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Cumbre de los BRICS: cómo Rusia quiere expandir su poder


2024-10-23

Por Aleksei Strelnikov | DW

Rusia ve en la organización BRICS sobre todo una posible forma de eludir las sanciones occidentales. Les explicamos qué planes persigue Moscú y sus posibilidades de éxito.

En la ciudad rusa de Kazán se desarrolla la cumbre anual de los países BRICS, la decimosexta desde su fundación, en 2006. Participan 24 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos, el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

En la última cumbre, en Sudáfrica, Putin no apareció. Canceló su asistencia, aparentemente porque temía ser detenido debido a la orden de arresto emitida en su contra por la Corte Penal Internacional de La Haya, reconocida por Sudáfrica.

A los estados BRICS originales, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se unieron cuatro países más en 2024: Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos. Desde Moscú se comenta que el interés por la organización está creciendo. 34 Estados querían cooperación "en diversas formas", incluidos algunos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI, antiguas repúblicas de la Unión Soviética), África, América del Sur y el Sudeste Asiático. En la cumbre de Kazán se discutirá el formato ampliado BRICS Plus para aumentar la importancia económica y política de la organización.

Un sistema de pago global

Uno de los temas principales del encuentro es el sistema de pago conjunto BRICS Bridge, una plataforma digital de pago que presentó el Ministerio de Finanzas de Rusia a principios de octubre de este año. Su objetivo es permitir pagos transfronterizos "rápidos y baratos" entre Estados miembros en monedas locales, incluido el uso de tecnologías blockchain y monedas digitales de bancos centrales, sin pasar por bancos en EE. UU. Según la revista The Economist, Moscú quiere así evitar sanciones internacionales que impidan a Rusia realizar pagos transfronterizos en dólares estadounidenses.

El planeado sistema de pago alarmó a las autoridades financieras occidentales. Sin embargo, es complicado montar un sistema de pago de ese tipo. Los participantes tendrían que aportar una importante ayuda estatal y el sistema podría imponer una pesada carga a los reguladores nacionales si un Estado acumula reservas en la moneda nacional de otro. El motivo de Rusia es claro, dice The Economist, pero ¿por qué los demás países BRICS necesitan un sistema de pagos de ese tipo?

Atractivo para países en vías de desarrollo

Evgeny Kogan, de la Escuela Rusa de Economía, dice en su canal de Telegram Bitkogan que la organización BRICS hasta ahora ha mostrado poca voluntad de proteger a Rusia de las sanciones internacionales. El banco de desarrollo fundado por los países BRICS se sumó a las sanciones contra Rusia en 2022. Kogan también señala la siguiente relación: la población total de los países BRICS, de 3,500 millones de personas, representa alrededor del 45 por ciento de la población mundial, mientras que su participación en el producto interior bruto (PIB) mundial es del 37,3 por ciento. Su conclusión: "Es demasiado pronto para hablar de un nuevo orden mundial".

Los países en vías de desarrollo, empero, tendrían, desde todo punto de vista, interés en la organización BRICS y su sistema de pago. "No para provocar el enojo de Estados Unidos, sino como posibilidad para realizar pagos realmente rápidos”, escribe el economista. Los bancos corresponsales de Estados Unidos provocan una ralentización de un cinco a un siete por ciento de los pagos internacionales en dólares estadounidenses debido a las normas de cumplimiento, dice. Dichas regulaciones deberían proteger, entre otras cosas, de negocios con información privilegiada, lavado de dinero y financiación del terrorismo. Kogan critica que los Estados BRICS representan una "visión filosófica de un orden mundial ineficiente e injusto”.

Miembros de los BRICS: rivalidad y contradicciones

Pero Moscú logra, sin duda, vender el formato de los BRICS como un "nuevo orden mundial”, opina Anton Barbaschin, del portal Riddle. El politólogo dijo a DW que el creciente rol económico y político de miembros de los BRICS como India, China y Emiratos Árabes Unidos comenzó desde que Rusia lanzó su guerra contra Ucrania.

Rusia está impulsando muchas iniciativas, si bien si la mayoría de ellas no se implementan o permanecen al nivel de eventos deportivos de los BRICS. "El proyecto de una moneda única ha fracasado", resume Barbashin. Hasta ahora, sólo Irán está trabajando con Rusia en una "arquitectura financiera alternativa” que se basará en el sistema de pagos ruso Mir. La organización BRICS sigue siendo un "club de intereses” en el que todo el mundo solo quiere hacer buenos negocios. "Rusia es simplemente el principal proveedor de recursos energéticos baratos debido a la presión de los países occidentales".

Barbashin está convencido de que el lema de los BRICS "Por un mundo justo" seguirá siendo sólo un eslogan, ya que cada Estado miembro lleva a cabo sus propias negociaciones con los países occidentales desarrollados, y dentro de la organización existen muchas contradicciones. Por eso, no desembocará en una alianza militar. "China e India se enfrentaron un poco en 2020, e Irán amenaza repetidamente con una guerra con Arabia Saudita, un socio de los Emiratos Árabes Unidos. Si el conflicto entre China y Estados Unidos se intensifica, los países BRICS se dividirán en diferentes campos".

Según Barbashin, el futuro de la organización BRICS dependerá India y China, que son competidores. Ambos países fueron en 2023 los mayores importadores de petróleo ruso, con un 90 por ciento del total, explica Aleksei Chigadaev, de la Universidad de Leipzig, en entrevista con DW. La influencia de China sobre Rusia, además, crece actualmente más rápido que la de India debido a las interacciones financieras, sobre todo porque, de todas las opciones, la divisa china sigue siendo la más líquida y la menos volátil, indica el experto.

Según Chigadaev, las autoridades chinas no fomentan la conexión de los bancos nacionales al Sistema Ruso de Transmisión de Mensajes Financieros (SPFS), que funciona de manera similar al SWIFT. En cambio, China está promocionando su propio sistema CIPS en el mercado ruso. Actualmente hay cuatro bancos chinos con sede en Rusia, que realizan transacciones con 23 bancos rusos como participantes indirectos. "Es probable que Rusia se vuelva cada vez más dependiente del yuan y de Pekín para mantener el acceso al sistema financiero internacional", cree Chigadaev. En su opinión, Moscú quiere impulsar la creación de una moneda BRICS precisamente para reducir su creciente dependencia de China.



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