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El conflicto palestino-israelí por el agua
Por Kersten Knipp | DW En la Franja de Gaza se avecina una catástrofe humanitaria: sus habitantes carecen de alimentos y agua potable. La situación de emergencia agrava los problemas fundamentales de una región que ya sufre escasez de agua. Los expertos dan la voz de alarma: la hambruna se cierne sobre la Franja de Gaza. Si nada cambia, se producirá en el norte de la franja costera como muy tarde, en mayo, según el nuevo informe de la llamada iniciativa IPC para el análisis de las crisis alimentarias. La mitad de las personas que viven allí ya se encuentran en una situación desesperada. El grupo de expertos, formado por varias organizaciones de la ONUy grupos de ayuda, se basa en la llamada Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), en la que se basa la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según la clasificación oficial , una hambruna significa que al menos el 20 por ciento de la población se ve afectada por una carencia extrema de alimentos. El informe señala que la situación actual conducirá probablemente a una escasez excesiva de alimentos en el futuro. El acceso a la atención médica, al agua y a las instalaciones sanitarias también será limitado. La población de la Franja de Gaza sufre una grave escasez de agua desde hace varios meses. "El acceso a suficiente agua potable es una cuestión de vida o muerte", declaró ya en diciembre la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, en relación con la Franja de Gaza. "Los niños de Gaza apenas tienen una gota para beber", continuó en la plataforma X. "Sin agua limpia, morirán muchos más niños". Aguas subterráneas saladas y contaminadas La guerra entre Israel y Hamás está agravando dramáticamente una situación que existe desde hace mucho tiempo. La crisis del agua se debe principalmente a la situación geográfica de la franja costera. La mayor parte del agua necesaria procede de un depósito natural de aguas subterráneas que, sin embargo, tiene mayor contenido en sal debido a su proximidad al mar. También está contaminada por aguas residuales sin tratar. Los daños causados a la infraestructura hídrica por conflictos anteriores entre Israel y el grupo islamista Hamástambién contribuyen a la contaminación adicional del agua. Ya en 2011, las Naciones Unidas determinaron que más del 90 por ciento de las aguas subterráneas no son potables sin tratamiento adicional. Esto hace que la Franja de Gaza dependa aún más del agua potable procedente de Israel. En respuesta alataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, Israel cortó en gran medida este suministro hasta finales de mes. Desde que se reabrieron las tuberías, más de 28 millones de litros de agua potable llegan diariamente a la Franja de Gaza desde Israel, según informa el diario Times of Israel. Antes del 7 de octubre, sin embargo, la cifra era de 49 millones de litros. Como el suministro de electricidad y combustible también se ha paralizado en gran medida, el tratamiento del agua producida en la propia Gaza también se está deteriorando: el corte de electricidad también ha restringido el trabajo de las plantas desalinizadoras. Problemas conocidos desde hace tiempo En opinión de Tobias von Lossow, experto en política hídrica en Oriente Medio en el centro de pensamiento Clingendael Institute de La Haya, esto está agravando los problemas de agua en la Franja de Gaza, conocidos desde hace años, pero que no se han abordado adecuadamente. Desde hace décadas, está claro que es urgente mejorar el suministro de agua en la Franja de Gaza. Entre otras cosas, esto requeriría mayores plantas desalinizadoras de agua. "Sin embargo, estas aún no se han construido, a pesar de que, prácticamente, no existen otras opciones para abastecer a la población de agua potable limpia, aparte del tratamiento del agua y el suministro desde Israel". Situación en Cisjordania La situación en Cisjordania es algo menos tensa que en la Franja de Gaza, aunque también sufre escasez de agua. Según un informe de la organización estadounidense GlobalWaters.org, que se ocupa de garantizar el abastecimiento mundial de agua, allí se pierde agua con frecuencia debido a fallos en las infraestructuras y a tuberías anticuadas y dañadas. Sólo algo menos de un tercio (31 por ciento) de los palestinos de Cisjordania están conectados a una red de alcantarillado. Y sólo reciben tratamiento entre el 5 por ciento y el 10 por ciento de las aguas residuales palestinas. Según GlobalWaters, esto agota aún más las aguas subterráneas disponibles. El proceso de paz de Oslo también reguló el suministro de agua La cooperación entre Israel y la Autoridad Palestina en materia de abastecimiento de agua se reguló bilateralmente en el marco del proceso de paz de Oslo. El Comité Conjunto del Agua (CCA), formado a partes iguales por expertos de la Autoridad Palestina e Israel, es responsable de su aplicación. Sin embargo, las dos partes no se reparten el agua a partes iguales. Israel controla el 80 por ciento de los recursos hídricos, como se acordó en los Acuerdos de Oslo, aunque sólo como solución provisional. Los palestinos que viven en las llamadas zonas C, es decir, las que están bajo control israelí tanto en términos de derecho civil como de seguridad, se encuentran en una situación difícil. No están conectados ni a la red israelí ni a la palestina. En 2014, esto se aplicaba a 90,000 palestinos. Según un informe de 2016 de la embajada israelí, Israel suministra a los palestinos más del doble de agua de lo estipulado en el acuerdo: 64 millones de metros cúbicos al año en lugar de los 31 millones acordados. "Sólo uno de los diversos factores del conflicto" Sin embargo, la disponibilidad de agua en Cisjordania ha disminuido considerablemente en los últimos años. "El descenso del nivel del agua en el Mar Muerto en promedio un metro al año muestra cómo ha aumentado la presión sobre los recursos hídricos", afirma Tobias von Lossow. "La situación política también está dificultando la mejora del suministro de agua aquí". Además, los israelíes -incluidos los colonos israelíes de Cisjordania- consumen unas tres veces más agua que los palestinos. Así lo señalan organizaciones israelíes de derechos humanos como B'Tselem. Según von Lossow, la disputa por el agua también desempeña un papel en el conflicto general palestino-israelí. "Sin embargo, es sólo uno de los varios grandes componentes que caracterizan este conflicto, como las cuestiones territoriales, las cuestiones de identidad, las cuestiones religiosas o las cuestiones militares". aranza |
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