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Melania Trump comparte el enojo de su esposo con el caso de Stormy Daniels
Katie Rogers / NYT La ex primera dama se ha referido durante mucho tiempo al caso como un problema de su esposo, no suyo. Pero ella ha calificado en privado el juicio como una “vergüenza” que podría amenazar su campaña. En enero de 2018, cuando vio por primera vez los reportes de que su esposo había pagado a una actriz porno, Melania Trump se puso furiosa. Ella se fue en avión a Palm Beach, dejando al presidente languidecer en Washington. Finalmente regresó, solo para ir en otro coche al primer discurso de Donald Trump sobre el Estado de la Unión. El lunes se inició un juicio penal contra Trump, acusado de haber falsificado documentos para encubrir el escándalo sexual que involucra a Stormy Daniels, pero la ex primera dama no compareció. Ella se ha referido durante mucho tiempo en privado al caso que involucra a Daniels como “problema de él” y no de ella. Pero la ex primera dama, comparte la opinión de Trump de que el juicio en sí es injusto, según varias personas familiarizadas con su punto de vista. En privado, ha calificado el proceso de “vergüenza” equivalente a una interferencia electoral, según una persona con conocimiento directo de sus comentarios que no podía hablar públicamente por temor a poner en peligro una relación personal con los Trump. Puede que apoye a su esposo, pero está forzada a ver titulares que implican a Trump y a Daniels y que podrían reabrir viejas heridas. El lunes, el juez Juan Merchan, que preside el caso, también dijo que Melania Trump podría estar entre los posibles testigos cuando el juicio se ponga en marcha. Todo esto podría poner a Trump en una situación delicada con su esposa, quien lo ha defendido en algunos momentos críticos —incluyendo cuando se jactó en una grabación de agarrar a las mujeres por sus genitales— y le ha negado su apoyo público en otros, como cuando no apareció junto a él mientras conseguía victorias en el Supermartes. “Al final del día, ella puede hacer o deshacer su candidatura”, dijo Stephanie Grisham, ex secretaria de prensa de Trump, quien renunció el 6 de enero de 2021 y pasó a escribir un libro de memorias. “Y al final del día, ella probablemente podría hacerlo o deshacerlo a él también”. Algunos de los detalles más personalmente perjudiciales del comportamiento de Trump pueden no salir a la luz en los tribunales. El lunes, Merchan vetó algunos testimonios relacionados con el momento de una supuesta aventura entre Trump y una exmodelo de Playboy, Karen McDougal. El National Enquirer, que tiene vínculos de larga data con Trump, compró los derechos de la historia de McDougal por 150,000 dólares y luego nunca la publicó, una práctica conocida como “atrapar y matar”. Los miembros del jurado pueden oír hablar de la relación entre Trump y McDougal, dictaminó el juez Merchan, pero no de que la aventura continuó mientras Melania Trump estaba embarazada de su hijo, Barron. (Si el proceso judicial saca a relucir a Barron, cuya privacidad su madre protege ferozmente, dijo Grisham, es probable que Trump “no esté contenta” con su esposo “otra vez”). No obstante, es casi seguro que en el juicio se examinará una cronología que la ex primera dama preferiría no volver a examinar. Trump y Daniels se conocieron en 2006 en un torneo de golf de celebridades, cuando los Trump llevaban un año casados y Trump acababa de dar a luz a Barron. Trump ha negado haber mantenido relaciones sexuales con Daniels. Pero los fiscales dicen que cuando Daniels trató de vender su historia una década más tarde, Trump ordenó a Michael Cohen, entonces su abogado y persona de confianza, pagar a Daniels 130,000 dólares para guardar silencio. Los informes de un pago sorprendió a la ex primera dama, que respondió a los informes iniciales saliendo de la ciudad. Canceló un viaje a Davos, Suiza, con Trump, hizo una visita improvisada al Museo Conmemorativo del Holocausto, y luego se fue a Mar-a-Lago, la fortaleza junto a la playa de los Trump en Palm Beach, Florida, donde pasó parte de su viaje relajándose en el spa. Finalmente reapareció, solo para ir en otro automóvil al discurso sobre el Estado de la Unión de Trump y aparecer del brazo de un ayudante militar masculino. Según los aliados de los Trump, la ex primera dama ya ha sumado el juicio a todos los demás problemas legales a los que se enfrenta su esposo, y se muestra más firme que antes. El mes pasado, apareció junto a Trump para dar la bienvenida a Viktor Orban, el primer ministro de Hungría, durante una visita a Mar-a-Lago. Semanas después, votó junto a Trump en Florida, donde respondió a una pregunta sobre si haría campaña más a menudo con un críptico “permanezcan atentos”. Sus partidarios han elogiado su aparición programada en un acto de recaudación de fondos para Log Cabin Republicans, un grupo de conservadores LGBT, como prueba de que está dispuesta a participar más en la campaña electoral. El acto, previsto para el sábado, atraerá a asistentes que han pagado al menos 10,000 dólares para tener la oportunidad de interactuar con Melania Trump, según una persona familiarizada con la planificación que no estaba autorizada a dar detalles. El acto se organizará como un cóctel, y se espera que Trump haga comentarios sobre su etapa como primera dama y reitere su apoyo a su esposo. Pero hay un inconveniente: el acto no se celebrará en un estado disputado ni en un lugar tradicional de campaña. Se celebrará en una sala de recepciones de Mar-a-Lago, a pocos pasos de la suite de Trump. Los Log Cabin Republicans ya han sido una fuente de ingresos para Trump. Según una declaración financiera del año pasado, Trump recibió un pago de 250,000 dólares del grupo en diciembre de 2022. Charles Moran, un representante del grupo, dijo en un correo electrónico que MelaniaTrump no les estaba cobrando honorarios por su aparición. Una portavoz de la ex primera dama no respondió a una solicitud de comentarios para este artículo, ni tampoco lo hizo un representante de la campaña de Trump. Los aliados de Melania Trump dicen que es probable que aparezca de nuevo a medida que continúe la campaña —una señal, dicen, de que se da cuenta de que hay una posibilidad real de convertirse en primera dama de nuevo—, pero que es probable que sea selectiva con su tiempo. Por ahora, está centrada en la graduación de Barron de la secundaria esta primavera y en prepararlo para la universidad. Trump se quejó repetidamente en las redes sociales el lunes de que podría perderse la graduación de su hijo debido al juicio. Barron asiste a una escuela privada cerca de Mar-a-Lago y se espera que se gradúe en mayo. Los aliados de Melania Trump dicen que otros asuntos personales podrían mantenerla alejada de la campaña electoral. Se dice que todavía está de luto por la muerte de su madre, Amalija Knavs, que falleció en enero y era una de las pocas personas en el mundo de la ex primera dama que gozaba de su absoluta confianza. Su hermana, Ines Knauss, es otra confidente, pero Knauss vive en Nueva York. Otra persona de confianza es Kellyanne Conway, quien se desempeñó como consejera del expresidente en la Casa Blanca; Melania Trump está presionando para que Conway regrese a la órbita de su esposo de manera formal, un suceso reportado por primera vez por el sitio de noticias Puck. Conway, quien fue confidente tanto de Trump como de su esposa cuando estaban en la Casa Blanca, ha dicho que Trump se preocupa profundamente por la opinión de su esposa y, en algunos casos, incluso podría temerla. “Nos escucha a muchos de nosotros”, dijo a un comité del Congreso en 2022, “pero reserva el miedo para una persona, Melania Trump”. aranza |
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