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Nuevo premier británico afirma que polémico plan de deportación a Ruanda está “muerto y enterrado”


2024-07-08

 

LONDRES (AP) — El primer ministro británico Keir Starmer indicó el sábado que eliminará una polémica política de su predecesor para deportar a Ruanda a las personas que buscan asilo, al tiempo que prometió poner en marcha un cambio, aunque advirtió que tomará tiempo.

“El plan de Ruanda estaba muerto y enterrado antes de comenzar”, dijo Starmer en su primera conferencia de prensa desde que el Partido Laborista arrebató el poder a los conservadores después de 14 años. “Nunca ha servido como medida disuasiva. Casi al contrario”.

Starmer dijo a los periodistas en una sala con paneles de madera en el número 10 de Downing Street que estaba “inquieto por el cambio”, pero no se comprometió a decir cuándo los británicos sentirán mejoras en sus niveles de vida o en servicios públicos.

La sesión de 30 minutos de preguntas y respuestas se produjo luego de su primera reunión con el Gabinete, mientras el nuevo gobierno asume el enorme reto de resolver una gran cantidad de problemas locales y ganarse la confianza de una población harta de años de austeridad, caos político y una apaleada economía.

“Tenemos una enorme cantidad de trabajo por hacer, así que ahora pondremos manos a la obra”, les dijo Starmer.

El gabinete de Starmer cuenta con un número récord de mujeres: 11 de 25 ministros. Casi todos los miembros asistieron a escuelas públicas, otro récord que supone una marcada diferencia con los ministros conservadores que históricamente llegan con pedigrí de escuelas privadas.

“Estoy orgulloso del hecho de que tenemos personas alrededor de la mesa del Gabinete que no tuvieron los comienzos más fáciles en la vida”, sostuvo Starmer.

Entre una serie de problemas que deben abordar se encuentran impulsar una economía lenta, arreglar un sistema de atención médica en problemas y restaurar la confianza en el gobierno.

“El hecho de que los laboristas ganaran de manera aplastante no significa que todos los problemas que ha enfrentado el gobierno conservador hayan desaparecido”, dijo Tim Bale, profesor de Política en la Universidad Queen Mary de Londres.

Starmer, en sus primeros comentarios como primer ministro el viernes, destacó varios de los temas importantes, como arreglar el venerado pero obstaculizado Servicio Nacional de Salud y asegurar las fronteras del Reino Unido, en referencia a un problema global más amplio de absorber una afluencia de inmigrantes que huyen de la guerra, la pobreza, sequías, olas de calor e inundaciones atribuidas al cambio climático.

Los conservadores batallaron para detener el flujo de inmigrantes que llegan a través del Canal de la Mancha, sin cumplir la promesa del ex primer ministro Rishi Sunak de “detener los botes”.

El polémico plan de Ruanda fue presentado como una solución que disuadiría a los migrantes de arriesgar sus vidas en un viaje que podría terminar con su deportación a África Oriental. Hasta ahora, le ha costado al gobierno cientos de millones de dólares y nunca ha tomado vuelo.

Starmer lo denunció como un “truco”, aunque no está claro qué hará diferente, dado que un número récord de personas desembarcó en los primeros seis meses del año.

“Los laboristas van a necesitar encontrar una solución para los pequeños botes que cruzan el canal”, enfatizó Bale. “Va a abandonar el plan de Ruanda, pero tendrá que encontrar otras soluciones para abordar ese problema en particular”.

Suella Braverman, una conservadora de línea dura en materia de inmigración y que es una posible contendiente para reemplazar a Sunak como dirigente del partido, criticó el plan de Starmer para poner fin al pacto con Ruanda.

“Años de arduo trabajo, leyes del Parlamento, millones de libras gastadas en un plan que, si se hubiera implementado correctamente, habría funcionado”, dijo el sábado. “Hay grandes problemas en el horizonte que, me temo, serán causados por Keir Starmer”.

Starmer tendrá una agenda ocupada tras una campaña de seis semanas. El domingo saldrá a visitar cada una de las cuatro naciones del Reino Unido —Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Planea reunirse con alcaldes metropolitanos, independientemente del partido, y reiteró que no es un “político tribal”.

Luego viajará a Washington para una reunión de la OTAN el martes y será anfitrión de la cumbre de la Comunidad Política Europea el 18 de julio, el día después de la apertura estatal del Parlamento y del discurso del Rey, que establece la agenda del nuevo gobierno.

Starmer ha tenido conversaciones telefónicas con varios mandatarios mundiales, entre ellos el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro indio Narendra Modi, el canciller alemán Olaf Scholz, la dirigente de la Unión Europea Ursula von der Leyen y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.

El sábado envió al ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, a Alemania, Polonia y Suecia.

Por su parte, el secretario de Salud, Wes Streeting, dijo que iniciará nuevas negociaciones la próxima semana con los médicos del NHS que están al inicio de sus carreras y que han sostenido una serie de huelgas de varios días. La disputa salarial ha exacerbado la larga espera por nombramientos que se ha convertido en un sello distintivo de los problemas del NHS.

En un lenguaje más crudo que el que ha usado antes, Starmer repitió la descripción de Streeting del NHS como “roto”.

“Todos los que lo usan y trabajan en él saben que está roto”, dijo. “No vamos a operar bajo la pretensión o un lenguaje que no exprese el problema tal como es, pues de lo contrario no podremos solucionarlo tan rápido como necesitamos hacerlo”.



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