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La contaminación de las lagunas del puerto de Acapulco se agrava a casi un año de Otis
Acapulco (México), 25 sep (EFE).- A un mes de que se cumpla un año del embate del huracán Otis, el más intenso en la historia del Pacífico de México, las lagunas del puerto de Acapulco siguen contaminadas, una situación que se puede agudizar tras el golpe del ciclón John, que tocó tierra el lunes como huracán categoría 3. La problemática la ilustra la laguna negra de Puerto Marqués, donde los habitantes denunciaron este miércoles a EFE que la polución también ha invadido los manglares y ha acabado con la fauna y flora de la zona. Ángela Ibarra, que lleva más de 40 años viviendo en esta área, asegura que la situación es "muy grave", pues recuerda que durante su infancia "era muy bonita" por toda la vida que había allí. “Me duele ver mi laguna que está cada vez deteriorándose más, de por sí ya estaba muy mal, después del huracán Otis quedó devastada. Los mangles (árboles) están caídos, lo que son los animales que veíamos, las garzas, los cotorros, las guacamayas, ya se fueron", narró. Dentro de un mes se cumple 1 año del paso del huracán Otis, que el 25 de octubre de 2023 rompió el récord de intensificación de un ciclón en el Pacífico de México, donde dejó mas de 50 muertos y destruyó la infraestructura turística de Acapulco en Guerrero, estado del sur de México. Ahora, Guerrero afronta los estragos de John, que dejó cinco muertos tras tocar tierra el lunes en la región de Costa Chica como huracán categoría 3 y ahora ha resurgido como una tormenta tropical que impactará de nuevo el jueves. La comisaria del poblado de Puerto Marqués, Angélica Niño Sanvdoval, aseveró que son tristes las condiciones de la laguna, que está devastada, con árboles caídos y manglares destrozados, pues solo con reptiles sobreviviendo a la contaminación. “Es descarga de aguas residuales y más que nada (es necesario) dragar la laguna también porque sería muy conveniente para todos, queremos que la laguna resalte como los años anteriores o como la época de oro, que antes aquí venían y hacían películas”, señaló. Dionicio Niño Mancera, un adulto mayor y pescador, ofrecía recorridos en canoa por la laguna, pero ahora ha dejado de hacerlo. “Principalmente, porque ya la contaminación no tiene límites", explicó. Añadió que desde hace varios años han dejado de pescar porque los peces no ingresan a la laguna y los ejemplares son escasos o muy pequeños, por lo que las 200 familias que vivían de esta actividad han buscado otros ingresos. Ángela Ibarra afirmó que los habitantes buscan que los tres órdenes de Gobierno presenten un proyecto que los incluya, que garantice la limpieza y recupere el turismo. “Primeramente, limpiarla, lo más importante, la laguna ya está asquerosa, está en una situación muy deplorable, ya es una situación de salud pública porque hay veces que cuando hay viento, todas esas pestilencias llegan (a) las casas. Los primeros en enfermarse (son) nuestros hijos, los niños", expuso. aranza |
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