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La Mochila
Jean de la Fontaine Cuentan que Júpiter, antiguo dios de los romanos, convocó un día a todos los animales de la tierra. Cuando se presentaron les preguntó, uno por uno, si creían tener algún defecto. De ser así, él prometía mejorarlos hasta dejarlos satisfechos. -¿Qué dices tú, la mona? -preguntó. -Que hable el oso -pidió Júpiter. -Que se presente el elefante... -Que pase el avestruz. Júpiter hizo pasar a la jirafa quien, a su vez, dijo que los dioses habían sido generosos con ella. La tortuga, por su parte, dijo tener un físico excepcional. -Que pase la víbora -dijo Júpiter algo fatigado. -¡Basta! -exclamó Júpiter-. Sólo falta que un animal ciego como el topo critique los ojos del águila. -Precisamente -empezó el topo-, quería decir dos palabras: el águila tiene buena vista pero, ¿no es horrible su cogote pelado? -¡Esto es el colmo! -dijo Júpiter, dando por terminada la reunión-. Todos se creen perfectos y piensan que los que deben cambiar son los otros. Suele ocurrir. JMRS |
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