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El dilema de Egipto: ¿dejar entrar o no a los palestinos?
Cathrin Schaer / DW La guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás ha obligado a un millón y medio de palestinos a refugiarse en el sur de Gaza. Se teme un “desplazamiento forzoso”, clasificado como crimen de lesa humanidad. La semana pasada, el Ejército israelí anunció que ampliaría su avanzada militar contra Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, cerca de la frontera con Egipto, donde se refugian más de un millón de palestinos. Mientras más crece la presión, más fuertes se alzan las voces desde Israel que hablan de un desalojo de la Franja de Gaza. El Instituto Misgav para la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista afirma en un documento que el conflicto sería una "oportunidad única y poco frecuente para evacuar toda la Franja de Gaza". Un plan que el gobierno egipcio ha rechazado, temiendo que a los palestinos que salgan de Gaza nunca se les permita regresar. El "desalojo forzoso” es considerado por Naciones Unidas como un crimen de guerra. Al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional, (FMI), decidirá en breve si Egipto obtiene un préstamo ampliado para apuntalar su deficitaria y endeudada economía. "¿Un chantaje?", preguntaba el diario egipcio Al Modon, en el que se especulaba con la posibilidad de que los principales accionistas del FMI en Estados Unidos y Europa condonaran a Egipto sus deudas si acogía a los palestinos desplazados. La realidad es que, dice a DW Riccardo Fabiani, director de la sección Norte de África de la oenegé International Crisis Group, "el FMI, la Unión Europea y Occidente están dispuestos a entregar dinero a Egipto para evitar una desestabilización del país a causa del conflicto de Gaza". Además de la inflación y la excesiva deuda nacional, Egipto se ha visto muy afectado por la disminución del turismo en la región y la inseguridad en el Mar Rojo, explica Fabiani. "Con 120 millones de habitantes, Egipto es demasiado grande para ir a quiebra", apunta, por su parte, Ashraf Hassan, del taller estadounidense de pensamiento Century International. Pero "la convicción del régimen es que no hay incentivos económicos que puedan compensar el peligro político y de seguridad que supondría dejar entrar a toda la población palestina de Gaza", dijo Hassan. El valor del acuerdo de Camp David para Egipto Por el momento, el autoritario gobierno egipcio se debate entre el sentimiento popular -la opinión pública apoya ampliamente la causa palestina- y los antiguos acuerdos de seguridad con Israel. La agencia Associated Press informó la semana pasada que, según fuentes anónimas, Egipto podría abandonar el histórico tratado de paz de Camp David que firmó con Israel a finales de la década de 1970, si proseguían los ataques militares en Rafah. El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, lo ha negado. Fabiani señala, empero, que el acuerdo de Camp David no sólo implica la cooperación en materia de seguridad con Israel, sino que también garantiza la ayuda estadounidense. "En estos momentos, Egipto también está negociando un acuerdo muy delicado con el FMI y la UE para obtener más dinero. Así que lo último que necesitan es agitar las aguas". Las opciones simbólicas para que Egipto presione a Israel son más probables, agrega Fabiani. Como suspender las relaciones diplomáticas o retirar al embajador egipcio de Israel, por ejemplo. ¿Posible éxodo hacia el Sinaí? La reunión de esta semana entre el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, ofrece otra opción. Para Fabiani, "Egipto muestra así al mundo, y advierte a Israel, que no están aislado, y que el incumplimiento de la línea roja egipcia sobre Rafah no es sólo un problema para Egipto, sino para todos". Si el desalojo continúa, los palestinos podrían incluso intentar entrar en el Sinaí, si Israel deja a Gaza inhabitable, teme el International Crisis Group. El peor de los escenarios, porque sería "una solución impuesta a Egipto, no negociada”, concluye Hassan del Century Internacional. Para Mirette Mabrouk, directora del Instituto para el Medio Oriente, con sede en Washington, es claro: "Si los palestinos cruzan la frontera, Egipto los acogerá. No le van a disparar a mujeres y niños desesperados". "No es que Egipto no pueda asimilarlos -el país ya acoge a millones de refugiados de Siria y Sudán-. Es que Egipto no quiere ser parte de otra Nakba", dice Mabrouk, refiriéndose a los 700,000 palestinos que tuvieron que huir antes y durante la guerra árabe-israelí de 1948, y a los que nunca se les permitió regresar a su tierra. JMRS |
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