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La guerra en Ucrania amenaza los derechos de las mujeres
Wendy Drukier | Política Exterior Antes de la invasión rusa de febrero, mujeres y niños constituían dos tercios de los ucranianos desplazados internamente desde 2014 por el conflicto en Crimea. De los 1,5 millones de refugiados que han huido de Ucrania desde entonces, las mujeres y los niños vuelven a ser mayoría y están en grave riesgo de violencia, explotación y abuso. Mientras conmemoramos el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, es importante reconocer cuánto está en juego en Ucrania, sin subestimar el impacto para las mujeres. No solo son las vidas de mujeres, niños y otros grupos vulnerables ucranianos las que se han puesto en peligro grave. Las acciones de Rusia constituyen una amenaza para el orden internacional basado en reglas en el que se sustentan los avances en los derechos de las mujeres. Desde la fundación de Naciones Unidas en 1945, la igualdad de género ha sido una de las garantías fundamentales de los derechos humanos. El artículo 1 de la Carta de la ONU establece que uno de los propósitos esenciales de la organización es promover el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales “sin distinción de raza, sexo, idioma o religión”. «El mundo no le está pidiendo favores a Rusia. Le está pidiendo que cumpla con su palabra y que siga las normas» En su discurso ante la Asamblea General de la ONU la semana pasada, el embajador de Canadá, Bob Rae, sacó una copia de la Carta del bolsillo de su chaqueta y la leyó para recordarle a Rusia las palabras que había firmado, explicando el significado de términos como “igualdad soberana entre naciones”. “Significa que no hay Estados de segunda clase en esta organización. No hay parte de atrás del autobús en Naciones Unidas”. El mundo no le está pidiendo favores a Rusia, dijo Rae. Le está pidiendo que cumpla con su palabra y que siga las normas. Esas normas, que las acciones de Rusia en Ucrania han puesto en peligro, son las mismas reglas que han ido evolucionando en las décadas posteriores a la fundación de la ONU para proteger y fortalecer los derechos de las mujeres en todo el mundo. Incluyen la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW, en inglés). En 2000, por ejemplo, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1325 para reconocer los efectos específicos que los conflictos armados tienen en mujeres y niñas, y su papel esencial en la resolución de conflictos y la consolidación de la paz. En la actualidad, los planes de acción nacionales sobre mujeres, paz y seguridad se han adoptado a nivel mundial, incluido en Canadá, España y Ucrania. El plan de acción de Canadá tiene como objetivo aumentar la participación de las mujeres en los esfuerzos de paz y seguridad y promover la igualdad de género a través de nuestra programación, política y la promoción. Canadá se compromete a aumentar la participación significativa de las mujeres y de las organizaciones y redes de contacto de mujeres en la prevención de conflictos, su resolución y la reconstrucción posterior del Estado. Las mujeres en Ucrania hoy Ya conocemos el impacto devastador que la guerra en Ucrania está teniendo en las mujeres. En los últimos años, Ucrania había logrado pequeños pero importantes avances con respecto a los derechos de las mujeres. Estos logros, no obstante, ya se veían amenazados por los ocho años de conflicto en el este del país y por el impacto de la pandemia del Covid-19. Según ONU Mujeres, los niveles de empleo y la actividad económica de las mujeres en edad de trabajar en Ucrania son mucho más bajos que los de los hombres. Las mujeres constituyen el 72,2% de los beneficiarios de asistencia social. Con una brecha salarial de género del 22% y del 32% en pensiones, las mujeres son más vulnerables en esta crisis humanitaria. Sabemos que las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por los conflictos, y que el desplazamiento y la presencia militar pueden conducir a un aumento de la trata de personas, del trabajo sexual como modo de supervivencia y de la violencia sexual. No podemos ignorar los impactos descomunales que los conflictos y la fragilidad de un Estado