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Aumenta la violencia en las escuelas de Alemania
Por Oliver Pieper | DW Escuelas destruidas, violencia creciente entre los alumnos y cada vez más profesores al borde del colapso. ¿Qué tan enfermo se encuentra el sistema educativo de Alemania? En los últimos meses, varios estudios han demostrado que el sistema educativo alemán necesita urgentemente "clases particulares". Primero apareció el estudio PISA de diciembre, en el que los alumnos alemanes obtuvieron los peores resultados jamás registrados en matemáticas y lectura. En el Estudio Juventud 2024, los jóvenes criticaron la falta de digitalización en las escuelas y de preparación para el mundo laboral. Además, en el llamado Barómetro Escolar, un 47% de los profesores declaró haber visto violencia psicológica o física entre los alumnos. "Vemos en los resultados la foto instantánea de un sistema enfermo", explica a DW Dagmar Wolf, exprofesora y directora del departamento de educación de la fundación Robert Bosch, que encuestó en línea a más de 1,600 profesores. "Hablamos de acoso escolar y de vandalismo, pero también de altercados físicos, algunos de los cuales, por supuesto, van más allá del patio del colegio. Incluso, hemos recibido informes de situaciones en las que estaban implicados los padres. Es más bien una excepción, pero no es que no ocurra", agrega. Violencia incluso en las escuelas primarias Según Wolf, las crisis geopolíticas también influyen: los directores de escuela informan de que ha habido más violencia entre los alumnos debido a la guerra en Gaza. Esto no solo pasa en escuelas secundarias. En primaria, es decir, entre los alumnos de seis a diez años, se dan los primeros casos de acoso y peleas. La exprofesora cree que, en materia de educación, Alemania es un país dividido en dos. Por un lado, están las más de 3,000 escuelas "Gymnasium", con condiciones y retos completamente distintos a los de las escuelas a las que asisten principalmente estudiantes de origen inmigrante y que provienen de entornos desfavorecidos. Y, por otro lado, está la gran tarea de acoger a los refugiados. "En los dos últimos años, hemos integrado en el sistema educativo a más de 200,000 niños procedentes de Ucrania. Y también varios otros de países con grandes dificultades económicas o en los que impera la guerra civil o situaciones similares. Y eso, naturalmente, hace que la situación en la escuela primaria sea mucho más difícil que hace diez años", añade Wolf, de la fundación Robert Bosch. La pandemia y el uso de los smartphones Torsten Müller (nombre cambiado), es un trabajador social que escucha a diario las necesidades, preocupaciones y problemas de los alumnos de una escuela alemana. Él tiene una explicación para el aumento del estrés, el agotamiento, la inseguridad propia y la falta de motivación entre los estudiantes. "El uso del teléfono móvil es un factor decisivo, ya que ha cambiado la forma de comunicación. Los jóvenes hablan más sobre los demás que directamente entre ellos, y surgen malentendidos que no teníamos cara a cara. Y luego, todavía estamos lidiando con las secuelas de la pandemia, con una pérdida de seguridad y un aumento significativo de las enfermedades psiquiátricas", plantea. Se necesita más personal enfocado en la psicología Müller propone una solución para encarrilar la educación alemana: cursos con menos alumnos pero con el mismo número de profesores, un buen sistema de apoyo y la expansión del trabajo social y la psicología escolar. Stefan Düll, presidente de la Asociación Alemana de Profesores, señala a DW que la lista es mucho más larga: "Necesitamos mucha gente que pueda enseñar alemán como segunda lengua, como lengua extranjera. Necesitamos personal de apoyo en las áreas de psicología escolar, asistencia escolar y trabajo con jóvenes. Pero ya no podemos encontrar gente tan fácilmente porque las tendencias demográficas van en contra de la demanda". La frustración de los profesores también crece. Según la encuesta del Barómetro Escolar, uno de cada tres profesores se sienten emocionalmente agotados por períodos de varios días. Un 27% dejaría la profesión, aunque la gran mayoría dijo estar satisfecha. El mayor reto: el comportamiento de los alumnos. Si la violencia sobrepasa los límites, "entramos en el terreno del derecho penal, con una denuncia a la policía, para que actúe como elemento disuasorio", afirma el director de un "Gymnasium" de Baviera. Y agrega: "Esto también se aplica a los casos de acoso escolar. Muchos directores también denuncian a la policía los casos de ciberacoso". aranza |
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