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Seis millones de niños muestran el rostro de la violencia latinoamericana


2007-11-17

San José, (EFE).- Latinoamérica es una de las regiones más violentas del mundo, y en este entorno los niños no son la excepción. Más de seis millones son víctimas de violencia y aproximadamente 80,000 pierden la vida por causa de ésta cada año.

El director regional para América Latina y el Caribe de la Unicef, Nils Kastberg, manifestó en la conferencia sobre Cultura de Paz y Prevención de la Violencia Juvenil realizada en Costa Rica que, según estudios realizados en 17 países latinoamericanos, "el 65 por ciento de los adolescentes se encuentran en situación de violencia".

Kastberg enfatizó que la violencia contra los jóvenes "se denuncia y se documenta muy poco" lo que demuestra la "poca conciencia sobre las graves consecuencias que entraña ser víctima de la violencia".

"Comprender y reconocer la gravedad que implica ser víctima de acciones violentas y sus profundas secuelas para la vida adulta es "una condición indispensable para la construcción de una cultura de paz", añadió.

La representante de Unicef en Costa Rica, Seija Toro, argumentó que "la estructura social en que les toca vivir a los niños y adolescentes está caracterizada por un marcado debilitamiento de los ámbitos de protección: la familia, la escuela, los sistemas de protección y los espacios de recreación".

Según datos de la Unicef, la violencia doméstica en Latinoamérica es la menos denunciada y en este ámbito se destacan el castigo físico como forma de disciplina, el abuso sexual, el abandono y la explotación económica.

Las estadísticas señalan que alrededor de dos millones de niños son explotados sexualmente en la región y, en la mitad de los casos, los abusadores viven con ellos; además, en el 75 por ciento se trata de familiares directos de las víctimas.

En la región, llama la atención que el castigo físico es habitual y ningún país lo prohíbe, aunque Brasil, Costa Rica, Uruguay, Venezuela, Perú y Nicaragua tienen reformas legales en proceso para evitarlo.

Los estudios de la Unicef también indican que los menores latinoamericanos son víctimas de violencia en los centros educativos y que, aunque en 102 países del mundo han prohibido el castigo corporal, esta ley no es acatada.

"Las principales formas de violencia en las escuelas son el castigo físico, el abuso sexual, la violencia entre iguales y la exclusión", dijo Kastberg.

Por otra parte, miles de jóvenes viven el maltrato laboral pues trabajan de manera ilegal en condiciones infrahumanas, de servidumbre, o sufren castigos físicos, abuso sexual, humillación y discriminación.

Más de 5,7 millones de niños y adolescentes entre los cinco y los 14 años son económicamente activos y aproximadamente dos millones están dedicados al servicio doméstico, uno de los peor pagados y menos valorado a nivel social y cultural.

Latinoamérica y el Caribe son de las regiones más violentas del mundo, ocupan el primer lugar de las tasas de homicidios a nivel mundial y los asesinatos de personas entre los 15 y 17 años registran una tasa de 37,7 varones y 6,5 mujeres por cada 100,000 habitantes.

"América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo y con mayores índices de violencia, que afectan principalmente a mujeres, niños y niñas", acotó.

Toro aseveró que "la cara de la violencia juvenil es la de un joven de sexo masculino, con algo más de cuatro años de retraso escolar, que reside en zonas marginales o vulnerables a la pobreza, trabaja en actividades que no requieren calificación laboral o en actividades ilícitas y sostiene el núcleo familiar".

"Darle prioridad a la infancia y a la adolescencia en las políticas públicas y la inversión social, garantizándoles el goce efectivo de sus derechos económicos, sociales y culturales, constituye un componente fundamental para desarraigar las causas de la violencia", agregó Kastberg.



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