tienen sobre las mujeres y las niñas. Por ejemplo, la violencia sexual y de género se utiliza a menudo como táctica de guerra. En varios casos, las defensoras de los derechos humanos son hostigadas, detenidas y asesinadas. El acceso a la justicia puede ser inexistente o, en el mejor de los casos, más peligroso de lo habitual. Todo ello hace que una reconciliación a largo plazo sea mucho más difícil. «La violencia sexual y de género se utiliza a menudo como táctica de guerra. En varios casos, las defensoras de los derechos humanos son hostigadas, detenidas y asesinadas» También sabemos que la mortalidad materna se duplica con creces en situaciones de conflicto o posconflicto. Los esfuerzos dirigidos a la igualdad de género en respuesta a los conflictos siguen siendo débiles y fragmentados. El extremismo violento, las crisis humanitarias y migratorias prolongadas así como los efectos del cambio climático amenazan con mayor severidad a la seguridad y a los medios de vida de las mujeres y las niñas. Las mujeres ucranianas no son una excepción. Antes de la invasión rusa del 24 de febrero, mujeres y niños constituían dos tercios de los casi 1,5 millones de ucranianos desplazados internamente a causa del conflicto en Crimea de 2014 y en el este de Ucrania a partir de ese año. De los 1,5 millones de refugiados adicionales que han huido de Ucrania desde entonces, la gran mayoría también son mujeres y niños en grave riesgo de violencia, explotación y abuso. Las mujeres ucranianas se enfrentan a una crisis humanitaria de extrema gravedad. El Comité Internacional de Rescate (IRC) estima que 80,000 mujeres darán a luz en los próximos tres meses en Ucrania, muchas de ellas sin acceso a atención médica si la crisis continúa cerrando los servicios esenciales. Vale la pena recalcar que el IRC también está instando a que la programación humanitaria tenga en cuenta las diversas necesidades de la población, dado que “Ucrania tiene más de 130 grupos étnicos y muchos grupos lingüísticos minoritarios. El género se cruza con distintos factores de diversidad, creando nuevos grupos con vulnerabilidades muy específicas. Estos incluyen la comunidad romaní, personas mayores, con discapacidad, mujeres de comunidades rurales en zonas de desplazamiento y conflicto, y las comunidades LGBTI”. Mujeres y paz En definitiva, sabemos que las mujeres son esenciales para la paz, y que ningún tipo de paz puede existir de manera significativa sin ellas. La participación de las mujeres en la resolución de conflictos, como negociadoras o mediadoras, hace que los acuerdos de paz sean más duraderos. De hecho, cuando las mujeres participan plenamente en procesos de paz, es un 20% más probable que los acuerdos duren al menos dos años y un 35% más probable que duren 15 años. Distintas investigaciones también muestran que las mujeres, más que cualquier otro grupo, han organizado y realizado campañas de acción masiva a favor de acuerdos de paz, presionando a las partes involucradas para que inicien negociaciones y firmen acuerdos. Como dijo la embajadora de Canadá para la Paz y la Seguridad de las Mujeres, Jacqueline O’Neill, durante su visita a Kiev en diciembre de 2021, “una paz y una seguridad fuertes y duraderas dependen del liderazgo y la plena participación de las mujeres en todos los sectores de la sociedad». Es por eso que Canadá y otros países, incluida España, ha comenzado a desarrollar y abogar con fuerza por una “política exterior feminista”. Canadá reconoce que fomentar sociedades abiertas e inclusivas basadas en derechos, donde todas las personas, independientemente de su género, puedan beneficiarse plenamente de una participación equitativa en la vida económica, política, social y cultural, es la manera más eficaz de construir un mundo más seguro y próspero. Esta visión de sociedades abiertas e inclusivas está siendo hoy profundamente perjudicada en Ucrania. Rusia no solo está atacando a Ucrania, sino también a los valores y reglas que sustentan a la comunidad internacional. Al hacerlo, amenaza el progreso gradual que el mundo ha logrado con respecto a la protección y promoción de los derechos de las mujeres a nivel global. JMRS |
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