Formato de impresión


La campaña electoral en Venezuela llega a su fin: oficialismo y oposición miden fuerzas en Caracas


2024-07-25

FABIOLA SÁNCHEZ

CARACAS (AP) — Con movilizaciones y concentraciones de un extremo a otro de la capital venezolana, el oficialismo y la oposición salieron el jueves a medir sus fuerzas en el cierre de la campaña electoral para los comicios del domingo en los que el presidente Nicolás Maduro se juega la reelección por un tercer mandato.

La campaña estuvo dominada en las semanas previas por la polarización y la tensión ante los mensajes de Maduro de que una victoria del bloque opositor, liderado por María Corina Machado con la candidatura de Edmundo González, podría desatar un “baño de sangre” en el país.

Desde comienzo de la jornada, el oficialismo instaló en varios puntos de Caracas tarimas para recibir a los miles seguidores de Maduro y a empleados públicos, provenientes de diferentes partes del país, que viajaron a la capital para participar en el cierre de campaña.

El mayor despliegue se concentró en la céntrica avenida Bolívar, donde al ritmo de canciones de salsa, reguetón y temas musicales que se utilizaron en anteriores campañas, se fueron aglomerando miles de manifestantes vestidos con camisetas rojas y gorras con dibujos de gallos en alusión al “gallo pinto”, que es la imagen de campaña de Maduro.

A un lado de la céntrica avenida estaba Eggla García, una jubilada de 72 años, quien afirmó que decidió asistir a la concentración por “el amor por mi presidente Nicolás Maduro y sobre todo el recuerdo de nuestro comandante (Hugo) Chávez que fue el precursor de este gran movimiento”.

García dijo que espera que el recuerdo de Chávez, que gobernó Venezuela entre 1999 y 2003, “movilice a todos a votar” el 28 de julio, fecha en la que nació el fallecido mandatario.

Sentada sobre una escalera, aguardaba el inicio del acto oficialista Dimary Romero, una promotora social de 35 años, quien vestía una camiseta con la imagen del rostro de Chávez que tenía el escrito: “La esperanza está en la calle”.

“Aquí estamos para seguir con el legado de nuestro presidente eterno Hugo Chávez y el sentimiento que nos hace llevar esa patria que nosotros queremos seguir llevando”, dijo Romero quien confía que el domingo habrá “un triunfo completo para nuestro país”.

El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) convocó el jueves a la “toma de la Gran Caracas” con marchas y eventos en diferentes puntos dela ciudad.

La coalición opositora, que promete un cambio para Venezuela tras 25 años de gobiernos socialistas, llamó a sus seguidores a una concentración en una barriada de clase media del este de la capital, uno de sus principales bastiones.

La avenida principal de Las Mercedes, de más de un kilómetro de largo, sirvió de escenario para la concentración opositora donde desde media tarde se se congregaron varios miles de opositores a la espera de la llegada de Machado y González.

Entre la multitud estaba Belkis Bruzual, una ama de casa de 60 años, levantando un cartel en el que se leía “Catia presente. Somos los enemigos silenciosos del régimen. No se confíen, no todo es rojo”.

Con sus ojos llenos de lagrimas, Bruzual expresó que espera que a partir del 28 de julio se abra una “nueva esperanza para mi país” que permita que sus dos hijas, que migraron hace siete años huyendo de la crisis, puedan retornar con su familia.

“No espero nunca un mesías. Esperemos que los venezolanos resolvamos solos el problema en el que estamos metidos”, dijo la ama de casa al reconocer que el mayor reto que enfrenta la población es “vencer el miedo”. “Hay mucho miedo todavía. Son 25 años de chavismo”, agregó.

A pesar de no conocer otros gobiernos que no hayan surgido del PSUV en las últimas dos décadas, Jorge Rosales, un publicista de 24 años, indicó que sueña con que a partir de lunes “se abra un proceso de cambio... El chavismo no sirve, el chavismo es sinónimo de hambre, es sinónimo de pobreza”.

Rosales negó que los sectores opositores al gobierno se concentren entre las clases media y alta del país, y señaló que su comunidad popular de Sarria, en el norte de la capital, es el mejor ejemplo de ello. “En los barrios la mayor parte está con la oposición. Lo que pasa es que muchos se ven obligados por muchas cosas, por los bonos, las bolsas (de comida) a apoyar al gobierno”.

