de la Industria Alimentaria (BVE, por sus siglas en alemán), critica la propuesta de Cem Özdemir, así como la nueva estrategia alimenticia del ministro de ofrecer comida más saludable en los comedores de empresas y universidades, así como en los jardines de niños. Reemplazar la grasa, el azúcar y la sal en los alimentos procesados aumentará los costos de producción. Minhoff señala que, debido al aumento de los requisitos y de la burocracia, así como a la subida de los costos de energía y de personal, Alemania está perdiendo atractivo como emplazamiento económico. En su sector, sostiene, el 83 por ciento de las empresas comparte esta opinión. aranza |
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