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Jesucristo, un desconocido


2024-05-21

Por | P. Hugo Estrada  S.D.B.

Lo triste es que Cristo sigue siendo para muchos un desconocido. El apóstol Felipe en cierta oportunidad, le dijo: "Señor muéstranos al Padre". Y el Señor con un marcado dejo de desilusión le respondió: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes y aún no me conocen".

Es cierto que en la actualidad se habla hasta la saciedad de Cristo. Se ha convertido, por así decirlo, en una moda. Lo que sí se observa es que se habla de un Cristo muy superficial. Hasta se le ha comercializado. Los productores de cine, los comerciantes ya cayeron en la cuenta de que Cristo es una "buena mercancía". Las películas sobre Cristo están a la orden del día: "Jesucristo Superestrella", "Godspell", "El Hermano Juan", "El Camino del Evangelio". Los "posters" de Cristo y las leyendas con su nombre se venden como pan recién salido del horno. No cabe duda de que la figura de Cristo ha despertado curiosidad. Ante un mundo hecho de intereses materialistas, egoísmos y violencias... se ha necesitado el oxígeno puro que emana del Evangelio. Lo malo que ese Cristo, que esta de moda, es un Cristo muy "Super-estrella", muy hombre y poco Dios. Un Cristo de este estilo no puede saciar nuestras ansias de verdad, no puede presentarse como el Camino, la Verdad y la Vida.

Los caminantes de Emaús, hubo un momento, en que solo se quedaron con el Cristo hombre --un maestro maravilloso-; pero ese Cristo no logro salvarlos de su frustración. Hasta que encontraron al Cristo -Dios-- resucitado, entonces el jubilo fue un torrente impetuoso que desbordo de su corazón y tuvieron que regresar a contarles a sus amigos su felicidad.

Solo el Cristo Dios, es el único que nos puede decir cuál es el verdadero camino que nos Ileve a la Verdad, que nos haga libres. Solo El es quien logra pulverizar el fantasma de la muerte, que a través de los siglos ha hecho temblar a la humanidad. Los científicos, en la Edad Media, pensaron acabar con ese "espanto" y buscaron el famoso elixir de la vida"; no lo encontraron. Los griegos hablaron de un fruto famoso que daba la perpetua juventud, pero ese privilegio era de los dioses y los héroes. Solo Cristo pulveriza el fantasma de la muerte para siempre. "El que crea en Mi aunque haya muerto vivirá" (Jn. 11,25).



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