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La disputa de Lula con Israel "dividió a su propia base"


2024-02-26

Por | Thomas Milz, Nilson Brandão

La comparación del presidente brasileño del conflicto en Gaza con el Holocausto provocó indignación internacional. Sin embargo, algunas críticas a Israel están justificadas, evalúan exdiplomáticos y politólogos.

La disputa diplomática entre Israel y Brasil continúa escalando.

Después de que el embajador brasileño en Israel, Frederico Meyer, fuera convocado a una reunión con el ministro de Exteriores, Israel Katz, en el centro conmemorativo del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén, Brasil lo llamó para consultas. Mientras tanto, reportes de medios han dicho que Brasil podría expulsar al embajador de Israel.

La crisis diplomática se desencadenó tras las recientes polémicas declaraciones sobre el conflicto entre Israel y el grupo terrorista palestino Hamás realizadas por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. "Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza con el pueblo palestino no ha sucedido en ningún otro momento de la historia. En realidad, sí ocurrió: cuando Hitler decidió matar a los judíos", afirmó Lula al margen de una reunión de la Unión Africana en Addis Abeba.

Al parecer, Lula no está dispuesto a disculparse, incluso después de que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dijera que de lo contrario ya no sería bienvenido en su país. Con la excepción de Netanyahu, Lula se ha llevado bien con los líderes de Israel. Por décadas como líder de la oposición y luego como presidente brasileño de 2003 a 2010, había demostrado ser un aliado cercano.

¿Qué pasó para que Lula hiciera esta comparación? "Nadie lo entiende y es difícil de explicar", dijo Rubens Ricupero, exdiplomático y exministro, resumiendo el desconcierto entre los expertos en política exterior brasileña.

¿Busca Lula ganarse la extrema izquierda?

Una posible explicación es que Lula enfrenta hoy un tipo de oposición diferente a la de sus mandatos anteriores, según Ricupero. Sus detractores ya no vienen del centro moderado, sino de la extrema derecha, lo que refuerza la polarización de la política interna. Esta podría ser la razón por la que Lula está adoptando posiciones extremas de la izquierda y su Partido de los Trabajadores (PT). La fuerte crítica a Israel es parte de ellas.

Aún así, la mayoría de los brasileños apoya a Israel, señaló Ricupero. "Esta posición de Lula y de algunos sectores de izquierda es claramente minoritaria", observó. "La opinión pública está generalmente a favor de Israel, al igual que los medios de comunicación. No he visto a nadie defender la comparación de Lula".

Esto ha creado problemas para Lula, dijo el politólogo Mauricio Santoro, del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de la Marina de Brasil. "Quizás pueda movilizar a sectores de su electorado de izquierda, que es muy crítico con Israel. Pero en este caso, dividió a su propia base".

En Addis Abeba, Lula volvió a ser víctima de su pasión por hablar libremente, afirmó Santoro. "Al presidente le gusta improvisar libremente en discursos o entrevistas. Pero sus declaraciones sobre política exterior plantean problemas a la diplomacia", afirmó.

Marcos Azambuja, exembajador en Argentina y Francia, también mencionó los peligros de la improvisación. La espontaneidad e informalidad de Lula es en general positiva, dijo. "Esta cordialidad, la calidez humana, el deseo de comunicarse a menudo ayuda. Pero, por supuesto, también puede haber deslices verbales", explicó.

Los errores en política exterior no son nuevos 

Tampoco es nada nuevo que Lula y su Partido de los Trabajadores cometan errores en política exterior, explicó Roberto Abdenur, exembajador de Brasil en China y Alemania, entre otros destinos. El antiguo diplomático recordó que Lula y su entonces ministro de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, intentaron en 2010 concluir un acuerdo nuclear con Irán por iniciativa propia.

Abdenur condenó la comparación de Lula relativa a Gaza. "Esto es completamente inapropiado y la dura reacción de Israel es completamente comprensible", dijo.

"Netanyahu, por su parte, eligió palabras muy duras. Y el ministro israelí de Asuntos Exteriores también se atiene a su línea de usar insultos inapropiados", agregó. Para Abdenur, sin embargo, Lula tiene razón en lo medular al criticar la dureza del proceder de Israel en Gaza.

La cancillería hace control de daños

Feliciano de Sa Guimaraes, experto en política exterior de la Universidad de Sao Paulo, advirtió sobre una mayor escalada entre los dos países.

"Hay una atmósfera en el palacio presidencial brasileño que genera tales declaraciones beligerantes", dijo. También sostuvo que el equipo de política exterior de Lula no representa a su amplia base de gobierno y que el presidente escucha sólo a un lado, "las voces antiestadounidenses de izquierda que hablan muy agresivamente de un cambio radical en el orden global". Pero la diplomacia no debería estar ligada a la polarización ideológica, afirmó.

Ahora es una cuestión de limitar los daños, afirmó Rubens Barbosa, exembajador en Estados Unidos y Reino Unido. "Este es un gran desafío para el Ministerio de Relaciones Exteriores. No se trata sólo de limitar el daño a Brasil, sino también de recuperar influencia en la política exterior".



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