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¿Ayudaría a la paz en Gaza reconocer un Estado palestino?
Por Cathrin Schaer | DW El debate sobre reconocer a Palestina como Estado es controvertido. Defensores ven valor jurídico y simbólico, mientras los detractores arguyen que no afectará la situación real ni solucionará conflictos fundamentales. Últimamente, los llamamientos para que el mundo occidental reconozca a Palestina como un Estado de pleno derecho se han intensificado. Aunque Alemania no considera a Palestina un país, la mayoría de los Estados del mundo -139 de un total de 193- en las Naciones Unidas sí lo hacen. Lo significativo esta vez, sin embargo, es que el reconocimiento está siendo reconsiderado aparentemente por Estados Unidos, un país que anteriormente ha vetado casi todos los intentos de convertir a Palestina en un país. El Reino Unido también parece estar reevaluándolo, aunque en el pasado se ha opuesto tanto como Estados Unidos. "Lo que tenemos que hacer es dar al pueblo palestino un horizonte hacia un futuro mejor, el futuro de tener un Estado propio", declaró a principios de este mes el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron. Altos cargos políticos de España, Noruega e Irlanda también han hablado recientemente de la posibilidad de reconocer a Palestina como Estado. "Hoy, más actores clave en Oriente Medio requieren un movimiento hacia un Estado palestino desmilitarizado que en cualquier otro momento que yo recuerde", resumía esta semana Thomas Friedman, columnista del New York Times. Sin embargo, los expertos han pedido cautela sobre las declaraciones de Estados Unidos y el Reino Unido, sugiriendo que es probable que se filtren o, en el caso del Reino Unido, que se expresen abiertamente, para presionar a un gobierno israelí cada vez más obstinado, que no se inmuta ante el creciente malestar de sus aliados con sus tácticas en Gaza. A los pedidos de aclaraciones, los portavoces estadounidenses han respondido que, por ahora, las políticas del gobierno de su país no han cambiado. ¿Por qué es controvertida la idea? Muchos países de Occidente siempre han tenido la idea que el cambio de estatus de los palestinos se produciría al final de las negociaciones sobre lo que se conoce como la solución de los dos Estados, en la que Israel y Palestina coexisten. Por eso, las declaraciones y los rumores más recientes han suscitado tanto debate. Algunos dicen que el reconocimiento de Palestina como Estado sería el primer paso hacia una solución duradera y pacífica a este conflicto de décadas. Pero otros afirman que, a menos que cambien las condiciones sobre el terreno, el reconocimiento sería inútil y sólo serviría para blanquear el statu quo y seguir dejando al Estado israelí todo el poder. ¿Cuáles son las ventajas? El reconocimiento daría a Palestina más poder político, jurídico, e incluso simbólico. En particular, la ocupación o anexión israelí de territorio palestino se convertiría en una cuestión jurídica más seria. "[Tal] cambio sentaría las bases para las negociaciones sobre el estatuto permanente entre Israel y Palestina, no como un conjunto de concesiones entre el ocupante y el ocupado, sino entre dos entidades que son iguales a los ojos del derecho internacional", escribió Josh Paul en Los Angeles Times el mes pasado. Hasta hace poco, Paul era director de Asuntos Públicos y del Congreso de la Oficina de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado de Estados Unidos, pero dimitió por desacuerdos sobre la política estadounidense respecto a Gaza. "Las disputas, como las relativas al estatuto de Jerusalén o al control de las fronteras, los derechos sobre el agua y las ondas radioeléctricas, pueden resolverse a través de mecanismos de arbitraje mundiales establecidos", sugirió, señalando que las normas aceptadas internacionalmente sobre derecho, aviación civil o telecomunicaciones podrían utilizarse para ayudar a resolver las disputas en curso. Sin embargo, la mayor ventaja para los palestinos sería posiblemente simbólica. Palestina podría eventualmente llevar a Israel ante un tribunal internacional de algún tipo, pero eso sería dentro de mucho tiempo, dijo Philip Leech-Ngo, un analista de Oriente Medio con sede en Canadá y autor del libro publicado en 2016 "The State of Palestine: A critical analysis" ("El Estado de Palestina: un análisis crítico"). Para la Autoridad Palestina, que gobierna parte de la Cisjordania ocupada y forma parte de la representación oficial del pueblo palestino, "el reconocimiento es toda la razón de ser", dijo Leech-Ngo a DW. "No pueden ofrecer mucho más al público palestino. No pueden enfrentarse a Israel, no son capaces de mejorar la vida de los palestinos bajo su jurisdicción, y además son corruptos y no democráticos. Así que lo único que pueden ofrecer es la promesa del reconocimiento internacional". "Después de todo", prosigue Leech-Ngo, "el reconocimiento como Estado sería una forma de decir que la comunidad internacional acepta que la causa palestina es legítima y, en el contexto de una prolongada ocupación beligerante por parte de Israel, eso ofrece un capital político considerable." ¿Cuáles son los inconvenientes? Encuestas recientes muestran que la mayoría de los israelíes no quieren ver a Palestina como Estado. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lleva años afirmándolo. Y para los israelíes y sus partidarios internacionales, también existe el temor de que, si Palestina es reconocida como Estado ahora, eso podría verse como una victoria para los que abogan por la violencia. El conflicto más reciente en Gaza comenzó el 7 de octubre, cuando el grupo radical islamistaHamás perpetró un ataque terrorista contra Israel, matando a unas 1,200 personas. Desde entonces, la actual campaña militar de Israel en la Franja de Gaza ha causado cerca de 28,000 muertes. Si el reconocimiento se produce ahora, Hamás "probablemente se atribuirá el mérito", escribió Jerome Segal, director de International Peace Consultancy, en la revista Foreign Policya principios de este mes. "[Hamás] mantendrá que este reconocimiento (...) demuestra que sólo la lucha armada produce resultados". La diferencia entre el reconocimiento y la solución de dos Estados A pesar de sus ventajas jurídicas y simbólicas, el reconocimiento de Palestina como Estado no cambiaría nada inmediatamente sobre el terreno. "Los mayores obstáculos para la creación de un Estado palestino en febrero de 2024 son similares a los que existían antes del 7 de octubre" de 2023, escribió esta semana Dahlia Scheindlin, investigadora del think tank estadounidense Century International, con sede en Tel Aviv. "En primer lugar, los dirigentes políticos israelíes se dedican a impedir la independencia palestina a toda costa. En segundo lugar, los dirigentes palestinos están completamente divididos y carecen prácticamente de legitimidad interna. Todos estos obstáculos han empeorado desde el 7 de octubre", escribió. "Si se usase una varita mágica, y de repente se creara el reconocimiento de un Estado palestino, seguiría habiendo enormes problemas sobre el terreno", señaló Leech-Ngo, analista de Oriente Medio. "Está la ocupación, están los asentamientos [ilegales], la devastación en Gaza y la falta de control sobre las fronteras, así como la cuestión de quién controla Jerusalén. Hay numerosas cuestiones sobre el estatuto final que no se resolverían de repente, aunque se pudiera agitar una varita mágica", concluyó. aranza |
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