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Eternidad infernal
Autor: Juan del Carmelo El demonio no descansa , porque como quiera que él pertenece al orden del espíritu, todo lo espiritual es eterno y lo eterno está disociado con el concepto tiempo, porque lo eterno carece de limitaciones temporales. Dios es la pura espiritualidad, no es que la espiritualidad sea un atributo suyo, sino que Él, es por esencia la pura espiritualidad sin ninguna clase de limitaciones temporales, porque la temporalidad es una creación suya, con referencia a la materia a la que creó con una vigencia determinada en el tiempo. Nuestra alma creada a imagen y semejanza de Dios, tampoco tiene necesidad d reposar o dormir, es nuestro cuerpo material el que está sometido a la necesidad del reposo. El concepto de eternidad es lo propio de todo o creado por Dios perteneciente al orden espiritual y tanto el demonio como nuestras almas, subsistirán eternamente. El demonio, conoce perfectamente mucho mejor que nosotros, pues no olvidemos que es mucho más listo que nosotros, cuál es el valor de un alma. Para el demonio es infinito, pues conoce el pensamiento de Dios ya Isaías, profetizó (Is 43,1-5): "Ahora, así dice Yahvéh tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. No Temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti. Porque yo soy Yahvé tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. No Temas, que yo estoy contigo; desde Oriente haré volver tu raza, y desde Poniente te reuniré". El, que es un ser carente de amor, porque el vació que le dejó en su corazón, la pérdida de su capacidad de amor, cuando se sublevó al grito de non serviam, no serviremos, este vació lo ocupó inmediatamente al antítesis del amor que es el odio. Él no puede amar, solamente puede odiar y por supuesto, a quien más odia es a su Dios trinitario, por lo que la forma de tratar de dañarle es robarle lo que Él más ama que somos nosotros, mejor dicho nuestras almas. Dios podría haber dispuesto que el demonio no se acercase a nosotros, pero entonces, nosotros habríamos perdido la capacidad que tenemos de demostrarle a Dios nuestro amor luchando contra las tentaciones demoniacas. En el Apocalipsis y también en los evangelios por palabras de Señor, podemos darnos cuenta de que los demonios están aún libres de ser encerrados eternamente, mientras estén cumpliendo la misión de ser piedra de toque de nuestro amor al Señor. Las actuaciones demoniacas para con nosotros, son muy sutiles. Él nos conoce muy bien y sabe el instintivo miedo que tenemos al infierno, por ello trata por todos los medios, de hacernos creer. Primeramente que él no existe, después que tampoco existe el infierno y de existir este, se puede salir de él porque el castigo no es eterno. Con respecto a las dos falsedades que él difunde entre las personas, que por su debilidad espiritual están o son propicias a entrar al trapo de sus falsedades. Tenemos que acerca de su existencia y de la existencia del demonio, son muchos los textos bíblicos que le contradicen. Entre otros varios tenemos (Mt 11,23): "Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría". También San Pedro en su epístola escribe (Pedro 2,4-11): " Porque Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los precipitó en el infierno y los sumergió en el abismo de las tinieblas, donde están reservados para el Juicio Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que desencadenó el diluvio sobre una tierra poblada de impíos, preservando sólo a ocho personas, entre ellas a Noé, el heraldo de la justicia. También condenó a la destrucción y redujo a cenizas a las ciudades de Sodoma y Gomorra, para que sirvieran de ejemplo a los impíos del futuro. En cambio, libró a Lot, el justo, que estaba afligido por la conducta licenciosa de esos hombres sin ley; porque teniendo que vivir en medio de ellos, su alma de justo se sentía constantemente torturada por las iniquidades que veía y escuchaba. El Señor, en efecto, sabe librar de la prueba a los hombres piadosos, y reserva a los culpables para que sean castigados en el día del Juicio, sobre todo, a los que llevado por sus malos deseos, corren detrás de los placeres carnales y desprecian la Soberanía. Estos hombres audaces y arrogantes no tienen miedo de blasfemar contra los ángeles caídos. mientras que los ángeles superiores en fuerza y en poder no pronuncian ningún juicio injurioso contra ellos en la presencia del Señor". Con respecto a la eternidad de la existencia del infierno, en el Libro de Tobías, podemos leer (Tobías 14,10): "Pero Dios hizo pagar su infamia al criminal, porque Ajicar salió a la luz, mientras que Nadab entró en las tinieblas eternas, por haber tramado la muerte de Ajicar. A causa de sus limosnas, Ajicar se libró de la trampa mortal que le había tendido Nadab, y este cayó en ella para su perdición". . Aunque existen varios textos más en la Biblia que señalan la existencia del demonio, la existencia del infierno y la eternidad de este, que desgraciadamente no está vacío como también pretende el demonio que se crea. Por falta de tiempo he utilizado como texto probatorio, de la existencia del infierno, el primero que he encontrado, aunque hay mucho más El Señor, más de una vez habla del infierno diciendo: " allí será el sufrimiento, el llanto y el rechinar de dientes". También mencionó la existencia el infierno, concretamente una vez que quedó admirado de la fe de los gentiles y les dijo (Mateo 8,11-12): "Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar los dientes". Solo el que supere la prueba de amor para la que aquí, en este mundo que no es nuestra casa definitiva, hemos venido y estamos aquí convocados para demostrar nuestro amor al Señor. Mientras nos mantengamos unidos al Señor amándole a él al menos un poco de lo mucho que Él nos ama estaremos cada vez más fuertes para rechazar las actuaciones demoniacas. JMRS |
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