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Peregrinos musulmanes acuden al monte Arafat para una jornada de oración en el apogeo del haj


2024-06-15

SAMY MAGDY

MONTE ARAFAT, Arabia Saudí (AP) — Siguiendo los pasos de los profetas bajo un sol abrasador, musulmanes de todo el mundo se reunieron el sábado en una colina sagrada en Arabia Saudí para una intensa jornada de culto y reflexión.

El ritual del monte Arafat, conocido como la montaña de la misericordia, está considerado el punto álgido de la peregrinación del haj. Suele ser el momento más memorable para unos peregrinos que, de pie, hombro con hombro, piden a Dios misericordia, bendiciones, prosperidad y buena salud, La colina está a unos 20 kilómetros (12 millas) al sureste de La Meca.

Miles de peregrinos caminaron hacia el monte en la oscurdad previa al amanecer. En las laderas de la rocosa colina y en sus inmediaciones, muchos alzaron las manos en señal de alabanza mientras les caían las lágrimas por el rostro.

“Sin duda esto es algo grandioso. Es el mejor día del año para los musulmanes y la mejor sensación que nadie puede experimentar”, aseguró Hussein Mohammed, un peregrino egipcio, sobre la ladera al amanecer. “Este es el mejor lugar para quienquiera que espere estar (aquí) en este día y en este momento”.

Según la tradición, se cree que el profeta Mahoma pronunció su último discurso, conocido como el Sermón de Despedida, en el monte sagrado hace 1.435 años. En su sermón, el profeta hizo un llamado a la igualdad y la unidad entre los musulmanes.

Ali Osman, llegado desde España, se mostró abrumado al descender de la montaña de la misericordia. Según contó, sintió que había adquirido fuerza física y espiritual en el lugar sagrado.

“El sitio, gracias a Dios, (da) muy buena energía”, dijo. “Vine aquí, gracias a Dios. Es mi primera vez. Espero regresar en el futuro”.

El haj es una de las mayores concentraciones religiosas del planeta. Los rituales comenzaron oficialmente el viernes, cuando los participantes fueron de la Gran Mezquita de La Meca a Mina, una llanura desértica a las afueras de la ciudad.

Las autoridades saudíes esperan que este año se superen los dos millones de peregrinos, acercándose a los niveles previos a la pandemia del coronavirus.

El peregrinaje es uno de los cinco pilares del islam y todos los musulmanes están obligados a cumplir con el ritual de cinco días al menos una vez en la vida si su salud y su situación económica se lo permiten.

Los rituales conmemoran en gran medida los relatos del Corán sobre del profeta Ibrahim; su hijo, el profeta Ismail, y la madre de éste, Hajar — o Abraham, Ismael y Hagar en la Biblia.

El haj de este año tiene como telón de fondo la guerra entre Israel y Hamás, que asola la Franja de Gaza y ha dejado a todo Oriente Medio al borde de un conflicto regional entre Israel y sus aliados de un lado, e Irán y los grupos insurgentes que respalda, del otro.

Los palestinos del enclave costero de Gaza no han podido viajar a La Meca para participar en la peregrinación debido al cierre del cruce de Rafah en mayo, cuando Israel amplió su ofensiva terrestre a la ciudad meridional, en la frontera con Egipto.

Para evitar posibles protestas o cánticos sobre la guerra durante el haj, las autoridades saudíes dijeron que no se tolerará la politización del ritual. El coronel Talal Al-Shalhoub, vocero del Ministerio del Interior, dijo a reporteros el viernes en la noche que el gobierno de Riad “no permitirá ningún intento de convertir los lugares sagrados (de La Meca) en escenarios de cánticos” multitudinarios.

La época del año en la que se celebra el haj suele variar, ya que ocurre durante cinco días en la segunda semana de Dhu al-Hijjah, el último mes del calendario lunar islámico.

Casi todos los rituales de la peregrinación se celebran al aire libre en zonas con poca o ninguna sombra. Cuando se celebra en verano, las temperaturas pueden superar los 40 grados centígrados (104º Fahrenheit). El Ministerio de Salud advirtió que los termómetros en los lugares sagrados podrían alcanzar los 48º C (118º F) e instó a los participantes a utilizar sombrillas para protegerse del sol y a beber más agua para mantenerse hidratados.

La mayoría de los peregrinos en el Monte Arafat llevaban parasoles, mientras que otros se sentaban a la sombra que ofrecían algunos árboles y edificios en el lugar. Y, como en Mina y en la Gran Mezquita, se habilitaron puestos para refrescarse en las carreteras de acceso al monte y en las zonas próximas, donde se rociaba a los devotos con agua para ayudarles a combatir el calor, que ya había alcanzado los 47º C (116,6º F), de acuerdo con el Centro Nacional de Meteorología saudí.

Tras el culto del sábado en Arafat, los peregrinos se desplazarán unos kilómetros (millas) hasta un lugar conocido como Muzdalifa para recopilar los guijarros que utilizarán en la lapidación simbólica de unos pilares que representan al diablo de vuelta en Mina. Muchos llegan allí a pie y otros realizan el trayecto en autobús.

Entonces pasarán tres días en la ciudad, coincidiendo con la festividad del Eid al-Adha, cuando musulmanes de todo el mundo con recursos económicos sacrifican ganado y distribuyen su carne entre los pobres. Después regresarán a La Meca para una última circunvalación, conocida como Tawaf de despedida.

Una vez completado el haj, los hombres deben afeitarse la cabeza y las mujeres se cortan un mechón de pelo en señal de renovación. La mayoría de los peregrinos se dirigen entonces a Medina, a unos 340 kms (210 millas) de distancia, para rezar en la tumba del profeta Mahoma, la Cámara Profética Sagrada. El sepulcro forma parte de la mezquita dedicada al profeta, que es uno de los tres lugares más sagrados del islam junto a la Gran Mezquita de La Meca y la de Al Aqsa en Jerusalén.



JMRS


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