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Euro vs. Dólar (I)
Por Jorge Suárez-Vélez Algún día voy a escribir un libro sobre todo lo que he aprendido del comportamiento humano tras tener la oportunidad de asesorar personas en temas de inversión. La variedad de temas es casi infinita. La gente tiende a acordarse de sus aciertos, no de sus errores. En forma equivocada, tienden a pensar que el proceso de invertir tiene que ver con adivinar correctamente, comprar barato y vender caro; eso a lo que llamo la cultura de CNBC (por la cadena de noticias financieras) que tanto ha dado a ganar a los intermediarios financieros que han logrado convencer al mundo de que hay que "reaccionar" a las noticias, como cuando el médico golpea la rodilla con el martillo; los inversionistas no han ganado con ese proceso, pero difícilmente lo admitirán. Cuando por mera casualidad aciertan �como lo haría quien apuesta cuando se arroja una moneda- atribuyen el éxito a su talento y no a la simple probabilidad. Otra tendencia curiosa es pensar que el futuro seguramente será como el presente, en las buenas y en las malas. A fines de agosto hubiese sido imposible encontrar inversionistas que creyeran que el mes de septiembre sería extraordinariamente generoso para los mercados; lo fue. Ahora todo mundo asume un hermoso futuro color de rosa. Dentro de esa tendencia a extrapolar el momento actual, los inversionistas ven al dólar como a la vieja lira italiana; a la economía estadounidense en vías de extinción; el imperio en plena decadencia y más aún consideran que �a pesar de la contracción de la mayor economía del mundo- Europa nos va a salvar con la ayuda de China, la India y hasta América Latina. Diría que piensan que Argentina es la nueva Suiza, pero corro el riesgo de que me digan que exagero. Aunque si Argentina gana la Copa Mundial de Rugby no va a faltar algún porteño que lo afirme (espero me perdonen mis amigos Argentinos por el chiste). En una forma u otra, cuando apostamos a una moneda lo hacemos también a una economía. Lo que finalmente hace que una moneda se revalúe o devalúe es la demanda por ésta, ya sea como refugio de valor -para ahorrar en ella- o para hacer transacciones. Típicamente el resultado de una política económica sana y de un país en crecimiento es una moneda que se fortalece. Entonces, para decidir entre dólares y euros como moneda de referencia en una inversión tenemos que tomar alguna posición sobre la fortaleza a largo plazo de las economías. Enfatizo el concepto de largo plazo porque a corto plazo cualquier cosa puede pasar; esa premisa siempre esimportante. Partamos de la base de que es importante medir el desempeño de una inversión siempre en la misma moneda. Ésta tiene que ser fuerte (no, medirla en bolívares no es buena idea) y relevante en el entorno económico en el cual uno vive. Yo argumentaría que, en general, para cualquier inversionista en América Latina tiene sentido que sea el dólar la moneda de referencia al invertir. Para empezar, creo que hay que distinguir situaciones coyunturales de aquellas que son fundamentales. No confundamos problemas de corto plazo �aunque sean graves- con los de largo plazo. Sí, los Estados Unidos tienen dos déficits colosales, uno fiscal y uno de cuenta corriente. Una economía emergente que tuviera un déficit comercial de más de 6% de su PIB tendría enormes dificultades para hacerse de crédito, y estaría al borde del colapso. Pero tratándose de la economía más grande del mundo, tienen condiciones que nadie más goza. Primero, emiten la moneda que es el principal vehículo de intercambio en el mundo; la imprenta la tienen ellos, y eso es invaluable. Segundo, tienen los mercados financieros más desarrollados y profundos del mundo. Son mayores que todos los del resto de los países sumados. Como se ha dicho antes, al menos una parte del problema del déficit en cuenta corriente proviene de la enorme abundancia de recursos que fluyen a los Estados Unidos y les permiten financiarlo en forma barata. No es evidente si antes es el huevo o la gallina. Sí, es posible que empiece a encarecerse el proceso, pero difícilmente es un flujo que va a parar. Recordemos que la balanza de pagos del mundo es de suma cero. Si la economía estadounidense tiene tan enorme déficit es porque muchas economías del mundo han acumulado enormes superávit. Sin embargo, si el déficit en cuenta corriente se contrae como resultado de un dólar más débil y de un consumo más cauteloso, el resto de las economías del mundo tendrá que entrar en un proceso de ajuste. Pero permítame continuar con este análisis la próxima semana. ROW |
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