Más temprano, Machado dijo a la prensa que las elecciones del domingo van “a pasar a la historia” porque “ha sido el movimiento cívico más profundo que ha tenido Venezuela”.

“Vivimos el cierre de un ciclo y el nacimiento de una nueva era”, agregó.

Por su parte, el presidente Maduro envió un mensaje televisado desde uno de los salones del palacio gobierno y recordó al fallecido Chávez. El también candidato exhortó el jueves a los venezolanos a “decidir con mucha conciencia y desde el corazón por la Venezuela que soñamos”.

“Hoy estamos en las mejores condiciones para dar un salto cualitativo y cuantitativo hacia el porvenir”, recalcó Maduro al presentar al país su “programa de futuro, el plan de la 7T (7 Transformaciones)”, que aseguró que tiene como gran objetivo “preservar la paz y consolidar un nuevo modelo económico productivo para el bienestar”.

El aspirante opositor Edmundo González calificó la campaña como “heroica” y aseguró que fue posible gracias a “la unión de todas las fuerzas democráticas y el liderazgo de María Corina Machado”.

González, un exdiplomático de 74 años, fue elegido en marzo como abanderado de la oposición luego de que la Contraloría General inhabilitara por quince años para ocupar cargos públicos a Machado y eso le impidiera inscribirse como candidata.

En Venezuela la inhabilitación política es una pena accesoria que aplica cuando existe una sentencia judicial firme por un hecho punible cuando se determina que una persona incurrió en abuso de poder, entre otros casos previstos en las leyes locales. Pero esos preceptos legales no se cumplieron en el caso de Machado, una exlegisladora de 56 años, que no tiene condena en contra.

Horas antes del cierre de la campaña, Maduro llamó a sus seguidores a salir el domingo a votar masivamente para “hacer respetar a Venezuela con el poder del voto”.

En un mitin en la ciudad del centro occidental de Barquisimeto, el gobernante, de 61 años, afirmó en tono retador que el 28 de julio “vamos a coronar la madre de todas las victorias, la victoria definitiva contra la extrema derecha”.

Analistas y observadores han dicho que en estas elecciones la oposición venezolana tiene posibilidades reales de ganar.

En los 11 años de mandato de Maduro, Venezuela ha vivido la peor crisis económica y social de su historia reciente, que llevó a más de siete millones de venezolanos a migrar. El presidente prometió que a partir del 29 de julio se consolidará la recuperación y aseguró que el país ya “está renaciendo como el ave fénix”.

A cuatro días de las elecciones, la oposición superó el miércoles una de las trabas que enfrentó en el proceso y logró el registro de más de 90,000 testigos que estarán en la totalidad de las mesas de votación, informó González. La coalición opositora había denunciado que los sistemas del organismo electoral no estaban permitiendo el registro de sus representantes.

Durante la campaña, que se extendió por casi un mes y en la que predominó la propaganda del oficialismo en los medios locales y las redes sociales, Maduro procuró mostrarse como un gobernante fuerte y retador y recurrentemente envió el mensaje de que si la oposición retornaba al poder habría violencia en Venezuela.

Los mensajes del gobernante generaron preocupación en la comunidad internacional.

Entre los líderes mundiales que expresaron inquietud, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió a inicios de semana que estaba “asustado” por los recientes comentarios de Maduro sobre que podría darse un “baño de sangre” si pierde los comicios y no logra la reelección.

“Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida… Garanticemos la más grande victoria de la historia”, recordó Lula sobre las palabras de Maduro y añadió que le había manifestado a su par venezolano que la “única posibilidad de que Venezuela vuelva a la normalidad es que haya un proceso electoral ampliamente respetado”.

El gobernante venezolano le restó importancia a los comentarios de su par brasileño y sin mencionarlo dijo que “el que se asuste, que se tome una manzanilla”.

Desde Chile, el presidente Gabriel Boric también hizo alusión al mensaje de Maduro y el jueves dijo ante la prensa internacional que “no se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre, sino que lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos”.

“Y esos baños de votos representan la soberanía popular que debe ser respetada”, subrayó Boric.

En los comicios del domingo estarán como observadores delegados del Centro Carter, con sede en Atlanta, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y expertos de las Naciones Unidas que fueron invitados por las autoridades electorales.



JMRS


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com