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La vida humana, es una milicia
Por | Juan del Carmelo La vida humana, es una milicia, tanto para nuestro cuerpo como para nuestra alma. Hemos venido a este mundo, como lo que somos un ser mixto compuesto de cuerpo y alma, aunque muchos se olvidan que tienen alma y solo piensan en que tienen cuerpo y que hay que cuidarlo y alimentarlo. La realidad es que tanto nuestro cuerpo como nuestra alma necesitan ser alimentados y cuidados para que no enfermen y si enferman, Dios ha dispuesto que existan medios para cuidar nuestras enfermedades tanto materiales como espirituales. Y para combatir en la milicia que nos espera cuando nacemos, hemos de prepararnos sobren todo para la lucha de nuestra alma, con su principal enemigo que es el demonio o los demonios. Y digo demonios porque en un número incalculable para nosotros, quieren robar nuestra alma, y sus o constancia en la realización de sus deseos aunque lo ignoremos es incalculable. Tenemos que partir de la idea de que nuestro cuerpo, al final siempre perderá la batalla por su supervivencia y al final morirá, pero le cabe la posibilidad de resucitar unido a su alma, si esta se salva, Si por el contrario, el alma pierde la batalla y es atrapada por los demonios, pierde la victoria final y se codena, eternamente. Tanto el cuerpo como el alma, en este mundo, estarán siempre acosados, por un enemigo, mucho más inteligente que el ser humano, llamado demonio, que antes fueron ángeles, que en su día, se rebelaron contra nuestro Creador, por soberbia al grito de "non serviam" no serviremos. Generalmente en los evangelios siempre se habla del demonio no de los demonios. Los ángeles eran y son muchos y solo una parte del total fue la que siguió satanás. Antes de saber cuál fue el número de ángeles que se rebelaron, nos conviene saber cuál era y es el número de ángeles totales. Desde luego, que el número exacto no lo sabemos ni creo que nadie en este mundo los sepa. Porque no hay elementos suficientes ni en los textos revelados ni en los apócrifos, para hacer un cálculo correcto. En los salmos hay una alusión a este tema que nos dice: "18 Los carros de guerra de Dios son dos miríadas de escuadrones relucientes;". (Sal 68,18). Miríada es un término griego clásico que indica una cuantía de 100 por 100, o sea 10,000, pero simbológicamente nos viene a indicar una cifra incalculable por su tremenda cuantía. Son varias las referencias que se encuentran en la Biblia acerca de este tema, así por ejemplo tenemos, lo que se nos dice en la carta a los hebreos: "22 Ustedes, en cambio, se han acercado a la montaña de Sion, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne". (Heb 12,22) En el libro de Daniel se puede leer: "10 Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros". (Dan 7,10). El libro del Apocalipsis, es para la demonología, la mayor fuente de información que existe de verdades reveladas de que se dispone acerca de este tema. Y en relación al número de ángeles que alababan al cordero degollado, se dice: "11 Y después oí la voz de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Su número se contaba por millones de millones". (Ap 5,11). En todas estas referencias acerca del número de ángeles, siempre nos hablan de multitudes, de cuantías enormes o millones de millones, pero nunca concretando una cifra. No obstante hay un pasaje evangélico en el que claramente se habla de muchos demonios, pero se puede calcular la cifra, es el pasaje de los dos endemoniados en Gerasa. La conversación del Señor fue la siguiente: "8 Pues Él le decía: Sal, espíritu inmundo, de ese hombre.., le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? Él dijo: Legión es mi nombre, porque somos muchos. Y le suplicaba insistentemente que no le echase fuera de aquella región." (Mc 5,8-10). Una legión romana a lo sumo tenía unos 6,000 soldados, pero este dato solo nos dice que un endemoniado podía serlo con 6,000 demonios a su cuesta, pero no nos dice nada más que una indicación de que los demonios en una totalidad parcial. También, tenemos lo que dice el Señor en el pasaje evangélico de su prendición en el Huerto de Getsemaní, cuando reprime los ímpetus de San Pedro que había echado mano a la espada. "53 ¿O piensas que no puedo recurrir a mi Padre? El pondría inmediatamente a mi disposición más de doce legiones de ángeles". (Mt 26,53). En este caso, de acuerdo con lo antes dicho, sobre el número de soldados de las legiones romanas, estaríamos hablando de más de 72,000 ángeles. Con todas estas elucubraciones, estamos tratando de alcanzar un imposible, porque nos olvidamos que los ángeles son criaturas de Dios y Dios es un Ser ilimitado absolutamente en todo, por lo que tratar de cuantificar lo que sale de sus manos es imposible. Los seres humanos, que habitamos este planeta, somos ahora 7,000 MM de habitantes , cuando en el año 1,800 era solo de 1,000 MM de habitantes es decir, la población del mundo ha pasado de los casi 1000 millones en el año 1800 a siete veces más en solo 200 años. Solo Dios dispone conoce y domina absolutamente todo, el no necesita cuantificar y es imposible que a Él alguien pueda cuantificar los resultados de sus actos y disposiciones. Por ello conformémonos en pensar que lo más probable sea que el número de ángeles, sea similar al número de seres humanos creados por Dios desde el principio del mundo, partiendo de Adán y Eva, y entonces estaríamos hablando de decenas de miles de millones. Y la tercera parte de decenas de miles de millones de ángeles en el cielo, fueron los que simbolizados en estrellas cayeron sobre la tierra. "3Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema.4 Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra.". (Ap 12,3-4) Conformémonos pues, con una astronómica cifra de demonios, todos seres espiritualmente puros de una inteligencia muy superior a la nuestra y que están dispuestos a realizar, todo lo que sea necesario para que les acompañemos en su destino. Frente a ellos, nosotros disponemos de una fuerza mucho mayor y es el inconmensurable amor, que el Señor tiene por todos nosotros y en especial por cada uno de nosotros incluso aunque le demos la espalda, mientras estemos en este mundo. Porque estando en este mundo estamos dentro de su ámbito de amor, del cual solo se sale cuando salimos de este mundo sin aceptar el amor que Dios nos ha estado ofreciendo constantemente, durante nuestra vida terrenal. Nadie se condena si no quiere condenarse. El que se condena es porque él lo desea, porque en cualquier minuto de su vida, siempre tendrá la ocasión de pedirle perdón a Dios, por sus ofensas a Él y la misericordia divina lo rescatará. Luchemos pues durante el transcurso de nuestras vidas, contra el enemigo que está perfectamente jerarquizado y cuya cifra es incalculable, porque nuestra vida en este mundo es una milicia. El que se santifica verá el Rostro de Dios pero el réprobo, jamás lo vera y así se marchará al infierno, donde los demonios tienen una mente muy superior a la humana, y ya no dispondrán de un ángel de la guarda ni de ninguna otra clase de defensa, pues han renunciado a ella, al renunciar irrevocablemente al amor que el Señor les ofreció, voluntariamente abandonaron el ámbito de amor divino. aranza |
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