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Oposición venezolana cuestiona la victoria electoral de Maduro


2024-07-29

 

(Bloomberg) -- Las tensiones políticas en Venezuela volvieron a intensificarse después de que el presidente Nicolás Maduro fuera declarado ganador de las elecciones del domingo y la oposición, rechazando esa proclamación, llamara a los militares a hacer cumplir lo que dijo era la voluntad del pueblo.

Después de una larga demora tras el cierre de las urnas, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela dijo que Maduro venció con un 51,2% de los votos, en comparación con el 44,2% de su rival, Edmundo González. Pero la líder de la oposición, María Corina Machado, a quien se le prohibió postularse, dijo que su coalición había obtenido acceso al 40% de los votos escrutados y que González había obtenido hasta el momento el 70% de los votos.

Machado dijo a la prensa después del anuncio que las Fuerzas Armadas de Venezuela tienen el deber de garantizar que se respete la soberanía popular expresada en el voto. González, que contó con una red de aproximadamente 30,000 testigos voluntarios en los centros de votación, instó a los partidarios a evitar las protestas y dijo que les asesoraría sobre los próximos pasos a seguir.

Cuando se anunciaron los resultados, la multitud oficialista que se había reunido frente a Miraflores, el palacio presidencial, estalló en aplausos. Se escucharon fuegos artificiales por toda la ciudad y gente golpeando cacerolas, una forma popular de protesta en América Latina.

Los bonos en dólares de Venezuela con vencimiento en 2026 cayeron 0,9 centavos a 20,7 centavos por dólar, lo que subraya la confianza ya baja de los inversionistas en la nación sudamericana.

La disputa deja a Venezuela, que ha enfrentado episodios de hiperinflación y ha visto su industria petrolera implosionar bajo el mandato de Maduro, en riesgo de más turbulencias. Las elecciones del domingo eran vistas como una de las mejores oportunidades de la oposición para derrocar a Maduro desde que sucedió al fallecido Hugo Chávez en 2013.

Un sondeo a pie de urna realizado por la empresa estadounidense Edison Research otorgaba a González una victoria de más de 30 puntos porcentuales.

La declaración de victoria de Maduro provocó que Estados Unidos y algunas otras naciones expresaran rápidamente dudas sobre el recuento oficial.

EU tiene “serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad ni los votos del pueblo venezolano”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken. El presidente chileno, Gabriel Boric, dijo el lunes durante una visita a Tokio que los resultados son “difíciles de creer” y su país no reconocerá cifras no verificables. Por su parte, los aliados tradicionales de Maduro en Cuba y Nicaragua felicitaron al presidente.

A pesar de que el gobierno de Maduro ha sido acusado con regularidad de socavar la democracia para asegurar su supervivencia, la oposición se mostró optimista, aunque realista, antes de la votación. La victoria parecía estar al alcance de los entusiastas partidarios de Machado y González reunidos en Caracas el domingo por la noche.

En Miami, bastión de los exiliados anti-Maduro, una gigantesca bandera venezolana colgaba entre los pilares de hormigón de un paso elevado. En un escenario en un parque, una gran pantalla mostraba vistas panorámicas del país mientras unos oradores animaban a la multitud. A pesar de que una tormenta de verano empapaba la ciudad, la gente estalló en aplausos cuando la pantalla mostró un noticiario sobre Machado y comenzaron a corear “libertad”.

Las dudas sobre la votación crecieron cuando, varias horas después del cierre de las urnas, todavía no había un anuncio oficial.

En declaraciones tras el anuncio de los resultados, Maduro, de 61 años, atribuyó el retraso a un hackeo del sistema de transmisión de la autoridad electoral y dijo que el fiscal investigaría la causa y “haría justicia”. El fiscal general, Tarek William Saab, dijo que ofrecerá una conferencia de prensa el lunes por la mañana.

Es probable que esto no ayude a calmar a los críticos de Maduro.

La participación fue del 59% de los votantes habilitados, según el Consejo Nacional Electoral. Esa cifra sería mayor que la de 2018, que la oposición boicoteó, pero significativamente menor que la participación de más del 70% en las elecciones de 2006, 2012 y 2013. González había dicho el domingo que la participación había sido “masiva”.

Maduro enfrenta ahora el reto de legitimar el voto ante su pueblo y el resto del mundo, dada la historia de represión de su gobierno. González se postuló en lugar de Machado, quien experimentó un meteórico ascenso en popularidad incluso después de que el gobierno le prohibiera postularse a cargos públicos.

La cúpula militar venezolana, que desde hace tiempo respalda a Maduro pero puede actuar de manera independiente, aún podría optar por intervenir de alguna manera. La presión internacional de aliados como Brasil y Colombia también podría influir.

Se espera que una pequeña misión de observadores del Centro Carter publique los resultados preliminares el martes. Un equipo similar de la Naciones Unidas está observando la votación, pero por tradición no presentará sus hallazgos al público. Venezuela retiró una invitación para observar la votación a un grupo más robusto de la Unión Europea.

Si ganaban, González y Machado pretendían desmantelar los controles gubernamentales sobre la economía, privatizar la industria petrolera y reunir a las familias separadas por el éxodo de 7,7 millones de venezolanos.

El tercer mandato consecutivo de Maduro, si comienza según lo previsto en enero de 2025, sería un desafío.

La apuesta de Guaidó

Desde la crisis económica que se extendió de 2013 a 2020, el presidente ha liderado una notable transición que se aleja de las políticas de Chávez, aliviando las restricciones a las empresas, los controles de precios y las regulaciones y, lo más importante, permitiendo que el dólar de EU circule legalmente. Ha resistido las paralizantes sanciones estadounidenses destinadas a debilitar a su gobierno y ha prevalecido sobre Juan Guaidó, quien pretendió derrocarlo tras ser reconocido en 2019 como presidente legítimo de Venezuela por EU y decenas de naciones aliadas.

Suponiendo que los resultados se mantengan, ahora tendrá que encontrar un camino hacia el crecimiento para una economía de US$102,000 millones, que aún está en crisis, encontrar una forma de aliviar las sanciones y negociar una reestructuración de la deuda de US$158,000 millones.

Sin embargo, cualquier duda sobre la legitimidad de su victoria electoral dificultaría que Maduro sea reconocido internacionalmente como presidente del país y obtenga el tan necesario alivio de las sanciones.



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