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Los avances rusos en Donetsk destruyen el corazón industrial del este de Ucrania
Por Rostyslav Averchuk Leópolis (Ucrania), 17 sep (EFE) - La destrucción de otra mina de carbón cerca de Vugledar, en medio de intensos combates en Donetsk, pone de relieve que los avances de Rusia en el este de Ucrania no sólo dejan sin hogar a miles de personas, sino que siguen arrasando su economía al destruir las empresas clave de una región que solía ser el corazón industrial del país. Un castillete de 115 metros de altura de la mina Donbás Sur-3 fue volada por las tropas rusas que conquistaron la mayor parte de su terreno esta semana, según muestra un vídeo publicado el lunes por blogueros militares rusos. La mina, situada sobre una de las mayores reservas de carbón de Ucrania, se ha sumado a la larga lista de explotaciones que han quedado prácticamente arrasadas en los más de dos años y medio que transcurridos desde el inicio de la invasión. El corazón industrial de Ucrania Un pequeño faro, réplica de uno situado cerca de un puerto de Berdiansk, una ciudad portuaria del sudeste de Ucrania ocupada por las fuerzas rusas, decora el exterior de un café en el centro de Leópolis (oeste). Este martes, Berdiansk celebra el 197 º aniversario desde su fundación y la propietaria del café, Ksenia Kleinos, y docenas de otros desplazados lo montaron entre todos. El faro simboliza su esperanza de regresar a sus hogares ocupados y reconstruirlos. Pero, mientras que Berdiansk, con la excepción de su puerto, se ha librado de grandes ataques o intensos combates, muchos residentes de la cercana región de Donetsk encontrarán sus ciudades, si regresan, cambiadas para siempre por la guerra. Durante generaciones, los vecinos de ciudades como Mariúpol, Avdivka, Soledar o Bajmut se enorgullecían de sus gigantescas explotaciones industriales. Las plantas metalúrgicas, las minas de carbón y hierro, las plantas químicas y los puertos solían representar cerca del 20 % de la producción industrial ucraniana. Emergidas gracias a inversiones y tecnologías procedentes de Occidente y las posteriores políticas de industrialización soviéticas, llegaron a definir la identidad de una mano de obra que procedía en gran parte de otras regiones ucranianas. El destino de estas explotaciones tras el colapso de la Unión Soviética fue variable y muchas solo sobrevivieron gracias a generosos subsidios estatales, mientras que otras, como la planta de Azovstal de Mariúpol, se beneficiaron de los elevados precios mundiales para sus productos. Sin embargo, la llegada de las tropas rusas trajo consigo una destrucción casi completa. Destrucción Más de 425 grandes y medianas empresas y decenas de miles de pequeñas compañías habían sido destruidas a principios de 2024 en ataques deliberados o por los combates urbanos, según la Escuela de Ciencias Económicas de Kiev, la mitad de ellas en Donetsk. En la lucha por el control de las zonas urbanas de la región, sus laberintos industriales se han convertido en fortalezas naturales que los ucranianos defienden y los rusos intentan tomar. Ya que los avances rusos se basan en la superioridad de Moscú a nivel de artillería, aviación y misiles, la destrucción de las plantas a menudo es la única forma de conquistar territorio. Esto es lo que ocurrió con las plantas metalúrgicas de Illich y Azovstal en Mariúpol, que producían el 40 % del acero de Ucrania, otrora una de las principales exportaciones. Miles de misiles, bombas aéreas y proyectiles de artillería destruyeron por completo esos gigantes industriales, que acogieron temporalmente a decenas de miles de soldados y civiles ucranianos. Aunque según el propietario de Azovstal, MetInvest, un día se podría construir una nueva fábrica en el lugar de la acería, la planta de coque de Avdivka, la mayor de Europa de su clase, nunca volverá a funcionar tras los daños sufridos en el asedio que terminó el pasado febrero. Algunas explotaciones, menos dependientes de la maquinaria pesada y los recursos locales, como la planta de vino espumoso de Bajmut -en tiempos la mayor de Europa oriental- o la fábrica de calcetería de Rubizhansk, se han trasladado a otras regiones. Pero es improbable que a corto plazo recuperen sus dimensiones anteriores. El futuro industrial de Donetsk y de otras regiones orientales se verá definido por el resultado de la guerra, creen los economistas. Cualquier inversión seria, así como el retorno de la población, necesarios ambos para la reconstrucción, serán imposibles si la amenaza de los ataques desde el otro lado de la frontera persiste. aranza |
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