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Jaime Botín, el banquero amante del arte


2024-08-15

 

Madrid, 15 ago (EFE).- Jaime Botín, uno de los hombres más ricos de España, falleció este jueves a los 88 años después de una vida dedicada a la banca, una vocación prácticamente genética que le unía a varias generaciones de su familia, y al arte, pues también era un gran coleccionista.

Nacido en el seno de una reconocida familia de la sociedad cántabra de comienzos del siglo XX, Jaime Botín (Santander, 1936) forjó su identidad inspirándose en su linaje, sobre todo paterno.

Su abuelo, Emilio Botín y López, fue el primer presidente del Banco de Santander, mientras que su abuela, María Sanz de Sautuola y Escalante, descubrió las pinturas rupestres de las Cuevas de Altamira, en Santillana del Mar (norte).

Banca y arte. Arte y banca.

Ambos mundos marcarían más adelante la trayectoria profesional y vital de Jaime, hermano menor de Emilio Botín, el que fuera presidente del Banco Santander hasta que falleció en 2014, y también tío de Ana Botín, que sucedió en el cargo a su padre.

Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto, en 1957 se incorporó al entonces denominado Banco de Santander, coincidiendo con una década que marcó la expansión de la entidad por toda España. Tres años más tarde sería nombrado subdirector general.

Su oportunidad llegó en 1965, cuando fue designado director del Banco Intercontinental Español, presidido y fundado ese mismo año por su padre.

Pasarían casi veinte años hasta que su progenitor iniciara un cambio de ciclo y dejara en sus manos esta entidad, fruto del acuerdo entre Bank of America y Banco de Santander, considerado como un hito por ser capaz de atraer a España una corporación extranjera en pleno franquismo y de la que surgió Bankinter.

El relevo generacional de los Botín se consolidó en noviembre de ese mismo 1986, cuando su hermano Emilio fue nombrado presidente del Santander, convirtiéndose en uno de los pocos gestores financieros que además de asumir dicho cargo era su principal ejecutivo y máximo accionista. Jaime Botín llegó a ser vicepresidente primero del Santander.

Patrimonio millonario

Alejado de la primera línea desde hacía tiempo, su unión con Bankinter perduraba a día de hoy a través de su sociedad de cartera, Cartival, primer accionista del banco con más de un 23 % del capital.

En 2019, la revista Forbes lo situó como la decimonovena persona más rica de España, con un capital de 1,500 millones de euros (1.640 millones de dólares) que incluía tanto propiedades inmobiliarias como su importante colección de arte.

El cántabro protagonizó portadas, como cuando fue sancionado con 300,000 euros (329,000 dólares) por una infracción muy grave al no haber informado oportunamente de su posición significativa en Bankinter. El caso se remonta a 2013, cuando el supervisor bursátil abrió una investigación después de que las autoridades tuvieran conocimiento de cuentas secretas en Suiza tras la publicación de la 'Lista Falciani'.

Otro frente fue la querella de la Fiscalía de Madrid por haber defraudado presuntamente un millón de euros (1,10 millones de dólares) mediante la deslocalización "artificiosa" de un avión privado en Portugal, donde no existen impuestos para estas actividades.

Su mayor quebradero de "cabeza"

Pero el mayor escándalo de Jaime Botín, de carácter extremadamente reservado y poco aficionado a aparecer en los medios de comunicación, no estuvo vinculado a su gestión como banquero o empresario, sino a su mayor pasión: el arte.

Concretamente por el caso del contrabando del lienzo 'Cabeza de mujer joven', obra original de Pablo Picasso que el expresidente de Bankinter adquirió en 1977 y que en 2013 se afanó en vender en una subasta con la empresa Christie's a pesar de no haber recibido el visto bueno de las autoridades por tratarse de una obra sin par en España.

Aún siendo "plenamente consciente" de la prohibición administrativa, trasladó el cuadro al puerto de Valencia para sacarlo fuera del país, sostuvo la sentencia que lo condenó a tres años de cárcel y 91,7 millones de euros (100,75 millones de dólares) de multa, una cuantía que abonó.

Sin embargo, a finales de 2021, un juzgado le exoneró de la pena de prisión debido a su "grave e incurable" enfermedad, la misma que lo apartó del foco hasta hoy.



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